Capítulo 17

2.4K 69 0
                                    

Mañana era la semifinal de la Eurocopa, mañana jugaríamos contra Italia en Londres, donde ya estábamos instalados en el hotel, estos días había habido una vibra bastante diferente, los chicos estaban nerviosos y lo daban todo cada día entrenando.

Por mi parte, había tenido mucho trabajo, trabajaba desde las diez de la mañana hasta la hora de la cena, ya que Joaquín debido a su trabajo me había dicho que fuese yo quien mantuviera las charlas con los chicos y que después le pasará la información a él. Me había emocionado demasiado eso, tenía claro que quería dedicarle toda mi vida laboral a eso, tenía muchas ganas de volver a empezar la universidad para poder ampliar el doble mis conocimientos y así poder seguir creciendo en ese ámbito.

Iban a dar las siete de la tarde en Londres, cuando me acerqué a pasarle mis observaciones a Joaquín, que se encontraba en el campo junto a mi padre entrenando a los chicos.

Nada más girar la esquina pude ver el inmenso campo verde y a los chicos corriendo en circulo rodeando a Joaquín y a mi Padre. Cuando entré en el campo de vista del canario enseguida aceleró la marcha y en breves segundos me estaba abrazando por detrás mientras dejaba besos alrededor de mis mejillas hasta que llegamos a estar enfrente de mi padre.

-Joaquín, yo necesito una charla urgente con la psicóloga más guapa de este mundo, tengo demasiados sentimientos encontrados sobre el partido de mañana-Explico el canario a Joaquín y a mi padre exagerando lo más que podía mientras yo lo miraba intentando no reírme.

-Me temo que no va a ser posible, ya que has tenido una esta mañana y las observaciones han sido positivas-Le respondió Joaquín siguiéndole el juego.

Como ya había dicho, estos días había estado dirigiendo las charlas con los chicos y con el canario habíamos hecho de todo menos hablar de lo que teníamos que hablar. Casi siempre nos pasábamos los pocos minutos que teníamos besándonos y después el me resumía sus sentimientos, un caos sí, pero el tampoco ayudaba.

La reacción del canario fue fingir que se ponía a llorar en mi hombro, ahí si que ya no aguanté más y rompí a reír hasta que se escucharon quejas por parte de los demas chicos que estaban corriendo con una cara de cansados, no aguantaban más.

-Tira anda-Le dijo mi padre mientras el canario dejaba un beso rápido en mis labios y se giraba para irse- Que ser mi hierno no te da favoritismo –Le gritó con una sonrisa, mientras se reía y yo me ponía roja.

Le di mi libreta con las observaciones a Joaquín justo cuando mi padre daba por terminado el entrenamiento y los dos se iban al hotel, dejando un beso en mi mejilla cada uno.

Cómo ya había acabado todo lo que tenía que hacer me dirigí donde se encontraban los chicos bebiendo agua y recomponiendo la respiración.

Me abracé a, Unai, diría yo que era el más nervioso hasta la fecha por el partido.

-Hola, pitufina-Me dijo mientras me revolvía el pelo.

-Hola, grandullón-Le dije mientras le apretaba por los mofletes cómo hacían las abuelitas- ¿Cómo estás?

-Cansado, ¿Y tú?

-Como siempre- Le dije con una sonrisa.

Enseguida se acercaron los demás, incluido mi canario, y seguimos hablando mientras veíamos los colores anaranjados del cielo debido al atardecer que ya se estaba acercando.

-Estoy cagado por el partido de mañana-Dijo entre dientes, Eric.

-Ya somos dos-Le contestó, Unai.

-Oye chicos, tranquilos, mañana tenéis que disfrutar jugando como habéis hecho hasta ahora y darlo todo, cosa que estoy segurísima de que vais a hacer y como escuché a alguien decir algo malo sobre vosotros que se prepare-Les dije intentando sacarles una sonrisa como muchas veces me la habían sacado ellos cuando la había necesitado.

Wabi Sabi (Pedri González)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora