Wabi Sabi (Pedri González)

Capítulo 15- Parte 2

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Entramos agarrados de la mano a un vestuario lleno de jugadores eufóricos y felices que no paraban de saltar, por los banquillos, las mesas... Aparte de eso también se estaban bañando con la ayuda de una botella de cava. Me gustaba verlos así, felices.

Mientras me encerraba poco a poco en mis pensamientos, una mano me agarró y me apartó del canario, de un segundo a otro, estuve rodeada de muchos de los jugadores saltando, bailando y riendo de sus estupideces.

Me encontraba empapada debido al alcohol que habían tirado por todo el vestuario, seguí bailando junto a Pau y Eric, hasta que noté un cuerpo pegado a mi espalda, me giré para mirarlo, ya sabía quién era, y antes de que mi cuerpo hubiese dado completamente el giro ya tenía a sus labios junto a los míos, empezando un baile lento y despertando el deseo en mi interior.

Seguimos así, bailando a nuestro ritmo, alejados de todo y todos, en esos momentos solo existíamos nosotros. Tuvimos que bajar de la nube en la que estábamos justo cuando, Unai chillo que llegaba el temazo del verano, todos nos reímos justo cuando sonaron los primeros acordes de "Flamenco y Bachata" y se puso a hacer un intento de bachata junto a Laporte.

Me iba a ir a sentar porque aparte de que estaba cansada digamos que la bachata y yo no nos llevamos del todo bien, pero no me dejaron llegar hasta el asiento porque una mano se agarró a mi brazo y me estiro hasta que choqué con el torso, el torso de mi novio para ser más concreta.

- ¿Dónde vas? -Me preguntó mientras me miraba a los ojos.

-A sentarme, no sé bailar bachata-Aclaro.

-Pues verás-Me dijo al oído mientras sus manos se colocaban en mis caderas y empezaba a bailar a su manera-Es que cada vez que escucho esta canción me recuerda a ti y me hacía ilusión bailarla con mi novia, bien pegaditos, ¿La has visto? -Acabó con una sonrisa mientras hacía que buscaba por encima de mi cabeza mirando hacia los dos lados.

-Me ha parecido verla por ahí -Dije mientras le agarraba por la mandíbula atrayéndolo hacia mí para besarlo.

-Bueno, me parece que la he encontrado- Dijo cuando se separó de mis labios para después darme otro beso corto y empezar a bailar a nuestra manera.

-Que no hay quién aguante tus labios de caramelo...-Me dijo con el tono canario que me estaba volviendo loca, susurrando al oído sin poder acabar la frase porque volvió a juntar nuestros labios como llevábamos haciendo la mitad de la canción.

Dios mío, estaba sufriendo de deseo, me estaba volviendo loca. La imagen que yo tenía delante no era digna para cualquiera, tenía gotitas de sudor por el torso y por el pelo castaño, no podía ser más perfecto.

-Ha sido tu mirada que es la que me atrapa-Volvió a cantarme al oído-Ha sido tu boca que es la que me mata-Me dijo posando un dedo en la comisura de mis labios-La fusión perfecta, flamenco y bachata- Me dio una vuelta, lo que provocó una sonrisa por mi parte- Eso es lo que somos, el amor nos delata-Me pego a su torso y me beso haciendo que todo el vestuario dejara de hacer lo que estuvieran haciendo para mirarnos y aplaudir, como siempre, aplaudió incluso hasta mi padre, qué vergüenza. Nada más separarnos, enterré mi cara en el pecho del canario y salí a hurtadillas del vestuario cuando se me presento la ocasión más temprana

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Acabábamos de bajar del autobús que nos había dejado en frente del hotel, iba despistada y cuando vi a mi padre ya fue demasiado tarde porque ya había impactado contra su pecho.