La adrenalina corre por mi cuerpo a mil por hora. De hecho, siento que en cualquier momento se me va a salir todo de un solo escupitajo. No puedo con los nervios. Faltaban horas, solo unas cuantas horas para la firma de autógrafos y nosotras ya estábamos en camino a Busan.
Voy a vomitar.
—¿Quieres calmarte? Me estás poniendo más nerviosa.—se quejó Tae intentando volver a dormir.
—Perdón, ¿sí?, pero es que no puedo.
Minho llevaba manejando casi cuatro horas. Faltaba poco más de treinta minutos para llegar a la casa de su tía, quien había sido muy amable en aceptar que nos alojemos en la habitación extra que tenía. Todos se habían tragado el cuento de nuestra supuesta visita al museo, así que debíamos ser extremadamente cuidadosas. Si mi madre se llega a enterar, no vuelvo a salir de mi casa hasta que cumpla los treinta.
Hasta sería capaz de sacarme de la escuela.
Nuestro plan era llegar al Centro Cultural de Busan antes de que comience la firma de autógrafos, buscar la manera de infiltrarnos sin que se den cuenta y luego vivir el sueño que anhelamos desde hace varios años. Sin embargo, éramos conscientes de toda la seguridad que los chicos tendrían, por lo que la cosa se nos complicaría.
Ya comenzaba a pensar que habíamos venido en vano.
—Mi tía me comentó que es muy fanática de ese museo, así que quiere acompañarlas. —de pronto, la voz de Minho me sacaba de mis pensamientos. —Llevaba a mi primo casi todos los días, antes de que se vaya a la universidad. Además, puede ayudarlas con su reporte. Sabe mucho de historia y esas cosas.
"Ay no"
Las tres intercambiamos miradas de complicidad. Sabíamos que estábamos a punto de meternos en un gigantesco problema.
—Uh...No es necesario, Minho. Ya es mucha molestia con dejar que nos quedemos en su casa. —Dije al borde de la desesperación, ya que esto último no lo teníamos planeado.
—Claro que no. A mi tía le encanta mucho estar acompañada. Se lo comentaré en cuanto lleguemos.
Sonreí ampliamente fingiendo estar entusiasmada con la idea, pero, en realidad, estábamos acabadas.
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—Es aquí. —nos decía la señora Lin mientras caminaba delante de nosotras.
Quedé sorprendida por la enorme infraestructura en la que vivía. El interior estaba decorado de adornos artísticos, enormes cuadros y muebles que a la vista se ven súper caros. Todo se veía resplandeciente.
—Perdón si ven un poco de desorden en la cocina. —continuó. —Me emocioné mucho al escuchar que tendría visita y comencé a preparar diferentes tipos de bocadillos que de seguro les va a encantar.
—Muy amable de su parte, señora Lin.
—Oh, no, por favor, llámenme Lin. Siento que envejezco cada vez que me dicen señora. —sonrió amablemente.
Definitivamente, la personalidad de la tía de Minho es adorable. Sin embargo, comienzo a sentirme culpable por tener que mentirle. Si tan solo pudiera encontrar una manera de decirle la verdad sin darle una mala imagen de nosotras, lo haría sin dudar, pero por el momento debo seguir con el plan.
—Pueden dejar sus cosas en esta habitación. —nos indicó. —Acomódense a su gusto y cuando puedan, pasen por la cocina que de seguro deben estar hambrientas.
—Gracias, Lin.
Dicho eso, nos regaló una última sonrisa antes de dar la media vuelta y dejarnos a las tres solas y con la mente a punto de explotar. Minho se había quedado saludando a un vecino que no veía hace mucho, pero en cualquier momento se aparecería frente a nosotras para hablar sobre el tema pendiente, el cual nos complicaba las cosas.
—¿Qué hacemos ahora? Si Lin se entera que hemos venido para un fanmeet de seguro se va a decepcionar. —comentó Taemin tirando sus cosas sobre una de las camas.
—Tampoco es para tanto. —le siguió Suri. —Podemos ir al museo a primera hora y luego vamos al centro. Fingimos sorpresa al enterarnos de la firma de autógrafos y le decimos que entraremos por un par de horas. Nada más.
Analizo la propuesta de Suri y por un momento me parece una buena idea. Sin embargo, si perdemos tiempo en el museo, quizá ya no tengamos oportunidad de conseguir ingresar por el límite de personas. No podemos confiarnos.
—Igual suena arriesgado. —hablo.—recuerden que no tenemos entradas y debemos hacer lo posible por conseguirlas antes de que alguien más lo haga.
—¿Entonces, qué sugieres?—preguntó Taemin.
—Hay que hacer todo lo posible para que la tía de Minho se quede en casa. No puede venir con nosotras.—digo.
—Simplemente hay que decirle que queremos hacerlo por nuestra cuenta. No es tan difícil.
—Bien, Suri. Tú se lo dirás.
—¿Y por qué yo?
—No tienes sensibilidad con las personas, eso ayuda.
Ella se encogió de hombros al escuchar a Tae decir aquello. Pues, era verdad.
—Bueno, ¿y qué gano a cambio?
—Si fracasamos, puedes subirlo a tik tok y hacerte millonaria.
—¡No vamos a fracasar!—me quejo. —Yo voy a ver a Jungkook sí o sí, ya verán.
—Como sea. Acepto.
—¿Y si ella pierde, qué?—pregunto. No se lo va a llevar así de fácil.
—Si ella pierde, nos comprará toda la merch de Bangtan que queramos. —Taemin se mostraba muy convencida.
—Pfff, idioteces.
—Bien. Queda. —comento. —La firma de autógrafos es mañana, así que debemos estar ahí desde temprano. Será mejor que te pongas en acción, Suri.
Mi amiga rueda los ojos y se da la media vuelta para salir de la habitación y dirigirse a la cocina. Solo espero que no sea tan dura con sus palabras.
—Evita hacerla llorar, por favor. —le dice Tae en un tono de súplica.
Conocemos bien a nuestra amiga y sabemos que es demasiado directa. No sabe medirse y eso nos preocupa.
—Tampoco me van a dejar sola, par de bobas. Tienen que venir conmigo.
"Cierto"
Tae y yo asentimos, para luego caminar junto a ella en busca de la señora Lin. No teníamos idea de cómo iba a resultar todo, pero algo en mi interior me decía que la suerte estaba de nuestro lado, solo teníamos que confiar.
