Capítulo 35

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Veo desesperadamente como mis manos agarran el aire y mi cuerpo se va hacia atrás. Choco contra el pecho de Cassiel mientras intento zafarme de sus brazos e ir a por la persona a la que quiero ver a tres metros de profundidad, donde nunca más vea el sol y no sea capaz de hacer más daño a mi familia y a nadie.

—¡Suéltame Cassiel!—grito llegando a golpear su pecho.

—¡Matarla no es la solución!

—¡Es mi solución y yo he decidido esto!

Annabeth Carver inclina la cabeza a causa de sus risas y pasa sus manos llenas de suciedad por su ya manchado, y destrozado, camisón blanco.

Por unos momentos me quedo quieta y la observo. Ciaran Relish es culpable de lo que le sucedió a mi familia, y ella es cómplice. Annabeth Carver sabía todo desde el principio, todos los detalles, todos los huecos que no sabíamos adivinar… Y ha estado delante de nuestras narices siempre.
Nos ha humillado delante de nuestras narices.

—Ese monstruo me ha arruinado la vida, Cassiel—confieso con la voz rota—. No puedes pedirme que pare porque no soy capaz y no quiero hacerlo.

Aun escuchando su risa, Cassiel me agarra de la cara.

—Keira, piensa en frío. Puede que te arrepientas.

—Quiero hacerlo—corrijo.

Cassiel cierra los ojos un segundo antes de negar con la cabeza.

—Entonces dime, dime cuanto tiempo disfrutarás con su sangre entre tus manos.

—Toda mi vida.

—No, no lo harás Keira. Si lo haces te arrepentirás y ella habrá ganado.

Agarro su brazo, que me retiene con énfasis.

—Ella ya ha ganado-refuto apretando los dientes.

—Pero eso no significa que tú hayas perdido.

—¿Entonces que significa que esté destrozada mentalmente y físicamente? Dímelo Cassiel—No hay respuesta—. ¡Joder Cassiel! ¡Dime por qué sigo en esta mierda de vida si cada día que pasa me golpean más y más! ¡Dime el resultado de todos estos años de lucha si no me han servido para nada!

Al fin Cassiel me suelta, pero no voy a atacarla, sino que llevo mis manos a la cabeza, concretamente a los oídos, intentando en vano dejar de escuchar las risas de Annabeth Carver.

La miro y ella a mí. La locura que veo reflejada en ella debe ser parecida a la mía.

—Ha destruido a mi familia y por ello estuve condenada a vivir todo tipo de humillaciones y abusos—continuo con los ojos empapados en lágrimas—. Mi madre… Muerta. Mi padre… Muerto y mi hermana…—Muerdo mi labio inferior, con fuerza_. Muerta. Toda mi familia está muerta así que dímelo Cassiel… Dime por qué tengo que seguir existiendo en un mundo que no para de rechazarme desde el día que ni siquiera había nacido.

Cassiel está petrificado. La situación parece superarlo y por primera vez que lo conozco, no encuentra sus palabras. Sus ojos están perdidos mientras me mira y aprieta los puños, desesperado por decir algo, algo que me calme, pero que no averigua.

—Solo se una cosa, Keira—murmura sin despegar sus ojos sobre los míos—. Que eres la persona más maravillosa e increíble que he conocido y, joder, no puedo permitir que te pierdas.

Las palabras de Cassiel no surten efecto en mí. Nada puede ayudarme en estos momentos.

—No basta eso Cassiel… No basta.

Me siento un cadáver viviente, alguien sin corazón y sin sangre en las venas. Soy un ser sin sentimientos y me siento como la mayor basura del mundo.

De pronto, a lo lejos se escuchan varias voces de hombres, acompañadas de unas intensas luces.

La Promesa Consumida-2 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora