Enmendando Errores

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Volví a disfrutar de una relajante ducha antes de escabullirme a la habitación de Mina como lo había estado haciendo las noches anteriores.

Compartimos un apasionado beso en donde la acorralé contra su puerta y sus piernas rodearon mis caderas. La realidad era que mis brazos no gozaban de mucha fuerza y aunque al principio todo iba bien, no pasó mucho tiempo para que terminaramos en el suelo teniendo un pequeño ataque de risa. Ella me susurro que la próxima vez debíamos intercambiar los lugares y no pude evitar sonrojarme al imaginar tal escena.

Y dormimos acurrucadas, tan abrazadas como si ningúna se resignara a dejar escapar a la otra. Solo quería detener el tiempo y quedarme ahí a su lado para siempre, con su vainilla impregnada en mi piel.

La mañana siguiente fué difícil, cada vez que ella lograba convencerme que debía irme se arrepentía a los pocos segundos, me abrazaba y me besaba, así estuvimos por lo menos 30 minutos.

Para qué hablar de todas las sensaciones desagradables que llegaron con subir al avión, volver a Seúl no era la gran cosa, no me hacía sentir bien en lo absoluto.

Regresé al departamento de mi tía, se veía bastante emocionada de que estuviera con ella pero una hora después se fué, decidí descansar un poco y para distraerme empecé a dibujar. Y con una idea en mente y una hoja de mi libreta volví a uno de los lugares en donde hacían tatuajes.

Así fué como un girasol terminó marcado en mi muñeca derecha junto al nombre de la canción que me había cantado y dedicado mi hermosa Mina. Tal vez estaba siendo demasiado intensa al sentir, pero ¿qué importaba? podía amar con tanta fuerza, sentirme increíble y viva, así que no me detuve y una carita feliz encerrada por un corazón en conjunto de un "M+C" quedaron grabados en el centro de mi pecho.

Cerré los ojos respirando el aire frío de la ciudad, de pronto todos los malos recuerdos parecían tan distantes que me sentí libre. Empecé a caminar con una boba sonrisa en el rostro pero no logré avanzar mucho porque una voz masculina me detuvo.

-¿Chaeyoung?

-¿Jungkook?

-Hace demasiado tiempo que no te veía por aquí

Y la culpa regresó, debía hacer algo antes de salir corriendo como una cobarde.

-Cierto... ¿Estás ocupado?

-Ya me iba a mi casa así que no

-¿Te gustaría ir a comer algo?

-Oh, por supuesto

-¡Genial!

Al menos no parecía odiarme y eso me tranquilizaba un poco pero no dejaba de ser una situación incomoda mientras caminábamos sumergidos en un profundo silencio.

-Y cuéntame ¿qué hacías por ahí? ¿Nuevos tatuajes? ¿Puedo verlos?

-Me hice dos, pero solo puedes ver uno

Le mostré el girasol cubierto por el material que lo protegía y el solo se limitó a bromear, sobre todo por el otro tatuaje que no le mostré. Jungkook definitivamente seguía siendo tan agradable como siempre y no mostró ninguna señal de resentimiento, cosa que agradecí profundamente y me permitió relajarme.

-Pareces más feliz

-Tú también

-Eso es bueno ¿no?

Me contó que había conocido a alguien y también como su negocio iba mejorando cada vez más, por mi parte le mencioné lo que estaba haciendo en Seúl y por supuesto le hablé de Mina.

-Nunca te escuché hablar así sobre alguien, se nota que te robó el corazón por completo

-Sí, lo hizo... Jungkook, yo... Tuve mucho tiempo para pensar y reflexionar en mis acciones del pasado, estoy realmente arrepentida por la forma en la que simplemente desaparecí de tu vida y fuí tan inconsciente e insensible contigo

Siempre Te Amaré - MichaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora