XXIV. REGALIZ Y CHOCOLATE

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—Dejame entender. Ignoraste a Vasily porque estabas en un tipo de relación secreta.

—También estoy comprometida, pero en su mayoría fue por eso, sí.

—Después volviste a ver a tu humilde amor y básicamente se arrancaron la cabeza entre ustedes.

—Ajá.

—Y sumado a esto, Vasily resultó ser el prometido de tu mejor amiga.

—Efectivamente.

—Así que ahora estás atorada en un compromiso donde odias a tu pareja y tu única distracción de ello ya no existe.

—¡Bingo!

«Tss» murmura el búlgaro.

—Bueno, no me gusta ser el negativo pero... Estas un poco jodida, Rubia.

—Dime algo que no sepa -gruñe con frustración y lleva sus manos a su rostro.

El chico da una calada profunda a su cigarro mientras observa a Malfoy detalladamente. Es una joven atractiva, sin duda. Es elegante, fina, pero no tan delicada como las chicas que llegaron de Beauxbatons. Algún tipo de fiereza vive en ella, pero para suerte del pelinegro nunca ha sido dirigida hacia él.

Por un instante le pareció muy triste la vista ante él, pues de nada servía el paisaje brillante iluminando a la belleza que le hacía compañía, pues toda la calma que debía transmitirle se esfumaba al ver su gesto herido. Porque eso es lo que la rubia tiene: una herida. Krum no podría asegurar si la puñalada fue en el corazón, en el alma o en su orgullo, pero lo que era seguro es que aún no sanaba.

—¿Fue tan terrible? -cuestionó.

—¿El qué? -lo miró confusa.

—Lo que te hizo, lo que provocó la pelea -Malfoy viró su cabeza para evitar su mirada-. Sé que no me dirás quién es, pero deberías plantearte la idea de perdonarlo. Después de todo, aunque no tengo todos los detalles, creo que solo quería defender a sus amigos.

Hydra apretó los labios mientras mantenía su vista en el horizonte.

—Debería estar de mí lado. Debería defenderme a mi. Pero sobretodo, yo no tendría que pedirle a mi novio que me ponga primero, debería ser algo obvio.

Krum asintió lentamente con la cabeza, aceptando las premisas una a una.

—Tienes razón, pero creo que te estas olvidando de algo -chasquea la lengua.

La rubia frunce el ceño y fija su atención en el joven.

—¿De qué?

—La primera en dar el golpe fuiste tu -Malfoy trata de interrumpirlo, pero con un movimiento de su mano le pide que espere-. Según entiendo, la chica golpeó a tu hermano y tu te vengas te. Eso me parece correcto. Pudiste dejar el problema ahí, pero decidiste tener una pelea con su hermano y sus amigos de nuevo, una que dices empezó tu hermano. No soy un genio pero me parece que solo le echaste más leña al fuego y cuando la fogata se convirtió en un incendio forestal decidiste que era más fácil huir que asumir tu responsabilidad en ello.

Esa fue la primera vez en que alguien le quitó las palabras a la chica de ojos azules. Quedó perpleja ante la posibilidad de que su amigo tuviera la razón, pues nunca se detuvo a analizar la situación de esa manera.

Rápidamente decidió que no le gustaba la sensación de que alguien estuviera delante de ella.

—¿Tu silencio quiere decir que hablarás con él? -pregunta de manera descuidada mientras arroja su cigarrillo al suelo.

Hydra Malfoy (Fred Weasley) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora