Mi nivel en el combate era simplemente vergonzoso, a duras penas podía esquivar algunos golpes y si lograba dar alguno a mi oponente no tenía ni la mitad de la fuerza de los que recibía.
Creí que podría soportarlo por más tiempo, pero cuando una garra atravesó mi hombro desde atrás, caí de rodillas al suelo, gritando por la sorpresa y el dolor.Era un dolor horrible, uno que no se comparaba con nada que hubiera sentido antes en mi vida. A pesar de esto, traté de ponerme de pie e ignorar la agonía que sentía, no sabiendo por cuánto tiempo más lograría mantenerme consciente.
Miré a mi alrededor, tratando de comprobar que las demás se encontrarán bien, pero me encontré con una Marcela en el suelo y a Deena a punto de ser atacada de la misma manera en que yo lo fui.Haciendo caso omiso al dolor que estaba atravesando, me convertí en loba y aún con el hombro sangrando demasiado, corrí y arremetí contra ese hombre.
No importaba lo que me sucediera, no iba a permitir que lastimaran a las personas a las que apreciaba.Peleaba, no sabía bien como me mantenía aún, pero me encontraba mordiendo y desgarrando carne sin parar. Sentía como todo en mi interior giraba, pero no me permitía darme por vencida, no me rendiría. No hasta que él cayera.
Sin embargo la impotencia no tardo en aparecer, ya que por cada hombre de ellos que logramos vencer, otros dos aparecían. Era como si se multiplicarán.Mis pensamientos no tardaron en probar tierra al igual que mi hocico, cuando alguien pateó mi pata adolorida, haciéndome caer.
Levanté la mirada y ahí estaba él, con su porte tranquilo y confiado, observándome con una mirada de burla que me llevo a preguntarme, ¿De qué demonios se burlaba? Después de todo sus hombres también estaban cayendo.—¿No te parece divertido? No se dan cuenta de que si siguen matándose unos a otros la nueva manada que formaré, no tendrá tantos miembros. — soltó una fuerte carcajada, echando su cabeza hacia atrás y llevándome a pensar que estaba completamente loco. — Te confieso que me gustaría sentir al menos un poco de remordimientos, pero no lo hago. Sin embargo, te prometo que cuando esto acabe, trataré de controlar la dicha.
No podía creer que alguien pudiera sentirse feliz y satisfecho con tanta muerte, pero este hombre en realidad se mostraba de esa manera.
Continué observándolo, tratando de comprenderlo, pero no lograba ver a través de sus barreras.—¿Qué pensaría el cachorro al verte en este estado? Pobre luna, tan indefensa, tan… — apretó con su pie mí torso, haciéndome aullar de dolor. — frágil. No debió dejarte sola, en su lugar no lo habría hecho. Es una lástima.
Comencé a tratar de pararme, pero no podía, mi hombro no estaba sanando y si lo hacía, estaba haciéndolo de forma muy lenta.
—Debes estar preguntándote: ¿Por qué está manada? ¿Por qué esperamos tanto tiempo? ¿Por qué tenemos tanto ensañamiento? Eres tan fácil de leer, tan básica, tan tonta. — quería exigirle respuestas, pero no podía transformarme en humana, era mejor mantenerme como una loba. —Las cosas pasan por algo, yo podría preguntarte la razón por la que el cielo es azul y la tierra marrón o la razón por las que las personas se enamoran, se entristecen, se decepcionan. Y la verdad es que a veces no hay un motivo, lo único que hay es un enorme deseo que nos impulsa a convertirnos en los seres más poderosos, el querer que nadie logré ser mejor que nosotros y es exactamente eso lo que estoy demostrando.
Aparté mis ojos de él, haciendo un barrido por todo lo que nos rodeaba. Todos seguían tratando de sobrevivir, de evitar ser golpeados, protegiéndose unos a otros.
Personas mayores, quienes no creían que volverían a enfrentar una batalla, personas que probablemente no tardarán en caer. También adolescentes, quienes Kevin convenció de quedarse por no estar lo suficientemente preparados, pero quienes ahora se verían cara a cara con la muerte, aún a temprana edad.Personas en el suelo, algunas tratando de volver a ponerse de pie, otras intentando detener el flujo de sangre que brotaba de alguna herida y otros, tristemente, yacían inmóviles, ya sea por la inconsciencia o la muerte.
Me odiaba por no poder defenderlos, por no poder ayudarlos y evitarles todo esto. ¿Qué clase de luna les había tocado?Volví mi atención a mi atacante y lo encontré dando dos simples pasos hacia mí. Lo sabía dentro de mí, no saldría viva de aquí, no volvería a ver, ni a besar a Kevin, no podría decirle lo mucho que lo amaba y aunque me dolía, estaba aceptando que no tendríamos un futuro juntos.
Solo esperaba que pudiera superar esta pérdida y no se dejará vencer.Sin embargo nadie atacó, el golpe que esperaba no llegó y cuando alcé mi cabeza, él ya no estaba allí.
Empecé a mover mis ojos, encontrándolo en el suelo, peleando con Simón Closkey.No sabía si estaba soñando, si tal vez la enorme pérdida de sangre me estaba haciendo alucinar, pero él hombre al que odie por años y a quien aún no logro perdonar, acababa de salvarme la vida.
Poco a poco los gritos fueron aumentando y al alejar mi mirada de Simón, vi como todos los demás comenzaban a llegar. Todos parecían furiosos y listos para la batalla, porque no tardaban en encontrar un contrincante.Empecé a buscar a Kevin y Fernando, pero no encontraba a ninguno en el mar de personas a nuestro alrededor.
Pero mientras buscaba, mi hocico comenzó a secarse, mi vista se empezó a nublar, sentía mis fuerzas acabarse y aunque trataba de resistir, no creía poder aguantarlo mucho tiempo más.Necesitaba buscar a Kevin, quería verlo al menos por última vez, pero no lo lograba. Mirase a dónde mirase, no estaba y ya no podía caminar, mi cuerpo temblaba sin cesar y mis patas no podían mantenerse.
Me estaba dando por vencida cuando lo hallé, vi el terror en sus ojos en el instante en el que chocaron con los míos. Lo vi comenzar a venir hacia mí, pero era tarde y solo pude sentir el impacto de mi cabeza con el frío suelo.
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Una segunda oportunidad
WerewolfTratar de encontrar un lugar al que llamar verdaderamente "hogar" es bastante difícil, pero cuando la tragedia vuelve a golpear su vida, a Sidney Madrigal esto y no dejarse caer, le resulta casi imposible. Mientras se encuentra repentinamente sola...