Siempre Te Amaré - Michaeng

Reconciliación

Luego de lo que pasó, no hablamos ni nos acercamos en días, yo por vergüenza y ella de seguro estaba molesta porque la rechacé. La extrañaba tanto, que ya no lo estaba soportando, además, pensaba en qué hubiera pasado esa noche si me hubiera atrevido, mi cabeza se llenaba de imágenes inapropiadas que me avergonzaban aún más.

La tristeza volvió, empecé a sentir un vacío. Estaba segura que no prestaría atención a las clases, por eso me quedé afuera después de que tocaron el timbre, había decidido ir a la siguiente hora, guardé los libros de la clase que me estaba perdiendo aunque en un segundo me paralice.

-No quiero que estemos alejadas... lamento si te hice sentir incómoda

La ví, y sus ojos estaban cristalizados. Aparté la mirada porque la vergüenza seguía pero mi corazón volvió a sentirse cálido.

-Yo tampoco quiero que estemos lejos y no me hiciste sentir incómoda... Lamento irme de esa manera

-Está bien. No te presionaré a hacer algo que no quieres pero no me dejes por favor

-Mina... No es que no quiera, es solo que creo que mereces más... Evitemos hablar de esto aquí ¿Si?

-¿Te da vergüenza?

-No, pero pensé que no querías que nadie se enterara de esto

-¿De qué Chaeyoung? Al final tú y yo no somos nada

Pensé que habíamos creado algo especial... ¿Tan insignificante fué todo para ella? Me dí la vuelta, cerré mi casillero y antes de irme hablé por lo que creí que sería la última vez.

-Entiendo

-¡Espera! Soy una tonta, no me malinterpretes por favor... Me refiero a que no hemos hablado de nuestra relación... Obviamente no somos amigas... Si algo tiene que cambiar y la responsable de ese cambio será una pregunta entonces la haré... Son Chaeyoung, sé que probablemente no es el mejor momento, ni el más romántico pero... ¿Quisieras ser mi novia?

Siguiendo mis impulsos como siempre, tomé su mano, entrelace nuestros dedos y empecé a caminar llevándola hasta la salida esquivando con precaución a los cuidadores. Caminamos en silencio, hasta llegar a un parque solitario que estaba escondido detrás de unos arbustos y que estaba cerca de nuestras casas, se podía ver un lago, rodeado por árboles, pasto y flores, nos detuvimos y la abracé con fuerza.

-Minari... Quiero ser tuya por completo, compartir mis días junto a tí, no quiero lastimarte, quiero hacerte feliz... Por supuesto que quiero ser tu novia y quiero que tú seas la mía

Simplemente nos sentamos sobre el pasto contemplando el lago, no pude evitar girar mi cabeza y detallar su perfecto perfil. De un momento a otro ella se levantó solo para sentarse nuevamente pero esta vez de espaldas a mí.

-¿No creés que es más bonito el lago?... ¿Te sucede algo?

-Dijiste que querías ser mía por completo

-Y es la verdad... Lo soy... Lo seré

Mina se acostó sobre el pasto mirando al cielo, imite su acción, nuestras cabezas quedaron a la misma altura y nuestros hombros quedaron en contacto. También miré el cielo que estaba de un intenso color celeste acompañado por esponjosas nubes de diversas formas y tamaños. Recordé cuando era niña y solía encontrar animales, rostros o cualquier otra cosa en ellas.

-Esa nube ¿no parece un corazón? o ¿es que estoy tan enamorada de tí que ya estoy viendo corazones hasta en el cielo?

Escuché su dulce risa, el sonido que se había convertido en mi favorito, la había extrañado demasiado, no me dí cuenta de su cercanía hasta que besó mi mejilla, giré el rostro, recorrí el suyo con mi mirada y besé sus labios delicadamente.

Nos quedamos tal vez una hora más en el lugar sin decir demasiado. Luego la invité a mi casa a ver una película, le dije que mis padres no estarían por un pequeño viaje de negocios así que incluso si quería podía quedarse a dormir. Ella aceptó en seguida pero me dijo que iría a su casa a buscar unas cosas y aprovecharía de avisarle a sus padres.

Ya en mi casa hice palomitas de maíz, saqué unos cuantos dulces y refrescos que quedaban y subí a mi habitación evitando que se me cayera algo, dejé todo sobre mi escritorio, no alcancé a encender el televisor ya que justo en ese momento sentí como unos brazos me rodeaban por la espalda. No me asusté, pero me estremecí y mi corazón saltó. Mina apoyó su barbilla en mi hombro y luego susurró en mi oído haciendo que mi piel se erizara.

-¿Piensas ver la tele apagada?... Podemos hacer algo mejor

Abrí los ojos sorprendida, Mina me soltó y me giré a mirarla, en sus manos tomó una Playstation con 2 controles y una gran sonrisa apareció en su rostro.

-¿Cambiaste los Legos por los videojuegos?

-¿Qué tienes contra mis Legos?

-Minari eres un amor

Amaba cada expresión, incluso como rodaba los ojos justo como lo hizo en el momento en el que dije eso.

-Bueno, ¿juegas conmigo?

-No soy buena en eso... Que tal si tú juegas y yo observo- Hizo un puchero al que no pude resistirme, no pude tampoco evitar reírme ante su ternura- bien, pero luego no te quejes cuando pierda cada 5 segundos

No pasaron ni 30 minutos, realmente yo era muy mala y literalmente pasó lo que le advertí a mi novia... Mi novia, que bonito sonaba eso.

-¡Hey! No te distraigas

-Lo siento... Ugh soy un asco

-No, no lo eres

-Ni siquiera hemos podido ganar una partida

-Jajaja a ver, pondré un solo jugador

-¿Me dejarás ver tus habilidades?

Dije con ilusión pero Mina se acomodó detrás de mí, puso sus manos sobre las mías y comenzó a guiarme. Cielos, tenerla así de cerca era demasiado para mí, cómo pretendía que me concentrara; hice lo posible por al menos ganar una partida con su ayuda aún cuando las estúpidas mariposas hacían estragos en mi interior.

-¡Yey! ¡Lo lograste!

-Lo logramos jajaja... Prometo practicar

-¿En serio? Realmente me gustaría jugar contigo de vez en cuando

Me dí la vuelta, quedé sobre mis rodillas, pasé mis manos por su cuello y lo acaricié, pude ver como sus mejillas se teñían de carmesí.

-Puedo seguir intentando y fracasando o podemos ver una película

-¿Cuál?

Ví como tragó con dificultad, de alguna manera estaba provocandola. Realmente no sabía si estaba lista y no quería aprovecharme de la situación, así que le dí un casto beso en los labios me levanté y fuí por el control para luego tirarme otra vez a su lado.