Garabatos en papel [Haikyuu] Bokuto Koutarou

Treinta y cinco

Dos cartas

•⸙•

Seguro que recordarás muy bien los ingredientes que te di para hacer aquellas galletas que tanto le gustan a Ryoko, aunque de todas formas te dejaré la receta para que le entregues unas de mi parte en el próximo San Valentín. Y antes que otra cosa, te quiero agradecer por darme la mejor idea que alguien me pudo dar, porque de no ser por ti habría caído en desesperación buscando un regalo para cada uno de ustedes y quizá esta carta no estaría en tus manos, ni en las de los demás.

No sabría qué más decirte, quizá hay tanto, pero no tengo el tiempo suficiente y el espacio para hacerlo, aunque principalmente quiero darte las gracias por estar con Ryoko, sabrás que no la ha tenido fácil desde hace mucho y me alegra saber que se quedará con alguien como tú y con nuestros amigos. Sé que en ocasiones parecerá que no necesita que la cuides, sin embargo, es ahí donde más te pido que estés con ella y le ayudes..., quizá mi partida sea una de esas ocasiones, así que te suplico que le hagas saber que estaré con ella siempre y aunque sé que me voy a distanciar demasiado, que incluso cambiaré mi número, siempre, siempre, voy a estar con ella y con ustedes.

Creo que eras el mejor candidato para llevarte esta responsabilidad y te pido disculpas. Pero considero que eres el más sensato ahora y el que puede mantener vivo a este grupo que yo me he encargado de, quizá, distanciar con mi partida.

Deseo que todo esté yendo bien entre ustedes. Y si no es así, te pido que des mis disculpas a cada uno de ellos, porque yo no podría hacerlo, y de nuevo me disculpo, no sería algo que te correspondiera, pero no encontraba a alguien que pudiera ayudarme con esta despedida.

No estoy segura si realmente te dediques al voleibol, aunque eres muy bueno. Pero espero que te vaya bien, que mejores, que crezcas y seas esa persona que puedes ser, aun mejor de lo que ya eres y, si se da la oportunidad, que seas esa persona que complemente a Ryoko, porque sé, que ella te complementa muy bien, lo he visto y confesaré que me generaba envidia verlos juntos; aunque ahora deseo que así sea, que ustedes lo decidan por sí mismos.

Ojalá podamos vernos un día, que el destino nos reúna nuevamente y me cuentes todo lo que has hecho y dónde estarás en el futuro, y si no es así, te deseo lo mejor, Tetsuro.

Era la sexta vez que sus ojos leen aquella carta, quizá como un aniversario de haberla recibido seis años atrás y con un gran orgullo y cierta arrogancia por la diferencia de alturas, le diría a Hariko cuál era su profesión y que los trajes con corbata le quedaban bien.

Le entregaría una tarjeta de presentación y le explicaría a qué se dedicaba, anunciándole que dos meses atrás dio el paso con Ryoko y se habían comprometido, aunque ella había dudado un poco dada la diferencia de edades. Sin embargo, terminó por aceptar. Le diría que Mio le ayudó a planear todo y que Kenma simplemente había aportado un poco de capital porque quiso, no estaba seguro. Hablaría de lo emocionada que Mio se vio cuando decidió vivir en un mismo piso con Akaashi tras conseguir empleo en el mismo lugar y que a ambos les va muy bien.

Pero también le diría que a Bokuto no lo había visto desde hace poco más de un año, pero le aseguraría que estaba bien y que continuaba con el voleibol. Que, por cuestiones de trabajo, quizá, hasta había dejado de ver a Mio y a Akkashi, pero que gracias a Ryoko, aunque también viajaba, continuaban en contacto, sin poder quedar un día por sus trabajos.

Ese día saldría temprano de la oficina habiendo terminado su trabajo con gran satisfacción para disfrutar de su fin de semana libre al lado de la mujer que amaba y que, seguro, ya le esperaba en casa con la cena lista, o tal vez estaría jugando con Boris, aquel gato que habían adoptado tras comprometerse.

Una sonrisa se dibujó en sus labios cuando miró hacia atrás por el espejo retrovisor de su auto. Confiando plenamente en que Hariko también estaría bien y que incluso su vida habría mejorado mucho. Y juraría que, si la viera en esos instantes, no la reconocería por lo mucho que hubiera cambiado, aunque siendo esa chica tímida que los dejó simplemente un día para, seguro, cumplir sus sueños.

Y entonces condujo hasta su hogar, al sitio donde una chica lo esperaba con una gran sonrisa y a la que él ansiaba ver.

17JUL2023