Prólogo

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Sunmi's Pov

1880

Faltaba solo una hora para que inicie el baile y yo aún seguía sin poder elegir un vestido. De todas formas, ir y bailar toda la noche sin preocupación alguna no estaba entre mis planes. Las fiestas no son lo mío. Por alguna razón, preferiría pasar mis horas libres leyendo algún libro de romance que me haga olvidar de la realidad en la que vivo, pero se me hacía imposible elegir entre cientos de capítulos y mi madre, quien muy entusiasmada se encontraba peinando mis cabellos para la ocasión. Estaba tan contenta con la idea de verme socializar con el prójimo, que no podía romper su corazón con un no como respuesta. 

Odiaba verla triste. 

—Madre, solo se trata de un baile. No es un concurso de belleza. —objeté al ver tremendo malabar que se encontraba realizando para terminar con el peinado. 

Aún falta vestirme y ya he pasado más de sesenta minutos sentada frente al espejo, que estoy a punto de quedarme sin cuerpo. No veía la hora de que este día se acabe para poder seguir leyendo la trágica historia de la esclava que se enamora de su rey y termina desterrada. Para mí, llegar a saber cuál es el final de la protagonista es más importante que un baile. Nada ni nadie me hará cambiar de opinión. 

—¡Pero mira lo hermosa que estás!—exclama al culminar y entonces tengo oportunidad para verme sin pestañear. 

No voy a negar que me gusta lo que veo. Es la primera vez en toda mi vida que me siento hermosa e importante. Normalmente, suelo dejar mi cabello suelto o en una coleta de caballo simple, pero esto era diferente. Y me gustaba. Sin embargo, no creo que me iguale a todas las bellas damas que asistirán al castillo. Puedo creer que tengo lo mío, pero no puedo decir que mis rasgos son increíblemente impresionantes. 

Solo son Kang Sun Mi. Sin maquillaje, ni pestañas, ni nariz perfectamente perfilada. Solo yo y soy única, lo debo aceptar. 

—Está perfecto madre, ¿pero no crees que es demasiado?

—Tonterías. Estás más que hermosa. —responde. —ahora ve a vestirte que Hee llegará en cualquier momento. 

Me doy un último vistazo al espejo y decido que, por este día que parece ser especial, me sentiré más bella que nunca. De todas maneras, no tengo de otra. Si mi amiga ve que no estoy lista, es capaz de mandarme al otra vida, así que mejor me apresuro. 

Me pongo de pie y camino hacia mi cama, en donde los dos vestidos que Hee escogió para mí se encuentran esperando a que los elija. Es difícil decidir, ya que ambos parecen ser del mismo modelo, solo que de colores diferentes. Me siento una completa tonta al mirarlos y no saber cómo diferenciarlos. Estoy a punto de cumplir los veintiuno y eme aquí sin poder vestir de manera decente. 

—Este te quedará de maravilla. —mi madre toma el de la izquierda y me lo muestra con una amplia sonrisa en el rostro. 

Soy consciente de que el tiempo es oro, así que evito las contradicciones y asiento ante su comentario. De igual forma, saldría perdiendo si le digo que no me interesa ni el color ni el modelo de vestido, porque eso no le quita la idea de que sigue siendo un vestido, ¿verdad?

—Hubiera preferido ser hombre. —susurré por lo bajo quejándome por la frustración que me causaba este asunto del baile. Jamás en mi vida hubiera imaginado que tendría que pasar por esto para encajar ante la sociedad. 

Si me lo hubieran dicho antes de nacer, me hubiera negado en salir. 

—¡Kang Sun Mi! ¿Qué estás diciendo?

Al parecer, mi madre escuchó lo que dije, así que hice todo lo posible para sonreír sin que se me salga ninguna mueca. Ya tenía suficiente con el vestido que iba a ponerme. 

1880: TODO ES OBRA DEL DESTINO//JJK (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora