—¿Que diablos?
Frunciendole el ceño a la pantalla de su celular, Nee marcó la tecla para devolver la llamada y se llevó el aparato nuevamente al oido. El tono ocupado le devolvió el saludo como burlandose de él con su sonido entrecortado. No lo entendía, Kai lo había llamado para cortarle sin siquiera pronunciar palabra, ¿acaso había errado a la tecla al marcar y llamado sin querer?
Escribiendo un rápido mensaje, preguntando si todo estaba bien, bloqueó su telefono y lo dejó en la mesa a su lado. Si no le respondía en diez minutos, llamaría nuevamente y vería que hacer a partir de ahí. No quería imponerse ni presionar al chico de ninguna manera, lo había prometido, así que por más que quisiera correr hacia él para asegurarse de que estaba bien, no podía hacerlo impulsivamente.
El sonido suave del rasgado de las cuerdas de una guitarra, logró que levantara la mirada, captando el movimiento de Silas—. Come tu almuerzo, hermanito bebé.
El pequeño ceño se frunció, desconforme—. Quiero aprender, Nee.
—Te enseñaré —prometió—. Pero primero, come todo tu almuerzo.
Poniendo mala cara, volvió a tomar su tenedor y pinchó un fideo, llevandolo a su boca. Apenas pudo esconder una sonrisa de él ante la ternura que le causaba la imagen, su hermanito era demasiado lindo cuando hacia esas caritas enojadas.
Nee le había obsequiado una guitarra acustica por su cumpleaños. Era más pequeña que la suya propia, ya que estaba pensada especialmente para niños, más ligera y delicada, aunque aun así, le quedara enorme al pequeño. Se suponía que la cosa era para niños mayores de cinco años, pero eso no importaba mucho, Silas había estado colandose hasta su regazo para poder verlo tocar, desde que había aprendido a gatear.
Había visto el interés por la música en él desde hacia un tiempo, solo estaba esperando a que creciera un poco más para comenzar a enseñarle. Pero luego de que su padre le contara como su hermanito bebé había intentado descolgar una de las guitarras que tenía en la pared de su habitación y se la había arrojado encima, lastimandose la mejilla con ella, había decidido que había esperado lo suficiente. Comenzaría a enseñarle lentamente, la pequeña guitarra con un Mickey Mouse en la caja y el nombre "Silas" en una bonita caligrafía dorada en el mastíl, eran parte de eso.
La forma en que los pequeños dedos pasaron sobre las cuerdas mientras los fideos eran masticados distraidamente, le dijeron que había tomado la decisión correcta.
—Come primero. —advirtió.
Apartando la manito, Silas obedeció.
Desde sus brazos, Romeo empujó el biberón, que estaba sosteniendo para él, lejos de sus labios y levantó la mirada para verlo. Esos ojos oscuros, con espesas y arqueadas pestañas, lo miraron por un largo momento antes de que una sonrisa suave apareciera. Romeo era el más pequeño de la familia, habiendo nacido pocos minutos después que su mellizo. Nick, Silas y él, compartían la marca de nacimiento que su padre Liam tenía en el cuello, pero además, el más pequeño, había heredado también la sonrisa del mismo. Sus ojitos se achinaban cuando sonreía, los orbes marrón oscuro casi desapareciendo en el gesto. Si su cabello y ojos no fuesen oscuros, sería identico a las fotografías que habían visto de cuando Liam era bebé.
Los pequeños pies de Romeo se movieron de ida y vuelta, golpeando el pie de su mellizo, quién dormía placidamente en su coche, y logrando despertarlo. Los ojitos castaños les arrojaron una adormilada mirada molesta. Si había alguien en esa casa que apreciaba más sus horas de sueño que su padre Zayn, ese con seguridad era Kenay. El enano se ponía de un humor de perros si era despertado antes de su hora de la comida.
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Desde que te vi |Nilo/Kai|
FanficLibro #2 de la saga "Tu Mirada" Pareja: Nilo Payne/Kai Tachibana.