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Hyunjin secaba el sudor que le recorría el cuerpo con una toalla que siempre llevaba a sus prácticas, era de sudar mucho. 

Ya habían pasado dos semanas aproximadamente desde que empezó a ensayar su rutina para la competencia y cada día fue más agotador que el anterior; entre prácticas, el colegio, tareas y alguno que otro problema en casa, que este se debía a su padre que había regresado solo para atormentarlos; sin embargo, aparte de todo eso y sus ruidosos días se encontraban los ojos y la sonrisa más preciosa que había visto esperándolos al final del día para llenarlo de cariño y decir las palabras que tanto deseaba escuchar. 

Jeongin y Hyunjin habían estado saliendo estos días como dos amantes en medio de la noche, se veían a escondidas porque no estaban preparados para gritarlo ante todo el mundo. En Hyunjin aún existía el miedo de decepcionar a las personas que lo rodeaban, sus pensamientos eran abrumantes y ruidosos, y aunque intentaba ignorarlos, siempre salían a flote antes de dormir. 

Y justamente ahí estaban de nuevo, haciendo que estuviera parado en medio de los vestidores sin moverse por estar pensando, sacudió su cabeza como si eso los fuera a esfumar y se apuró para vestirse e ir a la oficina de la señora Shin. 

─ ¡JIsung y yo nos vamos adelantando! ─gritó Yeji desde afuera del vestidor. 

─ ¡Está bien! ─le respondió desde adentro. 

─ ¿Quieres que le diga a Jeongin que te espere? ─le habló Yeji de cerca, asustándolo. 

─ ¡Me asustaste! ─gritó haciéndola reír─. Está bien, pero no vuelvas a asustarme así. 

─Como digas, hermanito ─se despidió con una sonrisa. 

Terminó de guardar sus cosas en la mochila y la puso en su hombro. Se dirigió a la oficina de la señora Shin. Llegó y cerró la puerta detrás de él, la señora Shin estaba concentrada en su computadora, pero le ordenó sentarse. 

─ ¿Cómo vas con la rutina solitaria? ─cuestionó sin dejar de ver la pantalla. 

─Ya tengo la canción y el principio, pero después del clímax tengo la mente en blanco. Además he estado más concentrado en seguir la rutina en grupo. 

─Bien, ¿me enseñas parte de tu rutina? 

Asintió y se dirigió al estudio, la señora Shin estaba detrás de él mirando cada uno de sus movimientos, colocó la música que escogió y empezó a moverse. Finalizó con lo que tenía y encontró a la señora Shin sonriendo con orgullo. 

─Aplicaste todo lo aprendido, vas por buen camino. ─se pausó pensativa─.  La próxima semana vemos qué hacemos con el resto, ve a casa, debes estar cansado. 

─Gracias. 

Terminó de recoger sus cosas y justo cuando estaba por guardar su telefono le llegó un mensaje de Jeongin que decía "¿quieres que te busque arriba?" "¿estás cansado?". Sonrió inevitablemente y le respondió que ya estaba bajando junto con un corazón. 

Divisó a Jeongin recostado en su motocicleta como todas las veces que ha venido a buscarlo, su hermana y mejor amigo no estaban por lo que se acercó apresurado. 

─ ¿Dónde están? ─cuestionó en cuanto llegó a su lado.

─Se fueron porque no querían esperarte tanto tiempo, ¿estás bien? 

No entendió a qué se refería, pero sintió el sudor recorrerle el cuello, así que asintió como si no fuera importante. Abrió su bolso y sacó su toalla, procedió a secarse para luego guardarla, todo lo que hizo fue observado por Jeongin que le recorrió el cuerpo con la mirada haciéndolo sentir avergonzado. 

El Juego de los Hombres ─ JEONGJIN ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora