El búho responde 5
‹^ᴥ^›
—Según mis contactos, debería estar aquí.
—¿Cómo estás tan segura? —preguntó asomándose por el marco de la puerta de la clase 5 de tercer año, pero no evitó observar a su amiga hacer lo mismo por encima de ella dada la mínima diferencia de alturas— ¿y por qué usas lentes oscuros? —susurró.
—Ya no estudio aquí, debo ocultar mi imagen y parecer una estudiante —respondió acomodándose las gafas oscuras, divisando el interior de la clase cinco.
La otra solo suspiró—. Llamarás más la atención de esa manera —ingresó al aula acercándose a su pupitre, de ahí encontraría el de su amiga y detrás el asiento que Bokuto ocupaba todos los días—. Ahí está —señaló la nota de papel.
La azabache caminó con cautela, metiéndose de lleno en su papel de espía ultra secreto que pretendía robar la joya más cara y preciada de un museo. Baruta tarareaba una melodía que Mio no logró conocer dado el poco ritmo con el que la canturreaba y se ocultaba en cada pupitre por el que pasaba, observando a todos lados cuidando no ser descubierta, pero la única mirada que recibía era de Matsumae, quien se preguntaba cómo es que Ryoko aún no había alcanzado la madurez a sus veintidós años de edad y siendo una chica universitaria que debía prepararse para la vida adulta.
—El ave está en el nido, muchachos —dijo la azabache al llegar al pupitre que Mio le señaló.
—¿A quién le hablas?
—Procedo a ver el objeto —Baruta la ignoró. Con sumo cuidado desdobló la pequeña hoja de papel mientras tarareaba nuevamente aquella melodía sin sentido para Matsumae. Fingió limpiar su sudor, como quien pretende desactivar una bomba no sabiendo si cortaba el cable correcto. Finalmente desdobló la hoja de papel y logró ver que su contenido era la caligrafía de Bokuto en ella—. Encontramos el objeto. Repito, encontramos el objeto.
Mio se golpeó la frente.
Sin embargo, antes de poder leer siquiera la primera palabra, la voz de Hariko se oyó en el aula, asustando a las dos chicas que llegaron antes que ella.
—Oh no —murmuró Matsuame.
—¡Mayday! ¡Mayday! —gritó Ryoko observándola y notó las intenciones de su amiga para correr, pero no se lo permitió; la alcanzó algunos metros lejos de la entrada de su clase y la jaló para llevarla nuevamente a ella.
...
—Es culpable su señoría —espetó Ryoko sosteniendo la respuesta de Bokuto delante de Hariko que se encontraba sentada en el pupitre del chico—. Aquí está la evidencia —Mio seguía mirándola con desaprobación.
—¿Puedo saber qué hacen aquí? —inquirió Sagara buscando la mirada de Matsumae para al menos saber la razón por la que Ryoko usaba gafas oscuras. Quizá su mayor duda en ese momento.
—Silencio. Aquí yo hago las preguntas —la chica de lentes observó a Mio una vez más y ésta, al no entender absolutamente nada como su amiga, se encogió de hombros—. Tenemos entendido que has sido la primera en atacar —prosiguió Ryoko caminando de derecha a izquierda, con ambas manos a en su espalda— y ha recibido respuesta, lo que quiere decir que no hay problema alguno con este interrogatorio ¿es correcto?
—¿Qué?
—¡Falso! —habló nuevamente la azabache—. Su Señoría, mi cliente le ha enviado una respuesta a la acusada, la cual, si me permite, quisiera leer en voz alta.
—No lo hagas.
—"Querida desconocida-chan..." —Ryoko observó a Hariko por encima de sus gafas— ¿En serio no le has dicho quién eres? —Sagara solo observó a otro lado apenada—. "Tal vez Bokuto Koutarou no es tan tonto para darse cuenta de algunas cosas a su manera; aunque ambos necesitan ese empujoncito que los mejores amigos deben darles". Solo digo —-Baruta sonrió de lado, dejando la nota de papel delante de Hariko para acercarse a Matsumae—. No tardes, te esperamos afuera —finalizó solo para salir acompañada de la castaña oscura, quien hacía preguntas al respecto sobre el contenido de la nota, algo que Ryoko le explicaría más tarde.
Querida desconocida-chan.
Tu ultima pista me dejó pensando demasiado y nunca le presté atención a las formas que pudieran tener las gafas, no hasta que vi las de Hariko, son oscuras, perecen ser cuadradas, pero a la vez circulares. No son como las que mencionaste; así que creo que las de ella son únicas y me gustan.
No sé cómo sean las tuyas, pero espero que sean como las de ella.
Hariko apoyó ligeramente su cabeza en la madera lisa del pupitre de Bokuto, pensando una y otra vez en el contenido de la pequeña nota. Se imaginaba si él ya sabía quién era, temía que alguna de sus amigas se lo hubiera dicho, pero al verlas hace un instante supo que no fue así. Desconocía qué sucedió para que Bokuto escribiera aquello, esperaba que se quejara por no decirle una forma concreta del armazón que usaba o algo parecido, sin embargo, tuvo esa respuesta.
Llevó sus manos a los costados de su cabeza y ocultó su rostro sonrojado en ellos, su sonrisa solo podía verla aquella madera barnizada del pupitre y alguno que otro rayón que Bokuto hizo un día de clase que se aburrió por completo.
—¡Un médico! —gritó Ryoko al asomarse por la puerta, Mio y ella la esperaban fuera del aula y no creyó que se tardara demasiado en leer aquella nota, mucho menos que le afectara a tal grado de desmayarla, aunque simplemente era puro juego de su parte.
SEP172021
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Garabatos en papel [Haikyuu] Bokuto Koutarou
أدب الهواة[TERMINADA] Ella, en cada nota de papel, dibujaba un corazón a través de garabatos. Tan sencillos y simples, pero llenos de un sentimiento que espera sea correspondido por él, por el capitán del equipo de voleibol, su compañero de clase y amigo. [Bo...