Hydra Malfoy (Fred Weasley)

XXIX. MI AMOR

—¿A qué hora paso por ti?

Hydra pega un brinco por la sorpresa. Estaba demasiado inmersa en su desayuno como para notar que el rubio se había sentado a su lado.

—¿Para qué pasarás por mi? -pregunta, recobrando su postura.

—Para el baile, ¿qué más?

Jeremy ríe como si fuera algo obvio de asumir, mientras que Hydra se queda estática en su lugar, no entendiendo completamente lo que sucede.

—¿Cómo?

Entonces, el rubio frunció el ceño y giró el cuerpo completamente en su dirección, sin quitar su sonrisa pero dándole una sensación de inquietud.

—¿No dormiste bien? -pregunta, pero sin creer en realidad que esa fuera su razón para no entender sus palabras- Te estoy preguntando a qué hora paso por ti a la sala común para que vayamos al baile como la pareja que somos.

No debió decir eso, porque lo único que logro fue hacerla enojar.

—¿Somos pareja?

La sonrisa del rubio se borró. Por la mesa se escucharon las bajas burlas al chico murmurando un «Uh».

—Si... ¿Qué rayos te pasa? -la confianza abandonó su voz y postura, pues ya no pudo evitar mostrar una profunda incomodidad y la molestia creciendo dentro de él.

—¿Perdón? -replicó Hydra, ofendida- No te permito hablarme de ese modo. No tienes ningún derecho -la boca de Proctor se abrió pero antes de que dijera algo ella continuó-. Yo no soy tu pareja, no tengo ningún tipo de relación contigo. Y no, no voy a ir contigo al baile porque ya tengo una pareja, así que puedes olvidar tu preocupación de pasar por mi.

Los todos en la mesa bajaron sus miradas con precaución pero guardaron silencio para seguir el inesperado suceso. El grupo de amigos de la chica empezó a esbozar sonrisas burlonas mientras los amigos del rubio fruncían el ceño con extrañeza.

—Hydra -susurró en tono bajo, pero mordaz-, sabes bien que somos pareja, estamos com...

—Cualquier trato familiar que exista entre nosotros no tiene nada que ver con el colegio, y como te he dicho: ya tengo pareja para el baile.

El silencio se fue propagando por el gran comedor, hasta que gran parte del alumnado estaba prestando atención a la discusión que la princesa de slytherin tenia con el que todos creían era su novio. Encima, había ciertas miradas que picaban en la nuca de la rubia, pero no pensaba voltear para averiguar a quien pertenecían, solo podía sospechar que eran varias para sentirse tan presentes.

Proctor sonrió con falsedad y rechinó los dientes cuando preguntó: «¿Quién?». Hydra regresó su atención a su plató y reanudó su ingesta de alimentos, dejando claro que ya no le interesaba continuar esa conversación.

—Alguien que sí se tomó la molestia de preguntar primero.

Para ella, ese había sido el final de la conversación. No solo porque estaba harta de tener que cruzar palabras con el adolescente irritante que la perseguía continuamente, sino porque tampoco tenia más respuestas que ofrecer dado que todo era una mentira, por el momento. Hydra estaba convencida de que si nadie más se atrevía a invitarla era por dos razones: miedo al rechazo, o miedo a Proctor. Ahora, había eliminado la segunda opción, así que podría ella misma elegir a la pareja deseada y darle las señales para que le pidiera ser su cita, y ya tenía unas cuantas opciones en mente para ello.

Sin embargo, Jeremy aún no estaba contento con el resultado de su conversación.

—Pregunté ¿Quién?, Hydra. Quiero una respuesta creíble o podría pensar que lo estás inventando.