Treinta y siete

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Cuatro cartas

•⸙•

A pesar de todo, creo que no terminarás de perdonarme, lo sé muy bien y lo lamento. Tanto como lamento haberte hecho llevar una carga tan pesada sobre tus hombros al decirte que no quería contarle a nadie que me marchaba al extranjero.

Antes de poder decirte otra cosa, te quiero pedir perdón por todo lo que ocurrirá luego de que me vaya. Seguro que será muy difícil para ti, después de todo fui tu primer mejor amiga, la persona que te acompañó por las calles de esta gran ciudad... y, deberé decir, que tú fuiste mi primera mejor y verdadera amiga, la persona con la que pude confiar plenamente porque conocí esa parte de ti que te hubiera gustado no mostrar a nadie y, mírate, ahora Kuroo está a tu lado. Y no es que quiera dejarle la responsabilidad de cuidar a una chica como tú, es solo que yo no podría hacerlo desde donde esté, porque aún no sé con exactitud a dónde iré.

También lamento eso. Tanto como decirte que no responderé el teléfono, quizá hasta cambié de número y no contacte con ustedes... realmente lo siento.

Y no quiero que me lo tomes a mal. Esta es una etapa de mi vida que deseo vivir, aunque esté envuelta de miedos e inseguridades, pero estoy segura que lo entenderás y que te sentirás orgullosa de mí porque me he propuesto no depender tanto de ti, no ser una carga, aunque sé que nunca me viste de esa forma; sin embargo quiero encontrar mi camino.

Es verdad que no me quiero ir, que no me quiero despedir de todo esto porque tengo miedo de no volverlo a ver tanto como a ustedes... tengo miedo, Ryo, estoy aterrorizada por lo que me espera en Londres, por lo que voy a hacer por mi cuenta y por los amigos que quizá deba hacer, pero tengan por seguro que no los cambiaría por nada. Siempre los llevo en mi corazón, en cada recuerdo, en cada burla y abrazo.

Deseo regresar con ustedes, verlos de nuevo, aunque no estoy segura de ello.

Ojalá, pueda jugar uno de tus videojuegos o ver tu nombre en el staff de uno muy exitoso. Lo jugaría con gusto, aunque no sea una conocedora como Kenma, pero estaría muy orgullosa de ti y todo lo que lograrás.

Además, yo ruego porque Kuroo y tú permanezcan juntos, porque son una linda pareja. Porque te mereces ser feliz luego de todo lo que viviste en tu pasado. Lo deseo, de corazón.

No sé cómo sea el futuro y qué nos depara a cada uno de nosotros..., pero espero verlos de nuevo.

Ojalá sea así.



Kuroo no podría ser testigo de las lágrimas que empapaban aquella carta que abrió por primera vez luego de seis años.

Se preguntaría por qué no lo hizo en cuanto la tomó en aquella cafetería a la que solían ir todos juntos, sino hasta después.

Habría tanto que contarle...

Limpió sus lágrimas con calma y tranquilidad, como si considerara que estaba bien derramarlas por esa ocasión, y porque además se sentía orgullosa de saber que Hariko había visto un lado positivo a mudarse al extranjero.

Sabría de sobra que su mejor amiga optaría por buscar soluciones por su cuenta y que ella no estaría siempre a su lado para ayudarle a resolver cada situación que se le presentara y que por nervios no pudiera enfrentar. Se enorgullecía de saber, de leer, que Sagara aprovecharía todo a su favor para madurar y ser una mejor persona. También sabría que sería difícil y que habría momentos en los que necesitaría ser escuchada por ella o Mio, aunque no dudaría que habría nuevas y muy buenas amigas que estarían para ella, que la acompañarían físicamente y que tal vez tendrían los consejos que le daría, seguro.

—Me voy a casar con Kuroo... —habló mirando la caligrafía de Hariko, con ese toque adolescente que ya había adquirido madurez, estaba segura—. Ojalá lo hubieras visto... —añadió mostrándole su anillo de compromiso al papel que tenía manchas de agua salina.

Sin embargo, no pudo contener el llanto porque recordó el rostro de Bokuto aquel día en la cafetería, sobre todo verlo irse con el rostro desilusionado por no encontrar a su mejor amiga como en el pasado. Él no habría tomado su carta, mucho menos visto las fotos que Hariko dejó para él, incluida su cámara. No podría olvidar el rostro perdido con el que lo vio cuando lo siguió para entregarle todo lo que su amiga esperaba que tuviera para recordarla, y que leyera su carta, porque seguro algo especial habría escrito en ella.

Bokuto, espera —fue lo que dijo aquel día para detenerlo antes de que tomara el tren a quién sabe dónde, porque a su casa no iba.

Pero él solo la miró como a una completa desconocida, o no queriéndola conocer, quizá por sentirse traicionado, no lo sabría. Sin embargo, con valor luego de sentir nervios por primera vez con él, se acercó con el corazón de Hariko en sus manos dentro de todos esos recuerdos.

Hariko dejó esto para ti —mencionó al estar cerca, siendo vista por el otro desde su altura—. Ella no hubiera querido verte así, tal vez hasta se siente culpable, como yo, por no haber dicho nada.

Entones, Bokuto, influenciado por la curiosidad, decidió mirar el contenido de aquella mochila que era de Hariko y la sorpresa se dibujó en sus fracciones al ver la cámara ahí, comprendiendo que la chica de lentes había dejado algo tan preciado para ella a él.

Ella adoraba tomar fotos —comentó él mirando por el lente de la cámara y, sin avisar, le tomó una a su mejor amiga—. Se veía linda cuando las tomaba...

Y ahí, Ryoko no pudo evitar romper en llanto, y se vio obligada a marcharse disculpándose con Bokuto sin saber qué decía él. Pues no podría soportar enterarse que él también estaba enamorado de su mejor amiga y nunca existió la oportunidad para que ambos se confesaran.

—Y yo ruego porque Bokuto y tú se vuelvan a encontrar...



23NOV2023

Garabatos en papel [Haikyuu] Bokuto KoutarouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora