Capitulo 38

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Isabel llegó junto a su hijo a la casa de Mayte bastante nerviosa, tanto que casi se le olvida su bolsa y si no fuera por el pequeño niño no se hubiera dado cuenta, cuando llamo a la puerta, su hermana la atendió y la paso a la sala, Joss cómo de costumbre fue a abrazar a Mayte y ella lo recibió gustosa llenándolo de besos y apapachos.

Isabel: Hermana ahora sí me vas a decir que paso – la miro con preocupación.

Mayte: No – se levantó y cargo a Joss – bueno si pero no seré exactamente yo – sonrió – me lo vas a agradecer Isa – se fue con su sobrino a la puerta de salida.

Isabel: Mayte si esto es una broma no me…………. – fue interrumpida por alguien que conocía a la perfección.

Carlos: Isa – Isabel volteo a verlo y tenía ganas de correr a el y darle un beso.

Isabel: Tu ¿Qué haces aquí?, creí haber sido clara – tomo una postura sería.

Carlos: Ya no tienes que fingir más – se fue acercando a ella.

Isabel: No se de qué hablas y sabes que si no te vas tú, me voy yo – tomo su bolso y estaba dispuesta a irse.

Carlos: Fernanda me contó todo – Isabel paro en seco.

Isabel: Maldita sea – susurro pero Carlos la escucho y paso sus manos por sus caderas.

Carlos: No sabes cómo me dolieron tus palabras aunque ya sabían que no eran ciertas mi amor – le dijo cerca al oído.

Isabel: Perdóname no quería hacerlo, pero mi hijo es primero – las lágrimas se hicieron presentes por lo que intento separarse, aunque no lo logro ya que Carlos forzó su agarre.

Carlos: Ay esperanza mi amor ven – se separó del abrazo y la toma de su mano para que ambos se sentarán en el sillón – al parecer tu marido está metido en negocios turbios – le dio la carpeta que estaba en la mesa e Isabel comenzó a leerla.

Isabel: Dios mío en que me metí – dejo la carpeta afligida.

Carlos: Mayte acaba de poner la denuncia y volvió a rehabilitar el proceso de divorcio – la miro.

Por otro lado Fernanda estaba por salir a comer de su consultorio, pero se quedó sorprendida al ver a Ilse sentada, aunque con una notable tristeza, así que se acercó a ella para ver qué era lo que hacía aquí.

Fernanda: ¿Ilse? – Ilse la miro - ¿Qué te pasa?, tienes los ojos muy rojizos oo– cuestionó preocupada.

Ilse: Necesito ayuda Fer por favor – la miro suplicante.

Fernanda: Haber vamos adentro – la toma de la mano para que la siga – siéntate – Ilse se sentó en un sillón y ella a su lado - ¿Qué necesitas?.

Ilse: Necesito superar eso – te prometo que  contaré todo, pero harías algo por mi – miro de reojo a Fernanda y ella asintió – dile a Mayte que venga necesito que ella también escuché lo que estoy por contarte – miro hacía la ventana y Fernanda asintió, llamo al celular a Isabel. Mientras tanto Isabel estaba que no se podía creer lo que dijo Carlos.

Isabel: ¿Por qué lo hicieron?, se están poniendo en peligro y eso es lo último que quiero – se levantó molesta.

Carlos: Tampoco tu mereces sacrificarte - la sujeta de sus brazos – confía en que ahora todo saldrá bien, no tengas miedo – estaba acercándose a sus labios hasta que el teléfono de Isabel los interrumpió.

Isabel: Que no sea José Manuel – rebusco entre su bolsa y al ver el nombre se calmo – Negrita hola, ¿Cómo estás?.

Fernanda: Hola Ila, estoy bien gracias y perdona que te moleste, pero ¿Mayte no está contigo o en su casa? – pregunto con toda la calma.

Isabel: Estaba aquí hace poco pero se fue y……….. – escucho como abrían la puerta y era Mayte con Joss que traían unos helados – ah espera acaba de llegar ¿quieres hablar con ella? – se acercaba a Mayte.

Fernanda: Si y de nuevo gracias Ila – sonrió.

Isabel: May te habla Fernanda – le pasó el teléfono y Mayte lo tomo un poco desconcertada.

Mayte: Hola Fer dime para que soy buena – siguió comiendo su helado.

Fernanda: May lo que pasa es que Ilse está aquí y quiere que vengas aquí a mi consultorio, quiere hablar sobre algo, la verdad yo la veo muy mal y además llegó pidiéndome ayuda – miro a Ilse cómo estaba un poco nerviosa.

Mayte: Voy de inmediato ¿dime dónde está tu consultorio? – Fernanda le dio la dirección – si ya se dónde es ahorita te veo ahí – acabo con la llamada.

Isabel: ¿Qué pasa? – la miro confundida.

Mayte: Es Ilse mira te cuento en un rato hermana – miro a Carlos – Te puedes quedar con ella.

Carlos: Si quieres me voy con Isabel y Joss a mi apartamento para que te quedes más tranquila – le toma la mano a Isabel.

Mayte: Si eso me parece mejor – sonrió.

Isabel: Hola yo no estoy pintada – los miro con calma – puedo decir donde me quiero quedar – los miro a ambos.

Mayte: Ay hermana no te hagas del rogar – rio y después salieron del departamento – te hablo en un rato hermana y tú mi niño te portas bien – le dio un beso con esto ambos se fueron a sus destinos.

Por su parte Ivonne comenzó a escribir algo en su pequeña libreta de dibujo y con esto trato de hacerlo con la mayor meditación y calma posible, pues aparte de aquella carta que había escrito hace varios días atrás, estaba escribiendo otra para contarle su travesía del como llegó a dar con su paradero y lo que sentía en ese momento hasta que la bocina del aeropuerto la interrumpió y es que al parecer ya era momento de abordar, Ivonne tomo su mochila y fue a la entrada del avión.

Mayte llegó al consultorio y al preguntar por Fernanda la secretaria inmediatamente la dejo pasar, al entrar lo primero que vio fue a Ilse totalmente decaída, triste y con los ojos rojizos, Mayte tenía ganas de ir abrazarla, pero no hizo nada y Fernanda la miro con esto Mayte tomo asiento frente a ellas, ha esto Fernanda miro a Ilse y acaricio su cabello.

Fernanda: Ilse – la llamo – Mayte está aquí – tomo la mano de Ilse y la de Mayte juntándolas – puedes comenzar cuando gustes.

Ilse: Si – su voz era temblorosa – Pablo es mi hermano, pero quisiera que no lo fuera, vengo de una familia pequeña de Venezuela con recursos escasos, aunque eso nunca me impidió ser una niña sumamente feliz y mi papá siempre hacia todo para tratar de consentirme, una de esas cosas fue mi fiesta de 15 años que siempre soñaba, pero lo que se supone que sería el mejor día de mi vida termino en el día que me dejó marcada para siempre y que terminó separándome de mi familia – pauso su relato y comenzó a llorar, Mayte no se pudo contener y la abrazo.

Continuará…………………………………

La libertad del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora