Era de noche. Todos, o por lo menos la mayoría de los estudiantes se encontraban dormidos.
Scott estaba despierto, estaba haciendo un recorrido por la escuela ya que no lograba dormir. Cuando estaba por dar vuelta en uno de los pasillos, escuchó un grito proveniente de una habitación, de inmediato corrió a ver qué sucedía.
Al llegar a la habitación, abrió la puerta de golpe y se encontró con (T/N) aún dormida, pero gritando y con una extraña niebla desprendiendo de ella.
Los gritos seguían, y los otros estudiantes comenzaban a despertar.
Antes de que los otros estudiantes se pusieran a cureosar, Scott cerró la puerta.
Se acercó a la chica que aún se encontraba gritando y retorciendo.
Tocó a la chica del brazo para intentar despertarla pero en cuanto sus dedos rozaron la piel de (T/N) sintió un horrible dolor, sus dedos se quemaron.
Pero al ver como sufría la chica, no le importó eso y la tomó en brazos, como pudo abrió la puerta y se abrió paso entre los estudiantes que estaban afuera.
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Caminó a toda prisa hasta la enfermería donde se encontraba Jean en su escritorio. Al ver entrar a Scott muy agitado y con una chica en brazos se sobresalto.
Le dijo a Scott que pusiera a la chica en una camilla.
-No la toques- dijo Scott ya que Jean estaba a punto de tocar su frente.
-Oh... entiendo... es la chica que desprende ácido.
-Por favor Jean, ayudala- La chica ya no gritaba pero seguía retorciendoce.
-Haré todo lo que pueda Scott, quédate tranquilo.
-Gracias Jean.
Scott se quedó allí dando vueltas por toda la habitación, Jean le había inyectado un extraño líquido gris. Ya no desprendía la extraña niebla, y estaba un poco más relajada.
Al día siguiente, Scott se había quedado dormido en una de las sillas de la enfermería y fue Jean quien lo despertó.
-Scott- le susurró.
-¿Qué sucede?- preguntó adormilado.
-Tienes que ir a dar tu clase, es tarde y te están esperando.
Scott se despertó y se puso de pie, vio a la chica aún recostada en la camilla pero ahora con un suero.
-¿Podrías suplantarme por hoy Jean?
-Está bien, pero tienes que cuidar de (T/N), si comienza a sonar esa máquina me avisas.
-Por supuesto, muchas gracias Jean.
-No hay de que, nos vemos más tarde.
Jean salió de la habitación dejando a Scott sólo. Comenzó a caminar por toda la habitación, se notaba bastante desesperado y preocupado, pero ni él sabía por que le preocupaba tanto esa chica.
Se acercó a ella y se quedó mirando su rostro. La acarició con delicadeza.
(T/N) abrió los ojos, se quitó el tubo de suero y se levantó de la cama.
-Lamento lo de anoche- dijo (T/N) cabizbajo y con tono apenado- tengo pesadillas en las noches y por más que quiera despertar no puedo, y comienzo a desprender mi niebla.
-No te preocupes, no es tu culpa, suele pasarle a todos por aquí- sonrió.
-También lamentó lo de tu mano...
-No es nada.
-Bueno profesor... Le agradezco por todo, me retiro.
¿Profesor? Si, eso era Scott de (T/N) sólo un profesor.
La chica estaba por salir de la enfermería dejando a un Scott un tanto confundido.
-Espera...- la tomó del brazo y la acercó a él quedando de frente.
-¿Profesor?
-Hoy no seré tu profesor- y la besó, un beso corto y lleno de sentimiento que de igual manera la chica correspondió.
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Ambos habían estado enamorados el uno del otro, pero ninguno tenía la valentía para decirlo.
Y esta vez no se necesitaron palabras para demostrar lo que sentían el uno del otro.
