Capitulo 28

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Ivonne no dijo nada y llevo sus manos debajo de la blusa de la rubia y la acaricio como si fuera la cosa más frágil de este mundo, Mimí cuando acabo de desabotonar la blusa se quedó contemplando el cuerpo de la pelinegra a tal grado que sus cachetes se tornaron rojos, pero con el pequeño contacto visual que tuvieron basto para que Mimí llevará sus manos al pecho de Ivonne y que poco a poco comenzó a masajearlos, la pelinegra a pesar de que ya había estado con diversas mujeres a decir verdad sentía algo diferente en esta ocasión, tal vez porque era la primera vez que amaba a alguien realmente, ya que con esas simples caricias bastaron para hacerla temblar.

Ivonne cerro los ojos para disfrutar mejor de las múltiples sensaciones que su cuerpo recibía y ahí fue cuando Mimí bajo lentamente a su cuello para dar leves mordidas hasta que pasó al lóbulo de la oreja, la pelinegra estaba tan perdida en estás sensaciones que tardo en darse cuenta que su novia se había quedado dormida con su cabeza en su cuello y cuando lo noto intento despertarla, pero fue en vano había caído en un sueño abrazador, Ivonne se quitó de encima a Mimí y se levanto para darse un baño de agua fría, después de lo que había pasado lo necesitaba.

Al día siguiente la güera despertó con un poco de dolor de cabeza y vio a su lado a Ivonne dormida boca abajo solo con su ropa interior, Mimí al verla así no pudo evitar contemplarla un buen rato y es que para ella era perfecta su piel tan delicada y su cuerpo sería la envidia de cualquier mujer, se acercó un poco y depósito un pequeño beso en su hombro, Ivonne abrió los ojos al sentir ese pequeño beso.

Ivonne: Mimí deja de hacer eso o te gusta dejarme caliente – la miro.

Mimí: ¿De qué estás hablando? – cuestionó confundida.

Ivonne: Te estabas cayendo de borracha, pero al parecer no lo suficiente como para que tú y yo lo hiciéramos – se sentó en la cama.

Mimí: ¿Qué? – cuestiono incrédula.

Ivonne: Yo me negué en un principio ya que no me gusta hacerlo cuando la persona no está en sus 5 sentidos ya que bueno tuve una experiencia desagradable que bueno tal vez te cuente después, el punto es que eso paso ayer - sonrió ligeramente.

Mimí: Perdóname estoy avergonzada – le dio la espalda.

Ivonne: Tranquila es normal como ya sabemos quieres sentir como mujer, solo ten paciencia para cuando estemos solo tu y yo – la toma del mentón para que la viera y le dio un leve beso – te amo – sonrió.

Mimí: Yo también – acaricio su cabello y antes de que pudieran darse otro beso alguien llamo a la puerta, Ivonne se levantó y se fue al baño, mientras Mimí abrió la puerta y ahí estaba Mayte.

Mayte: Se puede o están…….. – fue interrumpida.

Mimí: Mayte obvio que se puede no hicimos nada de lo que crees – rodó los ojos.

Mayte: Ah si y entonces ¿Por qué está esto en el suelo? – recogió el pantalón y blusa de Ivonne.

Mimí: No es lo que piensas María Teresa, no todas andamos pensando en eso como ciertas personas – se cruzó de brazos.

Mayte: Yo si y bueno si no llego a pasar nada – dejo la ropa en la cama – pues de lo que te pierdes – rio – en fin yo vine a decirte que ya todos estamos por desayunar para después regresar a la ciudad.

Mimí: Gracias en un momento bajamos – sonrió y Mayte salió del cuarto, se sentó en la cama y se recostó un poco cerrando los ojos y fue ahí cuando le llegaron recuerdos de anoche y eso de forma inconsciente la hizo sonreír.

Ivonne: Pues en qué estás pensando que hasta tienes una sonrisa de oreja a oreja – dijo mientras se abrochaba los botones de una blusa rosa sin mangas.

Mimí: En nadie – se levantó – oh bueno si en una mujer morena – la tomo de la mano y la sentó en sus piernas – pelinegra que me enamoro hasta la médula – acaricio sus mejillas.

Ivonne: Ah si pues me voy a poner celosa – le siguió el juego mientras paso sus manos por detrás de su cuello.

Mimí: No tienes porque estarlo – la beso profundamente y es que por más que intentará evitarlo ya no podía ocultar ese enorme deseo que le quemaba la piel de estar con Ivonne.

Ivonne: Mimí ya no aguanto quiero hacerte mía – dijo entre leves jadeos.

Mimí: Yo tampoco quiero esperar más – le hizo saber.

Ivonne: Que te parece si mañana vas a mi casa y terminamos algo que dejamos pendientes – le susurró en el oído.

Mimí: Ah ese trabajo donde usted pudo verme en mi máximo esplendor no es así – rio – pero yo hice un trato con usted así que debo cumplirlo – la beso – mejor bajemos a desayunar ya que pensaran que estamos haciendo cosas indebidas – ambas rieron y bajaron a desayunar – oigan no y la cumpleañera ¿Dónde está? – cuestionó al ver solo en el comedor a Ilse, Joss, Estefany, Mayte y Fernanda.

Mayte: Pues ya sabes – hizo una leve seña con los ojos.

Stefany: ¿Saber qué? – miro a Mayte.

Mimí: Pues que a de ser hija, que sigue en su cuarto dormida ya sabes cómo es tu tía Isa le encanta dormir – todas rieron.

Isabel: Ya las escuche que están hablando de mi – entro al comedor junto a Carlos.

Joss: Mamá es que si es verdad  te levantas luego hasta las 12 de la tarde – dijo Joss y todos comenzaron a reír.

Isabel: Ah mira no más, ósea que me tienes bien checada hijo – se hizo la ofendida.

Joss: Namás tantito.

Mayte: Además hermana tu lo educaste para que no te digiera mentiras así que si lo educaste muy bien a mi niño consentido – abrazo a su sobrino.

Isabel: Bueno ya vamos a desayunar que se enfría, mejor – todos se sentaron y como siempre las risas no faltaron.

El camino fue tranquilo y divertido, aunque lo que todos no sabían es que tal vez ese sería su última tarde feliz por un buen tiempo. Ilse y Mayte habían decidido ir un rato a descansar del viaje y fueron al departamento de Ilse, pusieron una película y junto a unas botanas disfrutaron de la película abrazadas, pero fueron interrumpidas por el teléfono e Ilse de mala manera contesto el teléfono.

Ilse: Diga – contesto molesta – Que no, haber tu sabes perfectamente que los fines de semana son para mí y mi novia - Mayte sonrió al escucharla decirle novia – Ah mira que casualidad que Mildred me requiere justo ahora, yo sé que no es tu problema pero tampoco mío, mira ya dile que voy a ir pero no iré sola en 30 minutos estoy – colgó el teléfono molesta.

Mayte: ¿Amor qué tienes? – se levantó del sillón.

Ilse: Mildred al parecer quiere grabar un comercial justo ahora que porque la locación está perfecta y no se que, aunque no presiento nada bueno de esto, por eso quiero que vayas conmigo Mayte por favor – la toma de las manos.

Mayte: Mi amor puedes estar tranquila yo confío en ti y se que no harías nada para lastimarme – le dio un pequeño beso.

Ilse: Por favor nena vamos – le hizo un puchero – si vas te recompensare en la noche – la sujeto de sus caderas.

Mayte: Está bien así con eso no puedo resistirme, vamos – tomo su bolso y ambas salieron del lugar.

Continuará…………………………….

La libertad del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora