Wabi Sabi (Pedri González)

Capítulo 21

El reloj de la sala del aeropuerto ya marcaba las once y media, Pedri, no iba a tardar en irse.

Había sido una mañana rara, habíamos estado en silencio gran parte de ella. Supongo, que porque sabíamos que no tendríamos que despedir tarde o temprano y eso nos dolía. Ahora, ayer nos lo pasamos genial salimos a un bar con los amigos de , Pedri, y estuvimos bailando toda la noche, incluyendo nuestra canción, Flamenco y Bachata.

Apreté más su mano que estaba entrelazada en la mía. No quería que se fuera. Lo iba a echar tanto de menos.

-Ven aquí anda-Dijo acostándome en su regazo.

Y ahí ya no pude aguantar más, empecé a llorar sin ningún tipo de control mientras, Pedri, dejaba suaves caricias en mi espalda y besos en mi nuca.

-Ya está, Lara, por favor-Me cogió de la cara y me secó las lágrimas, intenté no soltar ninguna más para hacerlo todo más fácil y lo conseguí.

-Tengo miedo-Susurré-Tengo miedo a que la distancia cambie algo entre nosotros-Acabé.

-Pequeña, yo lo voy a dar todo por esto, ¿vale? -Le miré, decía la verdad-Te voy a llamar siempre que pueda y, además, te tengo que buscar un recuerdo, ¿no? -Me dijo con una sonrisa, ahora él era el que nos mantenía a flote.

Asentí con una sonrisa y me volví a abrazar a él.

- ¿Qué haré yo sin ti canario? -Le digo al oído.

-No me digas eso que vamos a tener que colarnos en algún baño libre ratona-Me respondió con una sonrisa en mi cuello.

-Que guarro eres-Le dije riendo.

-Te voy a echar muchísimo de menos ratona.

-Yo también, pero juntos podemos-Animé.

-Claro que sí-Me agarró otra vez de las mejillas suavemente y me beso con fuerza, explicándome todo lo que no tenia palabras para ser explicado-Me voy a tener que ir yendo-Dijo haciendo una mueca triste.

No lo quería alargar mucho más, si no dolería el doble.

Asentí y entrelacé nuestras manos hasta el control de seguridad privado por el que se marchaban algunos futbolistas.

Me volví a abrazar a él.

-Te amo mucho-Le dije.

-Yo también ratona-Me dijo mientras me besaba.

-Cuando llegues me llamas o me envías un mensaje, ¿vale? -Le volví a besar, teníamos que aprovechar.

-Sí, preciosa-Otro beso más.

-Anda vete que ya estoy empezando a llorar-Hice puchero cuando vi que dos lágrimas caían de mis ojos cristalinos-Y no te gires porque me meto en la maleta, eh

El canario sonrío y asintió, me beso una última vez y empezó a caminar poniendo ya la distancia entre los dos.

Ya había puesto sus cosas en la cinta y él ya estaba a la cola para pasar por el detector cuando, a mí, un impulso me obligo a moverme hasta su lado y dejar dos suaves toques en su hombro derecho haciendo que él girara. No le deje hablar, le besé con fuerza y él sonrío.

-Te amo-Dijo al separarnos.

-Te amo-Contesté y me aleje para que él pasará, antes de irse me mando un beso por el aire y pronuncio un te amo, luego se giro y la distancia durante un mes comenzó.

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Como estaba en Barcelona me dirigí a casa de mis padres, necesitaba que mi madre me consolara mientras mi padre hacía galletas de chocolate.