Capítulo 22

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Habían pasado ya dos días desde que llegamos a, Formentera, estos días solo habíamos estado en la playa y en discotecas por la noche.

Ahora mismo nos encontrábamos en el apartamento preparando una ensalada de verano para comer, escuchando música por el altavoz que nos habíamos traído mientras preparábamos la televisión para ver el primer partido de los chicos.

Una vez lo acabamos nos sentamos todas en los sofás y yo subí una foto a Instagram mencionando a la selección. Llevábamos unos minutos viendo a los chicos entrenar mientras escuchábamos a los comentalistas cuando uno de ellos dijo

-Pues sí, Pepe, lo que decías. Estos días hemos visto mucho a los chicos con las bailarinas olímpicas, sobre todo, al canario.

-Parece que se ha olvidado que la hija del lucho le está esperando en, Madrid-Comento el otro.

Las chicas se giraron hacia mí.

Me centré en las imágenes de ellos en la televisión, no estaban haciendo nada que pudiese hacerme daño, simplemente hablaban, aunque en una foto se estaban abrazando.

-Estos días no he hablado con él, solo nos hemos enviado unos pocos mensajes cortos-Me sinceré con ellas-Decía que estaba liado o cansado.

Las chicas asintieron.

- ¿Vosotras creéis que se ha olvidado de mí? -Dije con un temblor en mi voz recordando las palabras de los comentalistas.

-Claro que no-Dijo, Alice, poniéndome en su regazo.

-Chicas, me estoy volviendo loca, sé que no está haciendo nada con la chica, pero, me afecta mucho-Dije con lágrimas en los ojos.

-Lo sabemos, bella-Me consoló, Paddy.

-Hay una parte de mi cabeza que me pone en la peor parte de todo. Me dice que soy lo peor, que me ha cambiado, que no lo merezco... Me callo y me abrazo más fuerte a, Alice y las chicas se unen.

Nos quedamos en silencio abrazadas, no hace falta decir nada, porque creo que ellas no lo entienden. Pero, al menos, están aquí. Cuando las necesito siempre, a mi lado.

Vimos el partido y después nos fuimos a la playa, eso me ayudó a despejarme un poco.

Estaba en el patio exterior de la casa con el pelo mojada y en pijama, ya que me acababa de duchar.

Sonó el teléfono y pegué un salto de sorpresa.

Miré la pantalla deseando que fuese el canario, pero no era él, era mi madre.

-Hola, mamá-Saludé nada más descolgar.-Hola, cariño-Me devolvió el saludo- ¿Cómo va todo por ahí?

-Muy bien-Contesté.

- ¿Y con, Pedri ?-Me preguntó y entonces supe que me había llamado para saber cómo estaba por él, seguramente se había enterado por televisión.

-Bueno, no hemos hablado mucho estos días-Suspiré- Pero, no hay nada que esté mal entre nosotros.

-Lo he visto por las noticias-Me confesó-Quería asegurarme que todo seguía bien y quería saber también si lo que cuentan por ahí te está afectando.

-Pues mamá, sí que me está afectando y no sé ni por qué-Volví a parar y a coger aire- Tengo la cabeza hecha un lío.

-Lo sé, cariño.-Es que mi cabeza no me para de decir que no me lo merezco, que soy horrorosa y que la otra me da mil vueltas y eso hace que me entre el miedo-Confesé mirando las estrellas-Ya no sé cómo llevarlo. Sé que, Pedri, no está haciendo nada malo y que no me tendría que poner así, pero, aun así, lo hago.

Wabi Sabi (Pedri González)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora