III

285 15 6
                                    

Narra Aitana.

Escucho "Otra vez" de Aitana y muevo mi cabeza al compás de la canción mientras tarareo la letra de la artista catalana. Remuevo la cucharilla que se posa en la taza de cristal y me la llevo a mis labios para beber un poco de café.

- Aitana, ¿me estas escuchando? - pregunta mi madre alzando una ceja y yo asiento.

- Pues claro, mamá.

- Si seguro, ¿qué he dicho Aitana?

- Ehhh, que hay muchos clientes - digo y mi madre ríe.

- Aitana, cielo, no sabes mentir, no me estabas escuchando ¿verdad?

-Mm, no lo siento. Estaba distraída.

Mi madre ríe y se acerca a mí. Besa mi mejilla y me sonríe.

- Estas muy distraída Aiti, ¿estás bien?

- Sí, ya me conoces mamá. Soy de distracción fácil, me distraigo con una simple mosca.

- En eso tienes toda la razón.

Me despido de mis padres y salgo del restaurante. Tengo ganas de ir a Plaza España, sentarme y pintar algo.

Encuadrada en el Parque de María Luisa, esta plaza fue diseñada por el gran arquitecto sevillano Aníbal González como espacio emblemático de la Exposición Iberoamericana de 1929. El resultado fue una plaza-palacio única en el mundo. De un extremo a otro de la plaza están los bancos de azulejos que representan a las provincias de España. Los cuatro preciosos puentes que cruzan el canal representan los antiguos reinos de España. Dos altas torres se erigen en los extremos de la plaza, confiriendo un equilibrio perfecto al conjunto. Estas torres se divisan desde toda Sevilla. La galería porticada que separa el espacio abierto de la plaza con respecto al edificio invita a ser recorrido.

Me siento en uno de los bancos de azulejo, más concretamente en el que está dedicado a mi ciudad, a Sevilla. Abro la mochila y saco el bloc de dibujos, lápices, pinceles y pinturas.

Estoy un buen rato dándole vueltas a algo que pueda pintar hasta que veo una imagen muy bonita, a una niña pequeña y a una persona mayor, que parece su abuela. La mujer está haciendo pompas de jabón mientras la niña salta intentando cogerlas. Hago una foto con mi móvil, porque no sé cuantas horas puede llevarme a hacer este dibujo, aunque más de una hora seguro.

Una de las técnicas que más suelo usar para dibujar es el dibujo con carboncillo, un estilo clásico de toda la vida. Ayuda a crear líneas, pues es fácil de borrar y se difumina fácilmente. Así como también el uso del carbón, es adecuado tanto para línea como para mancha y para bocetos previos antes de empezar a pintar.
Me pongo los cascos para escuchar música aleatoriamente en Spotify y empiezo a dibujar.

Levanto mi cabeza al ver como muchas personas andan alrededor de la plaza. La Plaza de España es un lugar de interés turístico de la ciudad, nadie se va de Sevilla sin haber pasado por aquí.

Veo muchas estampas bonitas y me emociono. Soy una persona muy sensible y sentimental, por no decir que me paso todos los días o la mayoría llorando, y cada pequeño detalle bonito que veo me hace emocionarme.

Termino el dibujo y sonrío, no es porque lo haga yo, pero me ha quedado genial. Es una maravilla de dibujo, no le falta prácticamente ningún detalle. Acabo de admirar mi dibujo y le hago una foto para subirlo a mis redes sociales.

Hablando de redes sociales, no soy persona de subir muchas cosas y todo porque me da vergüenza. Me da vergüenza subir cosas a mi propia cuenta, no se entiende pero así es.

- Aitana - escucho mi nombre y alzo la cabeza, aunque no sé si me llaman a mi.

Miro a un lado y pego un pequeño brinco al ver a Óliver sentando justo al lado mío.

Con la miel en los labios || Oliver Torres Donde viven las historias. Descúbrelo ahora