Sigo viva, no se preocupen.
Tomen awuita.
Ya no hay un garabato 3
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—Eres un amor, mi querida Hariko —esa, era la voz de Ryoko que no paraba de abrazar a la chica de lentes tras recibir una pequeña bolsa llena de sus ricos chocolates caseros—. Debiste pasar toda la noche haciendo estas delicias, y encima escribiéndonos algo bonito. No puedo con tanto cariño —dramatizó fingiendo limpiar sus lágrimas.
El resto del grupo solo observaban la escena con una sonrisa en los labios, viendo una vez más al par de mejores amigas juntas luego de una tarde llena de la ausencia de Hariko. Pero uno de ellos, aquel chico de mirada dorada..., no paraba de ver sus chocolates y la nota que estaba atada a ellos, reconociendo de primera mano la letra de la joven que le deseaba buena suerte para las nacionales.
Bokuto se perdió un instante en sus adentros, preguntándose por qué ya no le envió más notas repentinamente. Y entonces la miró envuelta por los brazos de Ryoko, quizá sintiendo algo de envidia por no ser él quien la tuviera entre sus brazos agradeciéndole por los chocolates y expresándole lo que le hacía sentir, porque por palabras sabría que no sería muy bueno.
No obstante, la casualidad no existía para Mio, que días antes contactó con Kuroo sabiendo que Ryoko no le seguiría el juego por esa vez, y no dudó en dar por terminada aquella reunión entre sus amigos alegando que ya era momento de pasar el tiempo con su pareja. Le guiñó el ojo a Kuroo y él, regalándole una mirada apenada a Hariko, tomó de la mano a Ryoko para llevarla a otro sitio, con el objetivo de dejarlos a Bokuto y a ella solos, como esa oportunidad que debía existir para confesar sus sentimientos.
—Estarán bien sin nosotros ¿verdad? —cuestionó Kuroo a los dos chicos del grupo que quedaban, haciéndole un gesto a Bokuto para que reaccionara y entendiera lo que debía hacer.
—Espera ¿Qué? —Ryoko cuestionó desconcertada, observando a su amiga confundida por lo que sucedía—. Kuroo-
—No vas a despreciar los chocolates que hice con tanto esfuerzo ¿O sí? —alegó tirando de ella hacia el otro lado de la calle—. Soporté vientos despiadados, infernales desiertos para conseguir la receta secreta —y con ello, regresó la mirada hacia Hariko, guiñándole el ojo en señal de agradecimiento, provocándole una sonrisa de boca cerrada.
A ella solo le quedó ver cómo sus amigos se alejaban por rumbos distintos mientras se quedaba a solas con Bokuto, que no sabía cómo proceder ante la oportunidad que su amigo le dio.
—¿Quieres ir a comer algo? —fue lo primero que se le ocurrió, además de ser algo que pasaba por su cabeza luego de desayunar esa mañana. Tenía hambre.
—Claro... —habló la chica de lentes un poco nerviosa, mirando a varios sitios— ¿A dónde?
—Hay un restaurante cerca de aquí. La carne es deliciosa —habló el búho saboreando la barbacoa que servían ahí, imaginándola sobre la parrilla cociéndose.
—Perfecto.
Entonces, Bokuto se convirtió en el guía de ese día, caminando al lado de Hariko y mirándola de reojo por ratos para asegurarse de que iban al mismo paso. Cuidaba no dar pasos tan largos para no dejarla atrás, aunque en ocasiones se le olvidaba y cuando menos lo esperaba la chica de lentes estaba un paso atrás mirando los locales por los que pasaban.
Él no sabría lo que la joven experimentaba en esos momentos, Hariko sospechaba que la autora de ese plan no había sido Ryoko por esa ocasión, sino Mio y que Kuroo tuvo el atrevimiento de colaborar con ella. Debería considerarlo un traicionero luego de revelarle su ingrediente secreto, que no era nada fuera del otro mundo más que los detalles de sabor a fresa que le añadía al acabado. Pero, por encima de todo ello, no se habría imaginado que pretendían dejaros solos como sucedió en año nuevo.
—Oye... Hariko —llamó Bokuto apenado— No estás molesta, ¿verdad?
—¿Por qué iba a estarlo? —preguntó de vuelta un poco confundida.
—Pues Ryoko-chan se fue con Kuroo, y Akaashi fue arrastrado por Mio a quien sabe dónde, abandonándonos.
—Oh... bueno —tartamudeó—. Es San Valentin y son pareja... Ryo-chan y Kuroo no se han visto han visto mucho y Mio estaba muy emocionada el día de ayer por regalarle una bufanda a Akaashi... creo que es lo normal.
—¿Y nosotros que somos? —cuestionó Bokuto con inocencia— ¿Es correcto que vayamos a comer juntos?
—¿Por qué estaría mal?
—Porque no somos pareja —soltó sin cuidado, sin saber que Hariko se sentía desfallecer por aquel tema— ¿No deberíamos ser pareja para salir?
—S-somos amigos..., Bokuto —respondió Hariko con pesar, haciendo reaccionar al búho con aquella palabra, recordando lo que debía hacer—. No está mal salir siendo amigos.
—Cierto... —suspiró él— somos amigos.
FEB182023
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Garabatos en papel [Haikyuu] Bokuto Koutarou
Fanfiction[TERMINADA] Ella, en cada nota de papel, dibujaba un corazón a través de garabatos. Tan sencillos y simples, pero llenos de un sentimiento que espera sea correspondido por él, por el capitán del equipo de voleibol, su compañero de clase y amigo. [Bo...