Siempre Te Amaré - Michaeng

La Fiesta de Hyunjin

Me sentía en las nubes luego de lo que había pasado, esa confesión, esos besos, la sensación. Ahora entendía muchas cosas, tal vez fuí muy tonta por no darme cuenta que ella sentía lo mismo que yo pero incluso hasta ahora no lo podía creer.

No volví a encontrarme con Mina hasta que empezó una nueva semana de clases, a pesar de saber de sus sentimientos aún dolía verla junto a BamBam, me daban ganas de tirarle unas cuantas pelotas de fútbol en la cara al tipo ese. Pero no podía hacer nada, entendía que todo era muy reciente, sin embargo noté a Mina distante del tonto chico toda la semana y cuando nuestras miradas se encontraban ella se sonrojaba y me regalaba pequeñas y hermosas sonrisas.

-Pensadora... ¿Triste aún?

-¿Por?

-Somi ¿no?

-Solo un poquito, hemos estado comunicándonos por kakao

-Bueno la verdad es que no te ves tan triste jajaja ¿Ahora me explicarás todos estos cambios anímicos?

-Ay Dubu, es una larga historia, pero te la contaré en su momento... solo espero que no me juzgues

-Eso nunca, somos mejores amigas ¿recuerdas?... Entonces ¿ahora no me dejarás sola?

-Pero si tú...

-Shhhh, Momo y Sana son buena onda deberías venir con nosotras... A menos que te siga molestando Mina

-No, está bien, podría ir... Por cierto ¿a dónde me estás invitando?

-Hyunjin hará una fiesta en su casa, pensé que Tzuyu ya te había invitado

-Oh, no lo hizo y ¿Cuándo será?

-Mañana

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Y ese mañana llegó, había mucho de todo en la gigantesca casa de Hyunjin, muchos autos estacionados, mucho ruido, muchas personas, mucho alcohol y otras cosas de las que prefería no saber. Solo esperaba ver a Mina por un momento; Dahyun me llevó directo con Sana y Momo en realidad eran demasiado agradables, nos reímos y conversamos un rato más hasta que ellas decidieron ir a bailar.

Fuí a la cocina intentando encontrar algo sin alcohol pero no tuve suerte, volví a la que se había convertido en la pista de baile y entre luces parpadeantes encontré a la distancia a Mina junto a BamBam sentados en un sofá.

Él parecía hablarle pero ella estaba absorta en sus pensamientos, tomó su cara bruscamente y la besó, Mina en seguida lo apartó, quise ir a golpearlo pero debía tranquilizarme.

En ese momento la mirada de Mina se encontró con la mía, supongo que el enojo me hizo tener valor, le hice una señal con la cabeza insinuando que nos reuniéramos, ella miró a BamBam que estaba tomando de una botella de cerveza y volvió la vista hacia mí asintiendo finalmente.

Quise encontrar un lugar que no fuera tan ruidoso, subí por las escaleras y fuí por un pasillo lleno de habitaciones, apoyé mi oído en la puerta de cada una porque no quería entrar y encontrar algo inapropiado, la última estaba oscura y desocupada.

Cuando iba a entrar sentí como alguien pasaba por el lado y me arrastraba adentro rápidamente, la puerta se cerró y me acorralaron. Por la oscuridad y la velocidad de lo que estaba pasando no pude ver quién era; se abalanzó sobre mí y me abrazó con fuerza.

Me relajé enseguida y correspondí el abrazo cuando ese aroma que podía reconocer en cualquier lugar invadió mis fosas nasales, la inconfundible vainilla de Mina.

-Perdóname mi amor, porque éstos labios están manchados

Me separé un poco, toqué con mi dedo pulgar sus labios para luego trazar suavemente el contorno dándome cuenta de como me había llamado. "Mi amor", estaba muriendo en ese momento y no me resistí más, no me importaba que el idiota de Bambam la hubiese besado antes, quería con todas mis fuerzas borrar cualquier rastro de él, deseaba hacerla olvidarlo.

Sin mucha delicadeza, me dí la vuelta dejándola a ella contra la puerta. La besé, aunque esta vez fué ella la que metió su lengua sin permiso en mi boca, había una constante batalla por quién tomaba el control, pero mordí su labio inferior, luego bajé a su cuello, lo besé y en el momento en que deslicé mi lengua por una fracción de su piel ella se paralizó.

-¿Minari?... ¿Estás bien?

-N-no te detengas... Por favor

Simplemente sonreí y seguí disfrutando de la piel de su cuello, mientras sus manos vagaban por mi espalda tratando de acercarme aún más. Volví a sus labios y caminamos en reversa, cayendo sobre una desconocida cama. Ella quedó sobre mí y no tardó en hacer lo mismo que yo estaba haciendo. Atacó mi cuello lentamente, cerré los ojos y mi estómago se retorció en el momento en que su lengua pasaba por el medio de mi cuello. Volvió a subir a mis labios y así estuvimos durante horas. Seguido de esto ambas nos acomodamos poniéndonos de lado de tal manera que nuestras miradas quedaron a la misma altura.

Acaricié su rostro, trazando con mis dedos sus rasgos iluminados por la luz que provenía desde la ventana.

-Eres perfecta Myoui Mina... Te amo, te amo con mi alma

Me sonrió, juntó su frente con la mía y no pasó mucho para darme cuenta que se había quedado dormida. Estuve perdida en mis pensamientos, en mis suspiros, en los rápidos latidos de mi corazón, en el sonido de su profunda respiración hasta que me quedé dormida.

No sé cuánto pasó pero de pronto unas suaves caricias en mi cabello confundían mis sentidos, no sabía si quería seguir durmiendo o despertarme. Pero cuando escuché su voz definitivamente quise abrir los ojos para encontrarme con ese mar chocolate.

-Ay Son Chaeyoung ¿qué hiciste conmigo?- Un perfecto suspiro me hizo abrir los ojos y me perdí, deseé ahogarme o permanecer atrapada para siempre en el color de esos profundos luceros- Buenos días

Su voz se escuchaba un poco más grave pero seguía siendo tan dulce y delicada como siempre.

-Buenos días

Sonreí, sintiéndome tan plena y feliz, luego sentí su dedo índice hundirse en mi hoyuelo, una tonta carcajada se me escapó mientras que después de años volví a ver su gummy smile.

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A pesar de ser la 7 de la mañana decidimos irnos juntas a casa, podría haberme sorprendido al ver a todas las personas durmiendo en cualquier lugar pero mi atención solo estaba en ella.

Me propuso ir a una cafetería que encontramos en el camino y acepté gustosa. No quería aprovecharme por lo que solo acepté un mocca y ella pidió un café americano y un sándwich al que le agregó demasiado ketchup, no pude evitar reír y ella me miró confundida.

-¿Qué?

-No pensé que aún hicieras eso con el ketchup

-¿Lo recordabas?

-Recuerdo muchas cosas Minari- Sus mejillas sonrojadas eran tan adorables, no resistí decirle aquello, entonces sus mejillas se tiñeron de rojo aún más. Bajó la cabeza tratando de ocultar su rostro con su cabello pero aún así pude ver que una sonrisa se formaba en su rostro- En realidad no son solo tus mejillas, tú por completo eres adorable

-¡Ya basta!

Conversamos tanto que mi mocca se enfrió y ella aún no terminaba ni la mitad de su sandwich, hasta que sonó mi celular. Otra vez me regañaron pero esta vez fué mi padre, estaba tan enojado que casi no pude decirle nada.

-Tranquila, te acompañaré a tu casa y hablaré con él

-No tienes que hacerlo

-Si tengo

Terminamos rápidamente, Mina pagó la cuenta y casi corrimos del lugar, en realidad si lo hicimos ya que la desafíe a una carrera que no pudo ganar. Al llegar a casa mi padre se veía furioso pero Mina le explicó con suavidad que ella había estado conmigo, que yo no había bebido y que nos habíamos quedado dormidas. Y resultó, Mina se despidió con una gran sonrisa y ya no hubieron más regaños por parte de nadie.