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Ambos habían dado por finalizado el encuentro, siendo abrazados por la helada brisa. Ya el cielo se encontraba lo suficiente oscuro como para que nadie viera sus manos entrelazadas moviéndose de un lado a otro.

Llegaron a la moto riendo por el cabello de Hyunjin y el como la brisa estaba desacomodando el trabajo de Jeongin.

Jeongin tomó el rostro angelical de Hyunjin atesorando la imagen vista por sus ojos, y esto causó que los cachetes de Hyunjin se tiñeran de un carmín leve. Sonrió encantado mirando a Jeongin, quien no dejaba de sonreírle mientras acomodaba el casco en su cabeza pensando en lo adorable que se veía.

Luego de aquel emotivo e íntimo momento ambos subieron al vehículo y emprendieron camino hacia la academia de baile, ya que Hyunjin prefería partir desde ahí hacia su casa, no quería errores, el día junto a Jeongin fue perfecto, no quería que sus problemas personales arruinaran todo.

Disimuladamente Hyunjin posó sus manos al rededor de ls caderas de Jeongin, mientras que su cabeza descansaba sobre la la espalda del contrario inhalando e impregnándose su olor.

Hyunjin sonreía debajo del casco complacido con el momento, se sentía tan extasiado que su corazón latía desbocado y su cuerpo permanecía frío.

A los pocos minutos la velocidad de la moto descendió, así que prestó atención de en dónde estaban, dando con que ya habían llegando. Obligado bajó de la moto siendo seguido por Jeongin; los dos se dirigieron hacia Yeji, quien estaba sentada a las afueras del edificio esperando.

─ ¡Hola! ¿Me cuidaste bien al chico? ─cuestionó Yeji a penas tuvo la oportunidad.

─ ¡Claro! No me permitiría que algo le pasara.

Hyunjin sonrió detrás de Jeongin.

─Vayan despidiéndose porque ya nos tenemos que ir. ¡Cuídate Jeongin!

Yeji se despidió de la mano con Jeongin dejando a los dos adolescentes.

Jeongin miró a Hyunjin con ternura.

─Supongo que es momento de despedirnos, ¿Estarás bien? ─musitó Jeongin agachando su cabeza para mirar a Hyunjin a los ojos, ya que éste tenía la cabeza gacha.

Jeongin iba a añadir algo, pero antes los brazos de Hyunjin rodearon su cuerpo de golpe, aturdido no correspondió, pero a los pocos segundos se aferraba de igual manera a los brazos contrarios.

─Estaré bien, ¡Nos vemos! ─pronunció Hyunjin a penas retiró sus brazos de alrededor de Jeongin.

Con sonrisas finalizaron el momento, ambos sin dejar de mirarse continuaron su camino a casa, con el latido de sus corazones presionando su pecho y con la piel de gallina dieron por finalizado su encuentro. 

En silencio los dos hermanos continuaron su camino a casa, pero cuando están a más de la mitad del camino Yeji interrumpe el paso y comienza a hablar:  ─Y bien... ¿Cómo estuvo su cita?  ─cuestionó la mayor con una sonrisa.

 ─No era una cita...  ─musitó bajo el menor.

 ─ ¿Eso significó para ti?  ─cuestionó Yeji.

Pero cuando pensó que iba a responderle, Hyunjin simplemente selló sus labios y continuó caminando en silencio. Yeji confundida le siguió el paso frunciendo su ceño, ella los vio volver felices, ¿qué había pasado? Siguió pidiendo una explicación hasta colmar la paciencia de Hyunjin, y éste volteo frenando el camino de su hermana.

 ─Quiero creer que vamos a estar bien, pero sabes lo difícil que es, tú más que nadie lo sabe Yeji. Y aunque todo se vea bien y lo mucho que me puede querer Jeongin, sabes que tarde o temprano todo se irá a la mierda.  ─pronunció Hyunjin mientras que su voz poco a poco se iba quebrando.

El Juego de los Hombres ─ JEONGJIN ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora