Un fantasma vs Un dragón.[Dekukatsu/Kiribaku]

Decimocuarto.

***
Katsuki no bajó la guardia al ver a la loba y le dijo en el idioma de los lobos:

—No te conozco de nada, ¿en serio crees que te permitiré quedarte?

—Sí. Porque no tengo malas intenciones, ¡lo juro!—Dijo Kemy.

—Tu palabra no vale, ya te lo he dicho. ¿Eres tonta?

—¡No lo soy! ¡Por eso estoy buscando una manada, para no morir!

—Pues ve a buscar otra, aquí no te vas a quedar.

—¡No! ¡Yo me voy a quedar!

Al verla con actitud desafiante, Bakugou se molestó mucho.

—Quieres morir, ¿cierto?—Dijo mostrando sus dientes.

—¡Claro que no! ¡Pero estoy dispuesta a pelear por un lugar en el que vivir!

—Muy bien.

Dicho esto, ambos se involucraron en una pelea encarnizada. Siendo tan fieros como podían.

Kemy estaba tan desesperada que se comportaba de un modo más agresivo de lo habitual.

"No puedo perder, ¡quiero un hogar!"

Ella no iba a rendirse mas Katsuki tampoco, pues era su deber proteger a su manda y no se permitiría así mismo fallar.

"Voy a demostrar mi valía y me respetarán."

Continuaron dándose mordiscos y algún arañazo pero fue el rubio cenizo el que propinó el ataque final.

"¡Gané!"—Pensó Bakugou mordiendo el cuello de la loba, soltándola cuando ésta dejo de poner resistencia.

Utsushimi cayó a la tierra, derrotada. Dejando caer varias lágrimas por su rostro ante la impotencia que sentía en sus últimos momentos.

Katsuki permaneció quieto junto a ella hasta que la licántropa dejó de llorar y de realizar cualquier movimiento.

"Mierda. No quería llegar a esto."—Pensó sintiéndose culpable.

Tras aquella tensa pelea, ya no sucedió nada malo y la noche fue tranquila. Pero el corazón del joven licántropo no se calmaba.

***
Volvió a su hogar cuando el amanecer empezó y, al llegar, vio que sus padres ya estaban en pie.

—Buenos días, Katsuki.—¿Qué te ha pasado?—Preguntó Masaru preocupado cuando se dio cuenta de las heridas que tenía su hijo.

El de ojos rubí agachó la mirada y respondió:

—Tuve que pelearme y...

Él quería desahogarse contando lo que había sucedido la noche anterior pero unas lágrimas se lo impedían.

Su padre supo que se trataba de algo serio, pues su hijo no era alguien de lágrima fácil. Así que lo abrazó.

—Desahógate tanto como quieras y, cuando estés listo; me lo cuentas, ¿de acuerdo?

Katsuki simplemente asintió y correspondió al abrazo de su padre.

Poco después, apareció su madre, quien se había preocupado al no escuchar ni un sólo ruido tras llegar su hijo.

—Katsuki... ¿Qué ha pasado?—Cuestionó Mitsuki preocupada acercándose a ellos.

Él no podía ni siquiera mirarla, así que no fue capaz de responderle y eso aumentó la preocupación de la rubia, quien decidió unirse al abrazo.

***
Cuando Bakugou se calmó, se dirigieron al salón y allí el chico les contó lo que le había pasado la noche anterior.

Al saberlo, sus padres quedaron conmocionados.

—Hijo, hiciste lo que debías. Esa loba era una desconocida, podría haber sido una infiltrada que quisiera atacar a nuestra manada junto a otros lobos.—Le dijo su madre.

—Tu madre tiene razón, a pesar de que es horrible haberle arrebatado la vida; esa pelea era inevitable.—Eras tú o ella.

—Lo sé pero me siento mal por haber tenido que llegar a ese extremo.

—Es comprensible que te sientas de esa manera pero no tenías otra opción. No podías aceptarla así por las buenas.—Le dijo su padre.

—Sé eso, sin embargo, no me siento bien con eso.

—Es normal pero ella también estaba dispuesta a matarte por intentar conseguir pertenecer a esta manada, ¿no es así?

—Sí... Supongo...

Masaru le sonrió de una forma suave y le dijo:

—Katsuki, creo que debes dejar de darle vueltas al asunto y dormir.

—Está bien...—Dijo con tono cansado, deseando dormir en su cómoda cama de nuevo.

***
Aquel día, a lo largo de la mañana, la gente comentaba lo sucedido con la loba de la noche anterior.

Todo el mundo sabía que Katsuki Bakugou había sido el causante de aquella muerte.

Sus novios se enteraron de la noticia pero no quisieron ir a visitarlo por la mañana porque sabían que Katsuki estaría durmiendo hasta la noche.

—Creo que esta noche deberíamos ir a ver a Katsuki para hablar con él sobre lo sucedido, ¿no crees, Izuku?

—Sí, Kacchan lo estará pasando mal. Necesitará de nuestro cariño y comprensión.

—Así es. Por eso lo buscaremos a las doce, la hora en la que comienza su guardia.

—De acuerdo.—Ahora, me vuelvo a casa. Buena suerte con el resto de tus clases, Eijirou.

—Gracias, Izuku. Nos vemos.

Los chicos se despidieron y el pelirrojo volvió junto con el resto de dragones jóvenes.

—Entonces, ¿seguirás siendo novio de ese asesino? ¿Estás bien de la cabeza, Kirishima?—Le preguntó Tetsutetsu acercándose a él.

—¡Katsuki no es ningún asesino! ¡Sólo ha protegido a su manada!

—Ya, claro. ¿Y cómo estás tan seguro?—¿Acaso estabas allí cuando todo sucedió?

—Yo no estaba allí pero tú tampoco.—De todos modos, no entiendo qué tienes contra Katsuki. Él no te ha hecho nada.

El de cabellos plateados apretó los puños y dijo:

—¿Qué no me ha hecho nada?—Sí que me ha hecho.

—¿El qué?

—¡Te ha apartado de mí sin tener que hacer nada, simplemente existir!—¡Y en cambio yo, que llevo años tras de ti, no he logrado nada más que una amistad! ¡Y yo quiero algo más!

Eijirou se sorprendió, pues no tenía idea de los sentimientos de Tetsutetsu.

—Tetsutetsu... Yo... ¿De verdad te gusto?

—¡Sí! ¡Desde hace mucho tiempo!—¡Y no entiendo por qué no me aceptas y a ese sí!

—Porque él no es un maldito egoísta que solamente piensa en sus propios deseos.—A Katsuki realmente le importan los sentimientos de los demás, mientras que tú, sólo piensas en ti.

—¡Eso no es cierto!—Solamente quiero recalcar que yo soy el adecuado para ti, no él.

Eijirou lo miró con furia y le contestó:

—¡¿Qué sabrás tú acerca de lo que es adecuado o no para mí?!—¡Fuera de mi vista! ¡No te vuelvas a acercar a mí!

El dragón comenzó a alejarse del otro, el cual, angustiado; le respondió:

—¡No, Kirishima!—¡Espera! ¡Lo siento!

Tetsutetsu llamaba al pelirrojo una y otra vez, siendo ignorado por éste, ya que no quería saber nada más por éste.

—Kirishima...—Dijo por última vez comenzando a llorar sabiendo que Eijirou no volvería a hablarle nunca más.

***
Notas finales: ¡Hasta aquí por hoy!

¡Espero que os haya gustado!