Veintisiete

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Ya no hay un garabato

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El año nuevo había llegado y con ello, según Ryoko, una nueva forma de intentar un mayor acercamiento entre sus mejores amigos: Hariko y Bokuto.

Había ideado un plan perfectísimo si se lo preguntaban y con ayuda de sus amigos estaba dispuesta a llevarlo en marcha.

Organizó una salida entre los seis para acudir al templo y pedir suerte para las nacionales en las que se vería involucrada como Manager del equipo de voleibol de Nekoma, lo cual Kuroo también haría, justo como sus posibles contrincantes en la cancha: Fukurodani. Como siempre, Hariko, Kuroo y Ryoko se encontraban en la estación esperando a que Mio, Akaashi y Bokuto llegaran para caminar juntos y conversar para hacer más corto el camino. Baruta sabía que para Hariko sería complicado ir al lado de Bokuto, por lo que pasó su diestra sobre los hombros de su amiga como un fuerte apoyo de no dejarla sola.

Ante eso, pudo sentir cómo el cuerpo de la chica de lentes se relajaba y caminaba con más soltura mientras observaba a los alrededores contemplando mejor todo. Cuando por fin llegaron a su destino, todos se dirigieron al templo para brindar sus oraciones, Hariko permanecía al lado de Ryoko, no quería que la dejara ni un solo segundo porque eso significaría ver a Bokuto por mera casualidad y no quería hacerlo, porque no quería sentirse más nerviosa de lo que estaba y mucho menos quería permitirse sonrojarse por él. Aunque no podía evitar regalarle una mirada curiosa cuando sabía que estaba distraído y lograba verle alegre, como todos los días y él le contagiaba sus ánimos.

No obstante, el plan de Ryoko se puso en marcha. Aprovechando la presencia de varias personas, ambas parejas fueron acercando poco a poco a sus amigos y reunirlos mientras ellos se alejaban para observarlos a la lejanía y quizá perderse un momento entre los platillos que ofrecían los diferentes puestos de comida. Hariko no tardó mucho en darse cuenta de la ausencia de su amiga, mucho menos en maldecirla esperando oírla estornudar en algún lugar de ahí tras darse cuenta de su maldito plan con maña.

—¡¡AKAASHI!!

La voz de Bokuto se oyó entre toda la multitud. Como Hariko, se dio cuenta de la ausencia de sus amigos y no dudó en gritar el nombre del armador de su equipo esperando recibir una contestación de su parte, pero no fue así, tal vez, en algún lugar cercano a ellos, Akaashi le cuestionó su plan a Ryoko tras oír el grito del peligris.

—Creo que... se han ido —la castaña lo tomó por el hombro para tranquilizarlo y no llamar más la atención del resto de personas.

—Pero ¿A dónde? —preguntó Koutarou y al instante se sintió nervioso por darse cuenta del tacto de la chica sobre él, por lo que decidió alejarse en un movimiento brusco, extrañando a la chica de lentes, la cual creyó que solo le había asustado, cuando en realidad ella ya provocaba nervios en su amigo.

—Ryoko seguro que a probar la comida picante —supuso al ya conocerla—. El resto no lo sé —se abrazó a sí misma sintiéndose incómoda por la gran multitud que se reunía a su alrededor. No le gustaba estar en lugares tan concurridos, estaba acostumbrada a que Ryoko estuviera con ella en sitios así, de esa forma quizá se sentiría un poco más segura.

—¿Quieres salir de aquí? —Bokuto preguntó al darse cuenta de la incomodidad de la chica y sus constantes miradas a todos lados.

Pensó que prefería estar con Ryoko y no con él, y supuso que lo mejor era buscarla para que estuvieran juntas... La chica solo asistió y Koutaor, sin ser consciente de ello, la tomó de la mano y la llevó a un sitio más despejado de personas, sin darse cuenta de que su amiga permanecía con la mirada al suelo, con su mano libre en el pecho deseando calmar el ritmo acelerado de su corazón y preguntándose si ante la vista de los demás se veían como una pareja.

Garabatos en papel [Haikyuu] Bokuto KoutarouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora