Furia ciega. Como el sentimiento de rabia puede llegar a nublar tu juicio al punto de ser capaz de cometer actos que en nuestros cinco sentidos jamás nos atreveremos a realizar.
Bajé las escaleras hasta el despacho donde Klaus se encontraba nuevamente trabajando como si nada hubiese pasado. Me daba rabia la poca importancia que podría llegar a darle a ciertas cosas.
—Ya se fue?— preguntó viendo al monitor de la computadora.
—¿Dónde diablos está?— pregunté.
—Dónde está quien?—
—La perra que trajiste a vivir en esta casa!— le grité .
—Pensé en que habías quedado en que ibas a ignorar a Irina— dijo esta vez viendo me.
—¿Ella que hizo?— preguntó al verme así de roja, al borde de una figurativa explocion.
—No hará nada más cuando termine con ella— dije y tomando del escritorio el abrecartas salí a la sala donde casualmente ella iba llegando.
—¿Ya no nos ponemos ropa en esta casa? ¿Qué es eso de andar en bata a estas horas Sam?— preguntó ella al verme. Mi mano conectó con su mejilla haciéndo la girar el rostro por completo.
—Ahh... Que diablos te pasa?— preguntó tocándose el rostro con la piel enrojecida y palpitante tras el golpe.
—Sam? ¿Cuál es el problema?— preguntó Klaus quien salió a nuestro encuentro.
—¡Esta zorra se atrevió a suplantarme y le envió un mensaje a Mateo desde mi celular!—
—¿Vino? ¿Los vio no es así?— preguntó riendo.
—Estás muerta—
—¿No me digas? ¿Qué me vas a hacer prostituta barata? Si, yo se de donde saliste, te las das de señora pero no eres más que una...—
La abofeteé en el rostro una vez más. Irina salió corriendo fuera de la casa como una cobarde. La alcance tomándola por el cabello y tiré de él con tanta fuerza como pude.
—¡Suéltame!— gritaba.
—Pero qué pasa aquí?— preguntó Yuri quien encontraba la escena al regresar. Klaus también salió de casa a presenciar el espectáculo sin mucha disposición visible por intervenir.
—¿Crees que te puedes meter en mis asuntos?— le pregunté a Irina.
—Ahh.. ¡Suéltame! Klaus ayuda—
Le patee la parte trasera de la rodilla derecha haciéndola caer al piso. Me coloqué encima suyo, ella me jalo del cabello pero yo le abofeteé varias veces en el rostro hasta hacerle sangrar.
—Señor Klaus debo intervenir?— preguntó Yuri notablemente inquieto ante la situación. Klaus no decía nada, solo nos observaba.
—Te pareció divertido Irina?— pregunté, ella lloraba pidiendo por Klaus. Estire su brazo izquierdo colocando el peso de mi rodilla en su pecho con la fuerza suficiente para inmovilizar la;
—Señora Sam, la va a asfixiar— dijo Yuri.
—Te voy a enseñar a no meterte conmigo— susurré al oído de Irina para luego cortarle la piel del brazo con el abrecartas despacio, lo suficientemente profundo para que tardara en sanar y dejar una marca, un recuerdo mío.
—Ahhhhhhh— gritó ella al sentir el filo del abrecartas sobre su delicada piel.
—¡Señor Klaus!— gritó Yuri.
—Dejala Yuri— dijo Klaus al fin.
—¿Te duele Irina? ¿Te parece bien meterte donde nadie te llama maldita metiche?— pregunté.
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Marcada: Atrapada con Klaus Schmidt.
Teen FictionDos años han pasado desde el exilio obligatorio. Sam lucha por limpiar su nombre y regresar a casa con Andrew pero al mismo tiempo sentimientos culposos de apoderan de su corazón al verse atrapada junto a el mafioso Alemán Klaus Schmidt. ⚠️ Lenguaj...