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Notas: Hace años que me vi daredevil, así que una disculpa si no es tan bueno el capítulo. Cuando vi esta escena no pude evitar pensar en este os.
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Ser la hermana mayor de Peter nunca fue una tarea sencilla, mucho menos porque ese chico se la pasaba metido en problemas la mayor parte del tiempo. Aunque era imposible no quererlo.
(t/n) supo su secreto básicamente desde el principio pues no había nada que se le pudiera escapar a esa chica, mucho menos cuando se trataba de Peter, ella lo conocía mejor que nadie en todo el mundo y además Peter no era precisamente muy discreto entrando a altas horas de la noche medio golpeado y con sangre en la ropa. Fue su hermana quien lo curaba y Peter siempre estaría agradecido con ella.
Entonces, cuando se supo el secreto de Peter a nivel mundial, (t/n) estuvo allí para él y para ahuyentar a la prensa que se arremolinaba en la entrada de su edificio. Comenzaba a ser agotador, pero ella siempre tendría una enorme sonrisa para su hermano y siempre le diría que todo estaría bien... aunque no fuera así.
Aquella tarde, (t/n) caminaba de un lado a otro por el pequeño departamento donde vivian los tres, Peter, su tía y ella; aunque recientemente Happy había pasado sus días en aquel lugar. En cuanto llamaron a la puerta, la chica se detuvo y miró a Peter, que había permanecido sentado en la mesa con una taza de café de la que en realidad no había tomado ni un sorbo.
Fue May la encargada de abrir la puerta, pronto se escucharon algunos pasos dirigirse al mini comedor y cuando la chica levantó la mirada, se encontró con un atractivo hombre de traje negro. Aunque usaba unas gafas de cristales rojos y un bastón. Estaba ciego, sin embargo era realmente atractivo y (t/n) lo miró más de lo que debería haber hecho.
Aquel sujeto sonrió como si hubiera notado esta acción, pero eso era imposible, ¿cierto?
—Un placer, mi nombre es Matt Murdock de Nelson & Murdock. Estuvimos hablando por teléfono estos días.
(t/n) sintió que su pulso se aceleraba, la voz de aquel hombre era bastante bonita y una vez más lo vio sonreír como si supiera que la había puesto tan nerviosa. Todos se presentaron con el hombre pero ella apenas pudo pronunciar unas palabras sin tartamudear o sentir que el aire le faltaba.
Al final, todos se sentaron alrededor de la mesa a excepción de ella que prefirió quedarse de pie detrás de Peter con sus manos en los hombros de su hermano.
—¿Le puedo ofrecer algo de beber, señor Murdock? —preguntó la chica con amabilidad, quería mantenerse ocupada pues con todo el asunto de Peter, sentía que iba a colapsar en cualquier momento.
Él sonrió y asintió un poco.
—Un vaso de agua me encantaría, si no es mucha molestia.
