Obito Uchiha un jefe de la mafia, tiene el mundo a sus pies, nunca lo han visto flaquear o mostrar debilidad, para el lo primordial es el dinero y poder lo demás sale sobrando.
Kakashi Hatake es un joven estudiante de secundaria, trabaja en una cafe...
En un auto morado iba un pelinaranja y un rubio el cual permanecía cruzado de brazos aparentemente molesto, de hecho ambos estaban molestos por diferentes razones.
— Lo que hiciste no estuvo bien. —Dijo el pelinaranja.— Tienes suerte que no fue Obito quien te vio.
— Hump, no hice nada malo.
— ¡¿Qué no?! —El pelinaranja frenó de golpe, luego agarró al rubio de la barbilla, presionando fuerte.— Kakashi es muy importante para Obito, así que ten cuidado de cómo le hablas.
— Solo le dije la verdad...
— Mira Deidara, te la dejo pasar por esta vez solo porque eres necesario en la organización, pero te recomiendo que no te metas con Kakashi. —Mencionó viéndolo seriamente, lo soltó para luego presionar el acelerador.
— Hump, al parecer tú también estás obsesionado con ese niño, ¿no me digas que también te lo piensas coger?
— Yo no toco lo que pertenece a Obito.
— Por ahora, seguramente se aburrirá de él en una semana o dos.
— Será mejor que no te hagas ilusiones, recuerda que Obito ya lleva varias semanas de conocerlo.
— ¿Y cuántas veces se lo ha cogido? —Preguntó Deidara pero Yahiko no respondió.— Ninguna ¿verdad? Ahí está, seguramente después de pasar una noche con él, lo mandará a la mierda, un niño virginal solo será una mala experiencia.
— ¿Cómo puedes estar seguro de eso? Talves después de probar a Kakashi a quien mande a la mierda sea a alguien más, o espera, tú ya estás cerca de eso. —Dijo Con burla.
Deidara no respondió solo volteó a ver hacia otro lado ahora más molesto, permaneciendo el resto del camino en silencio.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Enfrente del edificio Niken estaba aquel auto Jaguar color rojo, la chica castaña volteó a ver a su amigo quién parecía perdido en sus pensamientos.
— Si... —Murmuró sosteniendo aquella nota entre sus dedos.
— Oye, el auto esta hermoso, pero si no lo quieres puedes regresarlo, además, no creo que tener un auto aquí sea buena idea. —Mencionó viendo hacia un callejón, donde estaban unos chicos observandolos.
— No creo que al auto le pase nada... —Respondió Kakashi, luego dio un suspiro y se recostó en el asiento.— Pero creo que si voy a devolverlo... —Volteó a ver el hermoso reloj que también devolvería.
— ¿Es por lo que te dijo ese chico?
— ¿Lo escuchaste?
— Solo algunas cosas, pero aquí lo importante es, si a ti de verdad te interesa el Uchiha y si él de verdad está interesado en ti. —Dijo volteandolo a ver.
