Nos hemos quedado todo el día en casa de Nick y no ha sido hasta ahora, hasta prácticamente la noche, que nos hemos reunido. En estas horas no sé donde han estado los demás, pero yo me he dedicado a estar en el sofá mirando la nada y curiosamente con la mente en blanco.
Ahora, no soy capaz de tomar mi taza de café a pesar del exquisito olor y ver como su humo asciende de manera serpenteante. Yo, al contrario que los demás, no puedo meterme nada al estómago. Siento que en el mismo momento en el que mi lengua haga contacto con una bebida o comida, vomitaré delante de la alfombra marrón de terciopelo que tengo delante.
Froto mi cara esperando que todo esto sea una pesadilla. No, Cassiel no volverá con su familia, no lo hará. Aun así, con todo en contra y a pesar de como Cassiel nos ha reunido a todos en la habitación en la que está descansando Laylah y ha relatado su plan, no he sido capaz de mirarlo. De hecho, no he sido capaz de mirar a nadie.
Escucho como Laylah se levanta de la cama, ignorando las súplicas de Abby para que repose. Camina hacia su hermano y se coloca enfrente de él.
—Ahora di un plan de verdad y no la mierda que has dicho.
Cierro los ojos y aun de esta manera, puedo imaginar perfectamente el rostro de Cassiel con tan solo oír su tono de voz.
—Ese es mi plan Laylah y no es refutable.
—Así que tu maravilloso plan es entregarte a papá para poder reunir pruebas desde dentro y enfocar su rabia en ti para que deje de perseguirnos a Keira y a mí. Genial, dos pájaros de un tiro—ironiza.
—Jamás he dicho que sea un maravilloso plan—refuta Cassiel, manteniendo la calma.
Laylah golpea a Cassiel en el pecho.
—¡Y yo no te he pedido que te ofrezcas en mi lugar!
—Laylah—advierte Nick entrando en el juego.
Incluso Abby ha intervenido colocando delicadamente su mano en el brazo de Laylah. Un movimiento peligroso, debido a las circunstancias, pero que surte efecto. La tensión en los hombres de Laylah mengua, pero la fuerza que ejerce en su mandíbula sigue presente.
Yo sigo mirando la estúpida taza de té.
—¿Y tú?—pregunta Laylah, señalándome—. ¿No tienes nada que decir?
No contesto, solo miro al café.
Escucho su soplido.
—Genial. Esto es increíble—ironiza, echándose el pelo hacia atrás—. Tengo un hermano suicida y ahora una media hermana, o lo que sea, muda.
—Tienes que entenderlo Laylah. No hay otra opción—asegura Nick, quién sin duda ha tenido que soportar su dolor para decir esas palabras.
Cassiel, al igual que yo, mira a otro punto que no sea una persona.
—Sí que la hay, Nick—dice Laylah ansiosa—. Iré yo. Yo me infiltraré como he estado haciendo hasta ahora.
La mirada de Nick se torna dura.
—¿Y seguir aguantando a tu padre?
—No me subestimes, Nick—advierte—. Lo he estado haciendo durante años.
—Esto es diferente, Laylah—asegura Cassiel alzando la cabeza y caminando hacia su hermana—. Lo que ha pasado esta noche es un claro ejemplo de lo que seguirá sucediendo si tú o Keira volvéis, pero si vuelvo yo no habrá problemas. Es a mí a quien padre quiere, no a vosotras.
Laylah vuelve a reír.
—No te hagas el héroe Cassiel—Acerca su rostro al suyo—. No te pega.
Todos en la sala notamos el significado de esas palabras. Cassiel nunca quiso ser un héroe, pero hasta Laylah sabe que su mellizo ha sacrificado muchas cosas por ellos y es por eso que ninguno le replicamos eso, porque todos sabemos que Laylah en el fondo sabe que lo que acaba de decir es mentira. Cassiel no es un héroe perfecto, incluso se podría decir que no es un héroe, pero ha intentado ser su protector y el de sus hermanos como mejor a podido.
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La Promesa Consumida-2 ✔
RomanceLa verdad ha salido a la luz y todo parece indicar que nada volverá a ser lo mismo entre Keira y Cassiel. Nueva vida, nueva familia y nuevos retos se precipitan sobre Keira, y su relación con Cassiel nunca había estado más en peligro. Un nuevo bach...