11

224 31 19
                                    

Yeji talló sus ojos con cansancio y estiró sus pies. Cuando finalmente los abrió pudo divisar borrosamente una mancha oscura moviéndose a la derecha de sus ojos; talló sus ojos para poder ver correctamente y se percató de que Hyunjin estaba pintando sobre los lienzos que ella le había regalado no hace mucho.

Al verlo tan concentrado en lo que hacía y tarareando bajo una canción esbozó una sonrisa de satisfacción y felicidad. Sin embargo, esa burbuja de tranquilidad se reventó duramente cuando recordó a su padre e inmediatamente se levantó de la desordenada cama, pero tuvo que quedarse parada porque una punzada dolorosa a causa del reciente mareo sintió su cuerpo balancearse sobre el suelo de pulcra madera.

Al parecer el brusco movimiento despertó una alarma en Hyunjin así que éste inmediatamente se levantó de la silla en la que estaba cómodamente sentado y fue a tomar de los brazos de su hermana.

─Hey, ¿qué pasó? ¿Te sientes bien? ─interrogó preocupado. Yeji asintió haciendo un gesto despreocupado. Esto era normal para ella─. ¿Estás segura? Ven siéntate, ¿quieres agua?

─Estoy bien, sólo me levanté muy rápido, no te preocupes. ─volvió a insistir así que Hyunjin solo asintió poco convencido─. ¿Dónde están? ─cuestionó tácita.

─No lo sé, mamá se fue un poco molesta y mi padre le siguió, o eso creo.

─ ¿Seguro? Me asusté, si te encontraba pintando...

─No te preocupes, ya revisé. Por cierto, mamá dijo que en cuanto despertaras fueras al estudio.

─Bien, iré a desayunar.

Hyunjin asintió, aunque sabía que eran pasadas las doce del mediodía, pero su hermana no debía saltarse las comidas. Mientras Yeji preparaba su improvisado desayuno Hyunjin continúo pintando. Al principio parecía un lienzo lleno de pinturas al azar y desparramadas, pero su objetivo era sólo pintar no tenía claro qué, sólo pintar. Así que cuando inconscientemente su lienzo empezó a resaltar el azul cielo y el verde e intenso pasto, empezó a darle forma. Aunque lo haya hecho unas tres veces en esas dos horas.

Estaba manchado de pintura en todo el suéter, el cual tenía que tirar a la basura o esconderlo muy bien porque era prueba de su delito, y su hermana no usaba ropa de ese tamaño y mucho menos pintaba, así que no servía de coartada. Hyunjin miró el espejo que tenía a su izquierda y se percató de su cara también manchada de pintura.

Escuchó una risa burlona desde la puerta así que volteo para ver a Yeji tapando su boca intentando no reír más fuerte de lo que lo había hecho.

─ ¿Por qué no me dijiste que estaba tan manchado? ─preguntó entre indignado y preocupado.

─No sabía que tenías que quitar la pintura de tu cara si ya habías nacido así, payaso.

─ ¡Yeji! ─su grito sólo hizo que las risas de la mayor se intensificaran─, ¡No es gracioso! ¿Y si no se quita...? ─hizo un sollozo y empezó a hacer como si fuera a llorar.

─ ¿No eran acuarelas? ─dejó su tono divertido. Hyunjin negó luego de leer el paquete donde claramente decía que no eran acuarelas─, Ay dios, yo juré que decían acuarelas, ¡me estafaron!

─ ¡Eso no importa! ¡Mi rostro Hwang Yeji! ─gritó y alargó la última vocal de la mencionada.

─No seas dramático Hwang, mira el lado bueno, ya no tendrás que ocultar tu cara de payaso.

─ ¡Yeji! ¡Esto es serio! ─volvió a alargar la última vocal haciendo una pequeña pataleta en conjunto con un puchero en sus labios─. ¿Cómo se supone que veré a mí padre?

El Juego de los Hombres ─ JEONGJIN ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora