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En el jardín del instituto de enfermería Konoha se encontraban todos los nuevos graduados, el director llamaba uno por uno para entregarles su título.

— Kakashi Hatake.

El peliplata subió emocionado al escenario agarró aquél pedazo de cartoncillo y una medalla fue colocada en su cuello, luego se paró enfrente de aquél micrófono para decir algunas palabras de agradecimiento.

— También quiero agradecerle a mi padre por todo su apoyo... —Mencionó Kakashi volteando a ver a un hombre mayor de cabello plateado, luego dirigió su mirada al azabache que estaba a su lado.— ...y gracias a mi novio por su paciencia y servirme como muñeco de práctica. —Dijo soltando una risita y continuó su discurso.— Esto no ha terminado, aún nos falta camino chicos y sirvamos a la comunidad con dedicación.

El peliplata bajó del escenario siendo aplaudido por todos luego su grupo de amigos se acercó a abrazarlo hasta que su novio llegó apartandolos disimuladamente, Kakashi solo se rió mientras era abrazado posesivamente por el azabache hasta que se acercó su padre que era el único con quien el azabache no lo separaba.

— Estoy orgulloso de ti. —Dijo el peliplata mayor.

— Gracias papá. —Unas lágrimas de alegría rodaron por las mejillas del peliplata.

Una hora después estaban en casa celebrando, Kakashi caminó a la cocina donde minutos después llegó el azabache colocando sus manos en su cintura, el peliplata se dio la vuelta y besó sus labios.

— Te amo bobito... —Mencionó sonriendo.

— Yo también te amo bakakashi... —Dijo divertido, el peliplata frunció el ceño pero luego se rió cuando el azabache acercó su rostro a su cuello, provocandole cosquillas.— Yo también estoy muy orgulloso de ti.

La pareja volvió a besarse esta vez con más intensidad, las manos del azabache bajaron hasta los glúteos del menor apretandolos con fuerza, hasta que escucharon una tosecita fingida.

— Obito, ¿trajiste las bebidas? —Preguntó el peliplata mayor.

— Sí suegro están en el refrigerador. —Contestó simplemente aún sin soltar al menor, pero vio el ceño fruncido de su suegro.— Si puedo decirle así, ¿no? De todas formas Kakashi y yo ya nos vamos a casar.

— Aún no.

— ¿Eh? ¡Pero usted dijo que cuando él se graduara! —Exclamó Obito.

— De la universidad.

— ¿Qué? Pero para eso tengo que esperar unos veinte años.

— Siete. —Corrigió Kakashi.

— Siete, veinte, ¿cuál es la diferencia? —Expresó con tristeza.

— Te la pasas metido en la casa y en la habitación de mi hijo, ¿cuál es la diferencia? —Replicó el mayor.

— La diferencia es que estaremos casados y ya usted no me dirá que me vaya porque es muy tarde... —Dijo agachando la cabeza.

— A veces te comportas como un niño chiquito. —Dijo el mayor rodando los ojos.

Kakashi solo veía divertido como sus dos amores, empezaban la típica conversación sobre las reglas de la casa y los horarios para visitas, amaba a esos dos hombres, haría lo que fuera por ellos, su vida era realmente feliz se sentía dichoso de tener un padre como Sakumo y un novio, futuro esposo como Obito.

Amor Ilegal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora