Trigésimo octavo. (corregido)

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***
Una vez ya en el dormitorio de Bakugou, se tumbaron el uno junto al otro; abrazándose.

—Ei...—Susurró acortando más la distancia con el pelirrojo.

Kirishima le sonrió y procedió a acariciar al licántropo.

—Katsuki, te amo mucho.

—Y yo a ti, Eijirou. Bésame.

Obviamente, el dragón no rechazó su petición y lo besó, que fue aumentando la intensidad poco a poco.

—Mm~—Gimió el rubio cenizo durante el beso.

Al escuchar ese gemido, el chico de dientes afilados se separó de su amado ligeramente para tomarlo de los hombros y tumbarlo sobre la cama.

—Katsuki, quiero hacerte el amor. ¿Tú quieres?

—Sí.

Eijirou sonrió y besó de nuevo. Luego procedió a besar y a lamer su cuello.

—Ah, Eijirou...

El licántropo se estaba comenzando a excitar, esto era bastante evidente; así que Kirishima quiso aumentar dicha excitación bajando poco a poco por el torso del contrario hasta llegar a la virilidad de éste; la cual empezó a lamer.

—Aah, ah, Eijirou...

Eijirou continuó dándole más placer lamiendo y succionando el miembro de su novio.

—Ah, ah, aaah... Más, más...

Viendo que pedía por más, Kirishima siguió hasta que su amado se viniera en su boca.

—Aah... Aaah... ¡Ah!

Bakugou alcanzó el orgasmo y se corrió en la boca del pelirrojo.

—No estarás cansado, ¿cierto, Mi Katsuki?—Preguntó Eijirou posicionándose sobre el licántropo.

El rubio cenizo sonrió pícaramente y respondió:

—¡Claro que no!—Fóllame ya, Ei. Quiero sentirte ya.

El mencionado no se demoró y procedió a prepararlo.

—Ah... Eijirou, ha-hazlo ya.

—Espera un poco más, ya casi estás.

Terminó de prepararlo y lo penetró.

—¡Ah!—Exclamó gimiendo un poco alto.

—Shh, cuidado. Nos van a oír.

—Y-ya lo sé.

Bakugou haría un esfuerzo para no ser escuchado mas Eijirou se lo ponía difícil dándole mucho placer.

—Ah, aah, Ei...

—Mn, Katsuki... Aah.

El rubio cenizo se aferró a los hombros de su novio y éste también lo agarró con mayor fuerza para que sus embestidas fueran más intensas.

—Aaaah, Dios.—Eijirou, no pares. No pares.

Kirishima estaba tan excitado que no podía parar.

—Aah, ah, Katsuki...

—Eijirou, Eijirou, ah, ah...

Sus miradas se conectaron y acercaron sus rostros para besarse.

—Mnhg~

—Mm~

Los dos gimieron durante el beso por unos segundos hasta que les empezó a faltar el aire.

—Aah, ah, más, más.—Suplicaba Bakugou.

—C-como digas, Mi Katsuki~

El pelirrojo movió sus caderas con mayor vigorosidad hasta que el licántropo sintió que iba a alcanzar el clímax.

—Ah... Ah... Ya casi...—Advirtió el rubio cenizo.

Siendo consciente de que estaba por acabar, el dragón comenzó a masturbar a su pareja; provocando así que Katsuki gimiera más y temblase de placer.

—¡Ah, Ei...!

—Aah, ¡Katsuki!

Se vinieron casi a la vez y se tumbaron el uno junto al otro para descansar.

—Hacía tiempo que no lo hacíamos los dos solos y estuvo bien, ¿no te parece, Katsuki?

—Sí, ha estado muy bien~

Ellos se besaron de nuevo y después descansaron, pues pretendían tener otra ronda de sexo más tarde.

***
Luego de haber tenido varias rondas de sexo y haber hecho los correspondientes descansos, Kirishima y Bakugou decidieron salir a dar una vuelta juntos.

"Por fin estoy teniendo una cita a solas con Katsuki, podríamos hacer esto de vez en cuando."—Pensó Eijirou feliz.

—Ei, vamos a la herboristería de la madre del cara de tonto porque he visto que queda poco té.

—Como quieras, Mi Katsu~

Se dirigieron a dicha herboristería y vieron a la madre de Denki.

—¡Hola!—Saludó ella al verlos entrar.—¡Cuánto tiempo sin veros! ¿Qué tal estáis?

—¡Muy bien, Señora Kaminari!—¿Qué tal está?

—Bastante bien, gracias.—¿Venís a por algún té en especial?

—Sí, queremos el té polvo de hadas, el té verde y el té duende.—Dijo Bakugou.

—De acuerdo, ¿cuánta cantidad de cada uno?

—200 gramos del té polvo de hadas, otros 150 gramos del té verde y 40 gramos  del té duende.

La madre de Denki fue poniendo cada té en un saco diferente con el nombre de cada té y, finalmente; metió los sacos en una bonita bolsa de tela amarillo mostaza.

—Aquí tenéis, serán 300 yenes.

Katsuki pagó y, antes de que se marchasen, la mujer les dijo:

—Venid a visitarnos algún día para conversar y tomar un té, ¿de acuerdo?

—Sí, algún día os haremos una visita, ¿verdad, Eijirou?—Cuestionó mirando al dragón.

—¡Claro!—Podemos llevar también a Izuku con nosotros.

—¡Por supuesto!—Dijo la señora.

Acto seguido, se despidieron de ella y salieron de la tienda para continuar con el paseo.

***

Notas finales: ¡Hasta aquí por hoy!

¡Espero que os haya gustado!

Un fantasma vs Un dragón.[Dekukatsu/Kiribaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora