Lo primero que veo por la ventanilla del avión privado, son las nubes grises que cubren el cielo de Denver impidiendo que los rayos de sol aparezcan, otorgando una sensación de calma. Todo sigue igual y respiro hondo, agradecida de ver tanto verde. La verdad que echaba de menos está sensación.
Una vez que el avión aterriza, sigo a los Relish hasta llegar a unos coches que nos esperan para llevarnos a la mansión. Dejo mis maletas en el maletero y me subo en un coche con Darcel y Cassiel. Por suerte, Cassiel debe de haberle dicho algo a Darcel sobre nuestra actual relación, porque nos lanza una mirada a ambos y rodando los ojos, se sienta conmigo en el asiento trasero, dejando a Cassiel como copiloto. La acción me parece bien y mala a la vez, para ser sinceros. Está bien que quiera unos metros de distancia conmigo, pero si ya no vamos a ser algo más que amigos no entiendo el porqué de ese distanciamiento tan grande. Tampoco entiendo mis reiterados impulsos por observar su nuca. Me molesta que mi cuerpo actúe así cuando está con él. Somos hermanos y debemos actuar como tal, pero todo de mí está empeñado en no aceptarlo, lo que complica mucho esa misión de que tengo que olvidarlo.
No sé cuanto tiempo me dedico a mirar al suelo del coche, en un intento de fingir que no está a centímetros de mí, pero, de un momento a otro, ya hemos llegado a la mansión de los Relish. Ilta Relish nos recibe, erguida, debajo del umbral de la puerta principal de la descomunal mansión de los Relish, con un rostro impenetrable, como siempre. Lleva un vestido negro largo con unos tacones que le otorgan una mayor altura. Nos mira a todos, impasible, y cuando su marido se le acerca y le da un beso, aparta ligeramente la mirada. Noto que Ciaran Relish le dice algo y antes de ver que es lo siguiente que pasa, mis ojos chocan contra una pequeña Gaara que nos espera afuera de la casa con un paraguas negro. Entrecierro los ojos hasta que me doy cuenta de que apenas hay sol. Eso, sumando la protección que le brinda el paraguas, debe ser suficiente para que no le pase nada. Aun así escucho a Laylah jadear para a continuación correr hacia su hermana. Podría quedarme y ver como le abraza a su hermana o le dice cualquier cosa, pero siendo sincera, lo único que quiero hacer es ir donde mi tía y alejarme de ellos.
Subo las escaleras con la maleta, sin saludar a nadie. Una vez dentro, dejo la mochila en la cama y voy a la ducha. En apenas quince minutos estoy aseada, con ropa limpia y con el móvil cargado y listo para ir a la estación de policía. De repente, estoy a punto de irme cuando Repelente se cuela en mi habitación. Al principio ambos nos quedamos observándonos, hasta que yo alzo los brazos esperando que salte y me salude. El problema es que olvido como es en realidad Repelente. Parece que me analiza de arriba a abajo antes de saltar a mi cama y comenzar a dormir, no sin antes haberse chupado su pelaje negro. No hay duda de que tengo al gato más cariñoso del mundo, nótese la ironía. Aun así, me acerco y le rasco la cabeza antes de salir y comenzar a bajar las escaleras.
—¿A dónde vas?
La voz del señor Relish desde la cocina, hace que frene en seco. Está solo, su única compañía es un vaso de vino.
—Voy a ver a mi tía.
No hace falta esconderlo. Es obvio que antes de que me hiciera la pregunta, ya lo sabía. No tiene sentido mentirle.
El señor Relish asiente antes de levantarse y coger su cazadora.
—Voy contigo.
—¿Cómo?
—No puedes ir a la comisaría y exigir ver a una persona a espera de juicio y más si no hay nada que los vincule como familia.
Aprieto las manos al captar su mensaje oculto. No hace falta ser muy inteligente para saber que lo que quiere decir con ese comentario es que Adolfina Selby y yo no somos familia, en cambio, él y yo, desgraciadamente sí. Además de que básicamente el señor Relish mueve a las personas a su antojo, por lo que debo de hacer uso de su influencia. Los policías no deben de ser una excepción.
![](https://img.wattpad.com/cover/282298559-288-k527233.jpg)
ESTÁS LEYENDO
La Promesa Consumida-2 ✔
RomantizmLa verdad ha salido a la luz y todo parece indicar que nada volverá a ser lo mismo entre Keira y Cassiel. Nueva vida, nueva familia y nuevos retos se precipitan sobre Keira, y su relación con Cassiel nunca había estado más en peligro. Un nuevo bach...