Capitulo 25 - In my room

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Minutos antes, en la perspectiva de Stephany Wheeler.

Estaba aburrida de estar en casa, y como dijo Robin, decidí ir con ellos, tal vez antes de ir a casa, pasaría a intentar hablar con ellos, fui caminando, total tan lejos..no es...

O si, no lo se me duelen los tobillos, en fin, al menos ya llegué, entré a la tienda...

– Hola Robs...– Sonreí.

– Hola Tiffany. – Me sonrió.

– ¿Todo bien?

– Todo bien.

– Genial.– Le sonreí y fui a ver a donde estaba Steve.

– Steve, ven, necesito hablar contigo, en un lugar, privado.

– Mmh, esta bien, vamos atrás de la tienda.

– Vale.

Salí de la tienda y me dirigí a donde atrás, el venia detrás mío.

– ¿Que pasó? – Preguntó y se cruzó de brazos.

– Steve, deja de hacerte el tonto.

– Ya, ya, que querías.

– Se que si le cuento esto a Robin, ella me mataría, sabe que voy a casa a buscar unas cosas, pero pienso hablar con mi madre.

– Sabes que aun no hemos hablado de lo que pasó ese día.

– Pues, Steve, te juro que escuche las palabras más hirientes del mundo, palabras de una madre que nisiquiera le importa su hija, ya hasta dudo de ser su hija.– Bajé mi cabeza, mirando mis zapatos.

– Pues...no lo se, se me hace que no deberías ir.

– Lo tengo que hacer, necesito hablar con ella, intentar hablar con mi hermana, Nancy.

– Si lo se, se que quieres hablar con ella y hacer que al menos te comprenda, pero, si te dijo tantas cosas, cosas hirientes, no pienses que no lo va a volver a hacer.

Mis ojos se sintieron húmedos, caminé un par de pasos para abrazar a Steve, realmente quería un abrazo.

– Tranquila, no pasará nada, lo que dije, pudo ser una probabilidad.

– Si, esta bien, claro, yo iré.

– Si, esta bien.

Solté a Steve, el me tomó del mentón y levantó mi cabeza e hizo que lo mirara, me miró a los ojos por unos segundos y después limpió las lagrimas que caían sobre mis mejillas.

– Ve, si necesitas algo, yo aquí estaré.

Giré mi cabeza hacia un costado y vi a Robin irse corriendo, bueno no se si era ella.– Ya, iré.

– Esta bien.

Me despedí de Steve y me fui camino a casa, a mi casa.

En el camino pensaba..."¿Otra vez dirá esas palabras? Tal vez ya cambió de opinión ¿O no? ¿Y si me deja sin casa y sin nada? Que haré ¿Voy si o no? Claramente que si iré, estoy caminando hacía allá."

Tomé aire y toqué el timbre, escuché a alguien bajar las escaleras, la puerta se abrió, era mamá, me miró de arriba abajo.

– Su quieres tu ropa esta en el garaje.

– Si aparte de eso, quiero hablar contigo.

– Bueno dime.

– ¿No me vas a dejar...-

– No, ya no te quiero aquí.

– Si, esta bien, claro..– Miré para abajo.– Solo quería saber si me perdonarás, se que estar con una chica esta mal, solo te pido que al menos esta vez en la vida me apoyes, tal y como soy.

Salió y cerró la puerta detrás de ella, me hizo bajar las escaleras, alejándome de la casa.

– ¿Como quieres que te perdone? – Se detuvo, dejándome lejos de la casa.

– Pues, solo quiero que me perdones.

– ¡No! Por dios estas loca, con una chica, que hice yo para que mi hija esta con una chica ¡Dime! Nada, la eduque perfectamente, escuelas de primera, y solo me traes desgracia, lo único que te mereces es ir a un internado, lejos, yo no te quiero más en esta casa.– fue hacia el garaje y sacó tres cajas de ropa y volvió a caminar hacía mi.– Todo eso es tuyo, no lo quiero en mi casa, y no vuelvas más, desconocida.

Me quedé parada fuera de la casa, por unos minutos, vi como ella entraba a la casa y cerraba la puerta muy fuertemente, sentía las lágrimas caer por mis mejillas, sentía mi corazón romperse en mil pedazos, me quería morir, ahora mismo, no quería estar viva no quería existir ¿Tan mala hija soy? ¿Una desgracia? Ella me odia, yo no quiero estar aquí, no...no me quedan ganas de vivir, solo quiero morir.

Corrí hacía casa, casa de Robin, me olvidé de la ropa, del amor de todo el mundo, me olvidé de todo, por que esto me hace tan mal, si yo odiaba a mi madre, pero algunos solo quieren un te amo hija, al menos un estoy orgullosa,  nisiquiera eso me da mi madre, nisiquiera eso me dio, pero me siento una mierda porque lo hice todo, todo, solo para un "sos una desgracia".

Para mi mala suerte, comenzó a llover y ya estaba anocheciendo, cuando llegué a casa, me encerré en el baño, me senté, abracé mis piernas y de respaldo usaba la puerta, lloré y lloré.

Abrí la ducha, y me metí, aún con ropa, tomé una navaja para afeitar, la miré por unos segundos, la puse sobre mi muñeca, sentía el palpito de mi corazón, toda la casa estaba silenciosa, apreté fuertemente la navaja contra mi muñeca y la corrí rápido, haciendo que la cortada sea profunda, vi toda la sangre que salía, que recorría mi brazo, mi vista se puso nublosa hasta no ver absolutamente nada...

The side [ Lgbt+ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora