Trigésimo.

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***
Finalmente estaba sumergido en aquel profundo lago con los ojos cerrados y se suponía que debía aguantar así por unos cuarenta segundos.

"10... 11... 12..."—Contaba Midoriya mentalmente.

Siguió así hasta que contó cuarenta segundos.

"¿Habrá funcionando?"

Él no lo sabía, sin embargo, le urgía la necesidad de salir de allí rápidamente.

—¡Ah!—Exclamó dando una bocanada de aire cuando su cabeza alcanzó la superficie.

Eijirou y Katsuki lo esperaban en la orilla expectantes.

Y cuando el pecoso estuvo cerca de ellos, se acercaron a él.

—¡Izuku!—¿Cómo te encuentras?—Preguntó Kirishima preocupado.

El de ojos verdes no respondió enseguida y se palpó por encima del cuerpo para comprobar el resultado.

—Creo que... ¡Ha funcionado!—Gritó emocionado.

Los otros dos también se emocionaron y lo abrazaron.

—¡Menos mal...!—Me alegro mucho, nerd.

Izuku sonrió con ternura y dijo:

—Yo también.—Al fin tengo un cuerpo físico y ya no tendré que depender de las pociones de Toshinori-san.

—Sí. Realmente es un alivio.—Dijo Bakugou sin dejar de abrazarlo.

Los tres sentían una gran felicidad al ver que el ritual había sido un éxito y que ya no debían preocuparse de que Midoriya tuviera siempre aquel brebaje a mano.

Ellos podrían tener una relación normal a partir de aquella noche.

—Ya es tarde.—Comentó Eijirou.—¿Nos vamos a dormir?

—Sí, vámonos.—Dijo Katsuki.

Como estaban de acuerdo, caminaron buscando una cueva en la que resguardarse durante la noche.

***
Al día siguiente iniciaron el viaje de vuelta muy contentos con el resultado de la noche anterior.

—¿Qué tal te sientes con tu cuerpo físico?—Le preguntó Bakugou durante el vuelo.

—¡Me siento genial, casi parece un sueño!

Izuku estaba emocionado como un niño y eso le parecía divertido al licántropo.

—Es bueno saberlo.—Dijo para luego acercarse más a él para susurrarle algo.—Así esta noche podremos hacer uso de él, ¿qué te parece~?

El pecoso sonrió pícaramente y le contestó:

—Me parece muy bien, Kacchan~

—Je, sabía que dirías eso.—Voy a preguntarle a Eijirou.

El dragón, que los había escuchado, habló:

>No hace falta que preguntes, Katsuki. Claramente estoy de acuerdo~

—Muy bien. Ya está todo dicho.—Esta noche lo haremos mucho, que me habéis tenido a dos velas.—Dijo el rubio cenizo.

—No te preocupes, Kacchan. Te compensaremos.

—Más os vale.

Se miraron a los ojos y ambos se besaron.

"Estoy deseando que llegue la noche."—Pensó Midoriya emocionado.

***
El día de hizo largo para ellos y, finalmente; pararon en un lugar para pasar las últimas horas de la tarde.

El lugar en el que se encontraban era hermoso y acogedor. Había algunos animales, por lo que no correrían el riesgo de ser molestados por alguien.

—Está algo oscuro...—Comentó Bakugou cuando llegaron.

—Sí. Pero bueno, supongo que no tendré problema para cazar.—Dijo Eijirou.

—Tú no cazarás, lo haré yo. Es mejor que descanses aquí y cuides de Izuku.

El pelirrojo lo miró preocupado y no pudo evitar preguntarle:

—¿Estás seguro?

—Sí. Está bien, no me pasará nada. Aquí no hay nadie.

Kirishima no estaba del todo convencido, mas no insistió.

—De acuerdo, ten cuidado.

—Sí, lo tendré.

El licántropo le dio un corto beso antes de irse, con el fin de calmarlo, y se transformó en lobo para buscar alguna presa de la que pudieran alimentarse.

***

Mientras Bakugou se encontraba fuera, el pelirrojo y el de cabello verde estaban solos en completo silencio.

"Es raro que Eijirou esté tan callado, ¿será que no está a gusto conmigo o que está preocupado por Kacchan?"

El exfantasma no quería que el dragón se sintiera incómodo con su presencia, así que quiso preguntarle directamente.

—Eijirou, ¿te pasa algo? ¿Estás incómodo conmigo?

—¿Eh? Claro que no, solamente estaba preocupado por Katsuki.—Yo estoy a gusto contigo, ya superé nuestra rivalidad y te veo como un buen amigo y aliado para cuidar a Katsuki.

Midoriya estaba contento con la respuesta y sonrió de manera sincera.

—Me alegra que así sea, porque me caes bien y quiero llevarme bien contigo.

—Yo igual. 

Aclarada la duda del pecoso, el ambiente se sintió más relajado.

—¿Y qué tal te sientes con tu cuerpo físico? 

—Bien, aunque aún se me hace extraño no tener que tomar la poción para mantenerlo.

—Es normal, acabas de empezar a ser independiente de ese brebaje pero seguro que te acostumbrarás pronto.

—Sí, seguro.

Continuaron hablando un poco más hasta que Bakugou estuvo de vuelta.

—¡Ya está la cena! ¡Prepara el fuego, Ei!

—¡Voy!

El dragón infló sus pulmones y expulsó el fuego para formar una hoguera en la que asar los conejos que el rubio cenizo había cazado.

Cuando estuvieron listos, degustaron la deliciosa carne.

***

Notas finales: ¡Hasta aquí por hoy!

¡Espero que os haya gustado!


Un fantasma vs Un dragón.[Dekukatsu/Kiribaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora