CAPITULO 17

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Los primeros cinco meses habían sido horribles, apenas podía dormir y la ropa de Shigaraki ya no le fue suficiente, llegó al punto de usar las doce bolsas en el cuarto mes, ahora el aroma era gastado y no podía conciliar el sueño

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Los primeros cinco meses habían sido horribles, apenas podía dormir y la ropa de Shigaraki ya no le fue suficiente, llegó al punto de usar las doce bolsas en el cuarto mes, ahora el aroma era gastado y no podía conciliar el sueño.

Pasaron tantas cosas durante esos meses que le sería imposible recordar cada una. Lo poco relevante eran las atenciones de Dabi tenía él, siempre que Mina y Kaminari salían, volvían con una mochila con ropa, libros, comida instantánea y algunos peluches, todos cortesía del chico pelinegro.

Había hablado meses atrás con Hatsume sobre sus aparatos y en el tercer mes le había entregado unos cuantos aretes que enviarían el mismo voltaje que las gafas de su traje, ahora podía percibir todo a color, a excepción de las pantallas, esas seguian siendo solo un cuadro negro que emitía sonidos.

Durante los cinco meses su relación con Yamada y Aizawa había mejorado, ahora ambos llevaban el título de padres, aunque eso molestaba a All Might quien decía que no se debían encariñar, porque seguramente los abandonaría en cuanto la liga volviera. Sobre Hizashi no había mucho que decir, el hombre volvió a América ya que su trabajo terminó en Japón, pero prometió ir para hablar sobre el tema importante y secreto que Aizawa y Yamada le comentaron.

Bakugo y él se habían vuelto buenos amigos, todo parecía estar bien, y le agradaba.

__Esta mierda no se quita- murmuró el cenizo y talló con fuerza un traste.

__Mhm... Kaachan, creo que es parte del diseño- comentó y señaló la mancha.

El cenizo pasó el dedo y aclaró la garganta.

__Ya sabía.

Mina rió a su lado y siguió secando los trastes.

Era su turno de ayudar en la cocina, Yaoyorozu, Hagakure, Sato y Oijiro habían hecho la cena de esa noche, así que ellos tuvieron que limpiar el comedor y lavar la vajilla.

__Ya me cansé... ¿Cuántos faltan?- preguntó el ojiambar y se sentó en la barra de la cocina.

__Cinco platos- anunció la pelichicle- y dos vasos.

El rubio gruñó y se recostó en el la barra.

__¿Por qué no pudimos hacer la comida?

__Porque no la habríamos hecho correctamente, los únicos aquí que sabemos cocinar somos Izuku y yo, ustedes dos no dan una.

__¡Hey!, En mi defensa, pude haber ayudado para cortar la verdura o algo así- exclamó la pelichicle y le entregó otro vaso.

__Yo los habría podido animar... O pasar los platos...

Rió y le entregó un plato al rubio.

__Bueno, ya será a la próxima, Kaminari-kun.

__Tu le tienes demasiada consideración a ese idiota, por eso es así.

CIEGAMENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora