Capítulo 15- Remordimiento.

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Cuando era niña mi padre me llevó de paseo a un bosque, aquello fue antes de que el alcohol acabará con él. Recuerdo que acampamos iluminados solo por el cielo nocturno . Abrí los ojos y vi cruzar una estrella fugaz, nunca había visto una antes por lo que corrí en medio de la noche hasta donde creí en mi inocencia que había descendido pero pise alguna clase de trampa y caí dentro de un agujero oscuro más no tenía miedo. No lloré, no me estremeció, me llené de pánico simplemente me quedé allí hasta que la luz del día y los gritos de mi padre me despertaron.

No podía describir los sentimientos que se alojaban en mi pecho luego de haberle quitado la vida a Gustavo con mis propias manos, de convertirme en una asesina. Permanecí ahí parada viendo mis manos ensangrentadas mientras los hombres de Klaus tomaban el cuerpo y lo colocaban en una bolsa. Sentí náuseas al ver tanta sangre derramarse de su cuerpo y terminé vomitando todo lo que tenía en el estómago.

—Sam...sammy estás bien?— preguntó Klaus acercándose a mi.

—¡No me toques! Y no me llames Sammy. Mi padre me llamaba así— le dije rechazándolo.

—Esta bien pero...—

Salí fuera sin importarme que alguien pudiese verme. Entré a la casa encontrándo me de frente con Irina quien boquiabierta por mi sangriento aspecto se quitó de mi camino sin cuestionar nada. Subí entonces a mi habitación cerrando con llave la puerta. Tenía un espejo de cuerpo completo junto a ventana y la puerta del baño en el cual me puede ver.

—Demonios...— fue lo único que se me cruzó por la mente.

Entré a la ducha. La bañera se tiñó de rosa. Talle fuerte bajo mis uñas para sacar cualquier resto mientras recordaba la cara de Gustavo pero no la que tenía cuando termine con su vida sino la que él tenía cuando intentó terminar con la mía.

Una vez me sentí limpia salí de la ducha y esperando por mí, sentado en la cama estaba Klaus.

—No sé para qué me molesto en poner le seguro a la puerta la verdad...— comenté mientras buscaba ropa interior en mis cajones.

—¿Quieres hablar?— preguntó Klaus.

—No. ¿Te puedes ir? Me voy a dormir— respondí.

—Sam creo que...—

—¿Qué? ¿Qué tienes que decirme Klaus? ¿Ahora soy una maldita asesina como tú? Eso era lo que querías no? ¡Hacer me  como tú!— le grité.

—¿De qué diablos estás hablando?— preguntó poniéndose en pie.

—Detrás de mí, poniendo sal en la herida, como un demonio susurrando...tu y el maldito de Drake!—

—Sam estás loca? Drake qué tiene que ver en esto? está muerto—

—Drake está aquí!— grité señalando mi cabeza. —Está aquí... Yo maté a Gustavo por tú culpa y la de Drake..—

—Sam esos son sin sentidos además él lo merecería—

—¡Tú eres un sin sentido! ¡Merecía ir a la cárcel Klaus! A la maldita prisión. ¿Quiénes nos creemos para hacer esto?— pregunté.

—Entonces tú y yo también deberíamos ir a la cárcel o no?— preguntó viéndome con mirada fría.

—No es igual...—

—Es exactamente lo mismo hipócrita— me respondió.

—No era manera de resolver ni lo que me hizo ni lo que pasó con Drake tampoco era forma...— respondí casi llorando al recordar su cara el día que lo emboscamos en aquel despacho.

Marcada: Atrapada con Klaus Schmidt.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora