Capitulo Tres.

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 —¡Cuidado con mis muebles!

Nee hizo una mueca ante el grito de Kai, levantando la pequeña mesa que había tumbado y colocandola sobre sus patas nuevamente, juntando todo lo que había caído con ella tan rápido como pudo hacerlo. Por suerte, ninguna de las pequeñas cosas acomodadas allí eran fragiles o todo se habría destrozado al tocar el suelo y eso habría sido muy malo.

Una vez que todo estuvo sobre la superficie, se puso de pie y miró alrededor, buscando un lugar donde sentarse. Eligiendo el sofá de tres cuerpos como la mejor opción, se movió hacia él y se acomodó allí, quitando los cojines a un lado para que no le molestaran. Una vez que estuvo instalado, miró hacia arriba, encontrandose con la divertida mirada de Kai sobre él.

—¿Que?

El mayor sonrió—. ¿Que diablos haces?

—Intento acomodarme, pero es dificil cuando estos muebles parecen haber sido construidos para hobbits.

—No son muebles para hobbits —replicó—. Tengo poco espacio y por si no te has dado cuenta —hizo un gesto a su cuerpo—, no soy muy grande, los muebles pequeños se adaptan perfecto al apartamento y a mi.

Arrojó otra mirada alrededor antes de volver a él—. ¿Eso quiere decir que tu cama también es pequeña? Porque de ser así, entonces tendremos un problema.

Kai se sonrojó, pero no vaciló—. Ese no será un problema, porque tu no estarás cerca de mi cama.

Chasqueó la lengua—. Tu le sacas la diversión a todo, ¿lo sabías?

—Si, lo sé —lo ignoró—. ¿Quieres beber algo? —se dirigió a la cocina, deteniendose para volver a mirarlo—. ¿Cenaste?

—No, en realidad, se suponía que cenaria con mi familia luego de venir a verte, pero cuando no te encontré, te esperé y... —hizo un pequeño gesto con su mano—. Me lo perdí.

Sorprendido, se giró y cruzó los brazos sobre su pecho—. ¿Te perdiste una cena familiar por estar acosandome?

—No te acoso, ¿por qué todo el mundo insiste en que lo hago?

—Sentarse a esperar a una persona fuera del edificio donde vive, se le considera, en cierto modo, acoso, cariño.

—Ow, me dijiste "cariño".

—Fue en forma despectiva. —le recordó.

—De igual manera, me dijiste "cariño" —movió sus largas y oscuras pestañas coquetamente—. Creo que hasta me sonrojé.

Kai frotó su sien con los dedos, intentando evadir el dolor de cabeza—. Yo tampoco cené, si quieres puedo calentar algo de comida para los dos.

—Sería genial —cuando Kai se giró para irse, Nee se puso de pie al instante con la intención de seguirlo, haciendo una mueca cuando enganchó la pequeña mesa y tiró los libros apilados sobre la misma.

—¿Que rompiste? —la voz del mayor hizo eco en el departamento ante el golpe de las cosas contra el suelo.

—¡Nada! —juntó todo con rápidez y se apresuró a salir de aquella trampa mortal que era la sala, sin romper nada en su camino. Entrando a la cocina, observó al otro rebuscar en el refrigerador—. ¿Por qué no cenaste? Pensé que monigote ese con el que saliste te había llevado, al menos, a cenar algo.

—Él me llevó. Bueno, en realidad, para eso nos encontramos, pero no me sentí cómodo durante toda la cena, sus padres y los míos estaban-

—¿Llevaron a sus padres a una cita? —lo interrumpió—. Vaya par de raros.

Desde que te vi |Nilo/Kai|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora