XXIII

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Narra Aitana.

Tenemos unos días de descanso porque hay un breve paron por las selecciones. Y estos días lo estamos pasando en Portugal, Aitana y yo.

Aitana tenía muchas ganas de venir a Portugal porque hacía muchos años que no venía. Por mi parte, adoro venir a Portugal ya que he estado durante unos años viviendo aquí, más concreto en Oporto.

Hoy es domingo y lo que ella no sabe es que vamos a ir a un lugar que sé de primera mano que le va a hacer mucha ilusión. Vamos a ir al circuito de Portimao. Hoy es la primera carrera de la temporada y a ella le va a encantar verla.

- Aitana, despierta - susurro.

- Tengo sueño Oli, déjame dormir - murmura y yo me río.

- No venga, que nos tenemos que ir.

- No quiero - responde dándose la vuelta.

- Verás que el sitio al que vamos a ir te va a encantar.

- ¿Y no puede esperar? - pregunta.

- No.

Ella resignada acaba levantándose y yo me rio al ver como se cae casi del sueño que tiene.

- ¿A dónde vamos? - pregunta.

- Ya verás.

- Ya empezamos - dice rodando los ojos.

Después de desayunar y vestirnos, nos montamos en el coche y pongo rumbo hacia el autódromo de Portimao.

A medida que vamos llegando al circuito empieza a visualizarse indicaciones, ella me mira pero no dice nada hasta que ve como entramos en los aparcamientos.

- Vamos baja - indico y ella me mira con los ojos bien abiertos.

- ¿Es una broma? - pregunta con los ojos bien abiertos.

- No - respondo riéndome. - Venimos a ver la carrera.

- Óliver, no jodas.

- No te estoy mintiendo, Aiti.

- Ay dios.

La miro viendo como algunas lágrimas salen de sus ojos y sonrío mientras me acerco a abrazarla.

- Te amo, gracias.

- Te amo más - admito dándole un beso en la frente. - Disfruta.

Ella me sonríe y entrelazamos nuestras manos entrando al circuito. Le paso un pase que enseguida se cuelga al cuello.

- Vamos a ir a ver a Maverick Viñales - le informo y ella asiente.

Con Maverick tengo buena relación. Lo conocí el año pasado porque nos invitaron al Gran Premio de Jerez y desde ahí nos llevamos de lujo.

- Qué alegría verte - exclamo dándole un abrazo a Maverick.

- Lo mismo digo, Oli. - me saluda.

- Esta es Aitana mi novia - le presento.- Es muy fan de MotoGP - digo.

- Encantado - se acerca a darle dos besos.

- Igualmente - le contesta Aitana con una sonrisa.

Conversamos por unos instantes y nos sacamos una foto con Maverick.

- Cuando mi padre se enteré de que estoy aquí va a flipar - dice.

- Seguro.

Los dos seguimos caminando por el paddock pero dejo de hacerlo cuando veo que Aitana no está a mi lado, me giro y la veo que se ha quedado parada.

- ¿Amor? - pregunto y ella me mira.

- Marc - murmura y es entonces cuando veo que está mirando a Marc Márquez.

- ¿Quieres que nos acerquemos?

- Por favor - pide emocionada.

Nos acercamos a Marc y cuando Aitana lo tiene delante se echa a llorar.

- Eres su idolo - le digo a Marc y él sonrie.

Aitana levanta la mirada y lo mira con los ojos brillosos.

- ¿Puedo darte un abrazo? - pregunta en un hilo de voz.

- Claro ven aquí - le responde Marc abriendo sus brazos.

Abraza a Marc y cuando se separa del piloto lo mira con una sonrisa.

- ¿Podemos echarnos una foto? - pregunta Aitana.

- Por supuesto, eso ni se pregunta.

Le echo unas cuantas de fotos a los dos y luego también me echo yo alguna con Marc.

- Que disfruteis mucho de la carrera - nos dice Marc y los dos asentimos.

- Mucha suerte, Marc. - le respondemos los dos.

Cuando Marc se va para ir preparándose para la carrera, Aitana se abraza a mi emocionada.

- Óliver, te voy a estar agradecida durante toda la vida.

- Con que tú estés feliz a mi me basta, Aiti.

- Dios es que mira, aún estoy temblando.

- Pues prepárate que empieza Moto3. - le digo.

- Que ganas.

Vemos las categorías tanto de Moto3 y de Moto2. Y ahora ya comienza la categoría reina, MotoGP, donde corre el piloto favorito de Aitana, Marc Márquez.

El semáforo apaga y todos los pilotos de la parrilla salen a por la victoria. En la primera vuelta hay varios toques entre Marc y Jorge Martín que Marc ha sabido controlar y mantenerse en la moto.

En la segunda vuelta cuando parecía que Marc y Jorge Martín volvían a chocarse, el piloto de Honda acaba yéndose al suelo con la mala suerte de que no es el único que cae sino que se lleva a Oliveira e inmediatamente va a pedirle disculpas al piloto local.

- No puede ser - murmura Aitana casi llorando.

Terminamos de ver la carrera, que finalmente acaba ganando Pecco Bagnaia seguido de mi amigo Maverick Viñales y Bezzecchi.

Antes de irnos del circuito nos sacamos un par de fotos más y nos vamos que ya debemos de volver a Sevilla.

- ¿Te ha gustado la carrera? - pregunto y ella me mira mal.

- No tengo ni ganas de hablar de eso. - espeta ella haciendo una mueca.

- Mira el lado bueno, que es que has conocido al chico por el que me dejarías - digo y ella rueda los ojos.

- No te dejaría por él, pero Marc es Marc - contesta sonriendo. - Y me lleva gustando desde que soy pequeña.

- Lo mismo es, Aitana. - le digo.

- Te tengo que dar las gracias porque sin ti no hubiese pasado y te voy a estar agradecida de por vida, cielo. - me dice ella y yo sonrío.

- No me tienes que dar las gracias, Aiti vida. Solo me gusta hacerte feliz y sé que parte de tu felicidad está en los circuitos.

- A mi me ha tocado la lotería contigo - afirma mirándome.

- Hombre un poco si eh - digo y los dos reímos. - Digamos que los dos hemos tenido suerte de encontramos.

- ¿Coincidencia o destino? - me pregunta.

- Una mezcla de los dos hicieron la fusión perfecta para encontrarnos y que a día de hoy estemos los dos juntos disfrutando de la vida, el amor y sus pequeños momentos. - le digo y veo como ella se emociona un poco.

- Y porque la vida nos siga regalando momentos juntos - susurra ella antes de besarme.

Con la miel en los labios || Oliver Torres Donde viven las historias. Descúbrelo ahora