Capítulo 5

3.8K 119 12
                                    

Estábamos ya preparados para coger el bus que nos iba a llevar al estadio de la Cartuja para tener nuestro primer enfrentamiento con Suecia.

Los chicos habían pasado un día lleno de charlas técnicas, nervios y trajes que desde mi punto de vista les quedaban para morirse.

Yo, en cambio, había pasado un día tranquilo, aburrido y no muy nervioso ahora, también llevaba un traje parecido al suyo, no me quedaba tan bien, pero a mi parecer y al de Rosario estaba guapa.

Entré al autobús y me dirigí al asiento vacío que me estaba reservando un canario de 18 años.

-Hola-Dije con una sonrisa.

-Tome asiento, ratona-Dijo con una sonrisa.

-¿Estás nervioso?

-Un poco la verdad, espero dar lo mejor de mí.

-Seguro que lo harás, no te preocupes.

- ¿Qué has estado haciendo hoy? -Me preguntó el canario mientras se apoyaba en mi hombro.

-Pues he hablado con mi madre y mi primo y después he estado leyendo.

- ¿Qué lees?

-Ayer me acabé Nosotros en la Luna y ahora me he empezado Un Cuento Perfecto.

- ¿Está interesante?

-Mucho, no veas como escribe la autora-Dije mientras hacía un gesto tonto.

El canario sonrió.

Seguimos hablando de mis libros favoritos y sobre su familia hasta que llegamos al estadio donde nos recibieron un montón de periodistas y fotógrafos.

Después de entrar al estadio los chicos se fueron a cambiarse y yo acompañé a mi padre y su equipo técnico al campo a hacer tiempo hasta que los jugadores salieron a entrenar.

Después de un tiempo los jugadores dieron por terminado su entrenamiento y se fueron a los vestuarios a cambiarse, yo también los acompañé igual que todo el equipo técnico para poder escuchar la charla que les iba a dar mi padre.

Entré a los vestuarios cuando nos dieron la orden de que todos estaban cambiados, me senté junto a Pau y Gerard.

- ¿Cómo estáis, chicos?

-Nerviosos-Respondió el delantero del Villarreal.

-Tranquilos, os vais a comer el campo y yo voy a estar dejándome la voz animándoos-Dije con una sonrisa que intentaba animarlos.

Minutos después mi padre comenzó una charla motivadora y cuando acabó los jugadores empezaron a salir del vestuario en dirección a las escaleras para salir al campo.

-Mucha suerte, chicos-Les deseé a Unai, Pau, Eric y Ferran acompañado de un abrazo.

Estuve felicitando a algunos jugadores más de la plantilla hasta que me topé con un canario.

-Suerte, canario-Dije dándole un abrazo que despertó todas esas mariposas que se mantenían dormidas.

-Gracias, ratona-Dijo con una sonrisa separándose de mi abrazo-Nos vemos luego, ¿vale?

-Vale.


....................



Todos en el banquillo nos ponemos de pie cuando vemos el perfecto balón que le han dejado a Morata, balón que segundos después se marcha por la zona del palo y que nos hace lamentar a todos.

Wabi Sabi (Pedri González)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora