Recreando la Fiesta

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Luego de lo que me pareció un largo recorrido terminamos en su habitación pero ya estaba mucho más relajada. No pude evitar recordar esos hermosos días de la niñez en donde yo era un gracioso huracán y Mina mi paz, siempre transmitía la calma así que no había nada mejor que su compañía en ese entonces y ahora las cosas en ese sentido seguían igual.

—Disculpa mi reacción, no podía permitir que ese idiota te faltara el respeto

—Tranquila amor, gracias por defenderme, pero ahora temo que vayas a tener problemas con la dirección o algo así

—Es lo que menos me importa

—¿Cómo están tus nudillos?

Ambas bajamos la mirada, estiré las manos para luego cerrarlas en un puño y ciertamente no me había percatado del dolor hasta ese momento, pero intenté disimular.

—Solo duelen un poco

—Esa mueca que hiciste me dijo otra cosa

—Solo olvídalo bonita, estaré bien—Tomó mis manos y dejó delicados besos sobre mis nudillos— y ahora no podría estar mejor...— En ese momento sonaba la bocina que indicaba el fin del almuerzo, extrañamente aquí había una de esas alarmas como si aún fuéramos estudiantes de colegio y quisieran controlar que cada persona estuviera en el comienzo de una nueva cátedra— Tienes que volver a clases

—Ni siquiera lo pienses no te puedo dejar así... Me siento muy culpable, ahora tendrás dilemas con tus amigos también

—Mina nada es tu culpa, la verdad es que aún no los consideraba mis amigos y además, tú nunca te acercaste demasiado a ellos, menos a ese estúpido, no sé que le pasó contigo de un día para el otro...— solo había preocupación y tristeza en su rostro, intenté que se relajara me levanté y me puse detrás de ella para masajear sus hombros— Aunque... No lo culpo porque eres tan hermosa por dentro y por fuera que cualquier persona podría posar sus ojos en tí y enamorarse perdidamente... Una tragedia para mí y la realidad

Por fin escuché su risa, ciertamente estaba bastante tensa y podía apostar a qué estaba muy cansada. Si yo estaba harta y llena de tareas no imaginaba cómo podría estar ella al ser además su último año.

Sin poder evitarlo me acerqué y comencé a besar su cuello cuando ella intento hablar.

—No-no digas... Tonterías

—Pues soy una tonta que dice la verdad... Soy una tonta por tí

Me facilitó el recorrido por su cuello ladeando la cabeza y subió su mano a mi mejilla en un intento de acercarme más.

—¿Re-recuerdas la última vez que... Hicimos el amor?

Reí en su cuello y noté como se estremeció.

—Cómo olvidarlo... Estabas bastante ebria, ¿puedes recordar algo?

—Casi nada... ¿Me ayudarías a recordar?

—Bueno, primero caminamos por el campus, tomadas de la mano y llegamos a la fiesta. Intentaste tomar un shot pero te pareció asqueroso, entonces te llevé un mimosa y...

Así seguí narrando lo que había ocurrido al principio con muchos detalles y la parte interesante con los mínimos porque sabía que no podía detallar bien aquello, me avergonzaría por completo. Bufó y se volteó a mirarme para luego empezar a jugar con el borde del cuello de mi chaqueta.

—Hablando de fiestas, eres una aguafiestas... Creo que no captaste mi indirecta

—Jajaja sí lo hice pero me encanta ver tus reacciones... Y si hacemos todo lo que hicimos esa noche vas a distraerte y no quiero tomar mucho de tu tiempo porque sé que estás ocupada con los estudios

—Qué considerada estas siendo

Volvió a estar de espaldas a mí y noté el sarcasmo en su voz.

—¿No lo estoy siendo?

Volví a ponerme frente a ella y ví como un puchero se formaba en sus labios.

—Demasiado... Pero, ¿acaso ya no me deseas? ¿Acaso ya no me extrañas?

—Te deseo con el alma y te extraño más que a nadie, solo no quiero perjudicarte en ningún sentido, de hecho ahora, por mi culpa estás perdiendo clases. Aunque es más que obvio que lo lograrás, es tu último año y cada momento es importante

—Estoy muy cansada

—Lo sé bonita

—Al menos déjame tomar esta oportunidad como una excusa para que solo te recuestes y te acurruques junto a mí

Hicimos exactamente eso pero podía notarla cabizbaja debía saber si yo lo había arruinado otra vez. De cualquier forma quise golpearme, tal vez las palabras no servían en este momento y quería hacerla olvidar todo porque realmente la deseaba y solo me estaba conteniendo.

—¿Puedo poner un poco de música?

Se limitó a asentir, tomé su laptop hice una lista de reproducción de 4 canciones, saqué mi celular solo para descargar una aplicación de luces de colores parpadeantes, cerré las cortinas dejando la habitación un tanto oscura, abrí la aplicación, las luces comenzaron a parpadear y en ese instante "Put your hands up" empezó a sonar. Ella me miró confundida pero luego empezó a reír cuando hice la parte del rap y la convencí de bailar conmigo y aunque esta vez estábamos sobrias y el ambiente no era comparable en lo absoluto, de todas maneras me sentí inmersa en ella.

No existía la vergüenza en mí cuando se trataba de disfrutar a su lado, todo era cómodo y auténtico incluso cuando yo hacía el ridículo.

Y ahí estábamos, saltando con las manos extendidas, cantando y riendo a carcajadas, cuando empezó "Mmmh" me solté aún más.

"Esté es mi momento"

Al principio ella se reía al verme bailar pero luego vino su silencio me atreví a mirarla y había logrado que me mirara embobada otra vez. Con "Move" ella se avergonzó.

"Ahora es tu momento"

Intenté nuevamente que se relajara guiando sus movimientos y de cualquier forma me sentí embobada al ver su actitud un tanto tímida pero sensual a la vez. Con "Nothing on me" no fué necesario decir nada, la temperatura empezó a elevarse, nuestras respiraciones se mezclaron y nuestros labios estaban en sincronía. Sin pudor agarré su trasero y en su oído susurré "ahora es cuando dices: necesito follarte o que me folles" y esa frase desató el intenso deseo, un hermoso caos contenido.

Todo pasó extremadamente parecido a esa noche, solo que el estar sobria intensificó las sensaciones y el placer de una manera inexplicable. Me llevó a un punto en donde ya no supe ni mi nombre, no sabía qué era real o qué no, no sabía si había llegado al cielo o al infierno.

La playlist seguía reproduciendo las mismas canciones, sin embargo no importaba, al menos la música funcionaba para opacar el resto de sonidos porque no paramos ahí. La recreación de lo que había pasado la noche de la fiesta había terminado hace rato; sus manos recorrían mi cuerpo como si intentara conocerme de nuevo y las mías recorrían el suyo como si estuviera memorizado cada centímetro, mientras que el exquisito vaivén de nuestras caderas produciendo la fricción me hacía pensar que mi corazón estaba a punto de explotar y los jadeos, gemidos, maldiciones, palabrotas y nuestros nombres saliendo al azar se convirtieron en un susurro inaudible para el resto del mundo pero en ese instante, mi mente, mi mundo, mi universo era conquistado por completo por Myoui Mina.

Siempre Te Amaré - MichaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora