Capítulo 19- Ven conmigo.

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Quisiera decir que luego de una ducha fría y una noche de descanso la cabeza dura y mente de Klaus Schmidt se habían disipado y comenzó a ser un poco más empático con la inesperada situación en la que nos encontrábamos pero para mi sorpresa no fue así. Esa noche y las noches siguientes no durmió en nuestra habitación, se cambió de cuarto y evitaba encontrarse conmigo además que evadía cualquier mención al tema del embarazo por parte de Irina o mía.

—Te estas comportando como un idiota Klaus!— le grité una mañana cuando saliendo de su despacho me cruzó por el lado sin siquiera mirarme. Se guió solo un poco, sus labios se separaron como si quisiera decir algo pero no lo hizo y simplemente continuó su caminó.

—Idiota— Quizás eran las hormonas pero me derrumbe y comencé a llorar tanto como mis ojos me lo permitieron, esperando que quizás Klaus me viera, tomara mi mano y con sus besos enjura mis lágrimas.

—¿Por qué no lo abortas y listo?— preguntó Irina al verme sentada en las escaleras.

—Tu también?—

—Es que no lo entiendo... Porque insistir en tener un hijo que Klaus no quiere— dijo ella.

—Por qué yo si lo quiero— dije.

—A Pesar de todo?— preguntó.

—Tú no eres madre Irina. No sabes nada. Cuando supe qué esperaba a Andrew, quiso abortarlo...Drake no me lo permitió y es lo único bueno que el malnacido hizo por mi porque ahora no concebiría mi vida sin Andrew, cada instante que estoy lejos de él es un infierno. No pienso abortar a este bebé que no tiene culpa de nada. No entiendo porque Klaus es así— dije.

Irina suspiró profundo, tomó asiento a mi lado y comenzó a decir en voz baja;

—Conozco a Klaus desde que éramos niños, y debo confesar que jamás lo he comprendido del todo. Quizás es por cómo se llevaba con su padre— comentó.

—¿Con su padre? Cómo era?—

—Bueno, su padre era muy estricto según recuerdo, era muy violento, en especial con Klaus—

—Es enserio? Algo me dijo una vez pero nunca profundizó en ese tema—

—Si. Klaus no era así sabes, no era este tipo tan extraño que es ahora... Desde qué sus padres murieron él cambió mucho— dijo Irina y recordé a Kaito, "pregúntale cómo murieron sus padres".

—¿Cómo murieron? ¿Cómo fallecieron los padres de Klaus?— pregunté.

—No lo sé. Sólo sé que no están— respondió y poniéndose de pie se retiró.

Me quedé pensando en la plática con Irina, si Klaus no era así, cómo solía ser? Quizás había visto yo vestigios de su viejo ser en su mirada cuando le sorprendía viéndome en silencio o quizás era todo palabrería de la chica solo para hacerme sentir como si no conociera a Klaus. Pero en verdad me estaba dando cuenta de que había un montón de cosas que no sabía de la vida de Klaus mientras él conocía casi todos mis secretos.

Una extraña calma se había posado sobre nuestras cabezas. No había noticias de Paolo lo que nos preocupaba mucho más aún con el pasar de dos meses, dos meses en los que no había cruzado ni un insulto con Klaus. Pensé entonces que ya no tenía ningún tipo de sentido continuar viviendo bajo el mismo techo con él. Era doloroso verlo ignorar mi existencia, si en realidad me hubiese amado no haría todo aquello para lastimarme.

Una mañana tomé una maleta con la poca ropa que tenía y decidí que ya era suficiente. Si, me estaba arriesgando a ser blanco fácil para Paolo si es que sabía dónde estábamos pero prefería eso a el dolor de sentirme como una escoria por el simple hecho de no abortar a un pequeño que nada tenía que ver con los traumas de nadie. Era mucho mejor así porque nunca podría estar con una persona así.

Marcada: Atrapada con Klaus Schmidt.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora