13

205 31 8
                                    

La música movida resonaba en los parlantes empolvados (probablemente, de lo viejos que eran) mientras tanto dos chicos hablaban animadamente sobre el basquetbol. Jeongin hablaba sin parar sobre todo lo que había aprendido durante la secundaria entrenando, intentando transmitirle esa emoción a Hyunjin, solo que él se encontraba pensando.

─Estaba pensando en las clases después de la escuela. ─dijo de repente.

─ ¿Qué tienen las clases?

─La verdad, mi padre suele ser un poco precipitado en sacar conclusiones.

─ ¿A qué te refieres con eso?

Hyunjin suspiro intentando que la espina que estaba atravesando la profunda, pero cerrada herida, no doliera. Abrumado por el pasado, siendo consciente en que quizá su vida fuera mejor si nunca...

No.

─Nada, olvídalo. Nos vemos después de las clases para practicar.

No muy convencido, Jeongin solo asintió y ignoró la curiosidad que se instaló en su mente al ver el rostro de Hyunjin.

Hyunjin Intentando encestar un balón como por una hora, literalmente hablando; ambos reían por la torpeza de Hyunjin.

Sin darse cuenta, y por azares del destino, sus manos terminaron enlazadas.

Recorrieron todos los juegos de máquinas, dándose cuenta que ambos Hwang eran igual de malos perdedores, ya que se pusieron a insultar a la máquina por darles mala puntuación.

─ ¡Por qué no saltas! ─exclamó berrinchudo.

Jeongin río y dijo: ─Si le pegas así, nunca vas a lograr que salte.

─ ¡Es que ya lo intenté! ¡Innie! ─formó un puchero al ver en la pantalla en grande "Game Over". ─Maldita chatarra.

─ ¿Qué has dicho?

Escuchar a Jeongin reaccionar de esa manera le había dado miedo, ¿Acaso no le gustaba que lo llamaran así?

─Nada, yo...lo siento.

─ ¿Por qué deberías de disculparte? ¡Es un lindo apodo! ─exclamó.

Hyunjin sonrió en grande y con el corazón latiendo a mil. Y eso fue suficiente para él.

Jeongin bajó su vista a sus manos entrelazadas y observando el panorama y a quienes los observaban, con sutileza jaló sus manos unidas hacia afuera del arcade, donde la noche se había colocado por completo; el cielo estrellado y el frío abrazador envolviéndolos los hizo sentarse a un lado de la entrada, y aún sin despegar sus manos ambos se acurrucaron en silencio.

─ ¿Así te sientes cómodo? ─preguntó Jeongin bajito.

─Claro, te sientes muy abrazable ─aquella confesión los hizo reír.

─Nunca me habían dicho un cumplido así, eres único.

─ ¿Seguro que fue un cumplido? ─vaciló Hyunjin con ternura.

Después de eso, ambos quedaron en un enorme silencio, pero para nada incómodo, en cambio, les hizo pensar en las cosas de las que podían hablar.

Un momento donde los dos respiraban con tranquilidad y se tenían el uno al otro; Hyunjin aprovechó para recostar sutilmente su cabeza en el hombro de Jeongin, algo que le pareció realmente tierno, así que sin permiso fue recostando su cabeza hasta dejarla en su regazo, con el objetivo de proporcionarle caricias en su cabeza. Pareciera que Hyunjin estaba quedándose dormido, pero antes de eso Jeongin habló.

─Sabes, creo que ambos nos saltamos muchas cosas importantes.

─ ¿Cómo cuáles? ─respondió.

─No sé, tu cumpleaños; si tienes un perrito; qué cosas te gustan. Cosas así.

El Juego de los Hombres ─ JEONGJIN ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora