One Shots ⇝ Marvel ✔

Charles Xavier

Nota. Este one-shot se basa en días del futuro pasado, cuando Charles se quiere aislar de todos.

Era temprano, no pasaban de las 10 am. La mansión estaba en completo silencio.

Había hecho un pequeño desayuno para Charles. Lo puse en una bandeja y me dirigí a la habitación, entré sin tocar la puerta y dejé la bandeja en un mueble.

-Te traje el desayuno.

No recibí respuesta alguna. Charles estaba mirando por la ventana y junto a él tenía una botella de lo que parecía ser Whisky. Tomó la botella con una mano y se la empino dando un gran sorbo.

Me acerqué más a él y apestaba a alcohol. Su cabello había crecido mucho al igual que su barba.

Le quité la botella de la mano y Charles me miró enojado.

-Por favor Charles, no es ni medio día- le grité.

-A ti no te importa lo que haga, es mi vida, no la tuya.

Suspire profundamente.

-Tienes razón, es tu vida y no debería entrometerme en ella, pero si lo hago es por que me importas.

-No debería importarte... no somos nada.

-Muy bien... es verdad, entonces te dejo, me llevo la botella y espero no encontrar otra. Come algo, regresaré más tarde.

Charles no dijo nada y continuó con su vista a la ventana.

Salí de la habitación y me encontré con Hank. Me dedicó una pequeña sonrisa de lado... no pude evitarlo más y lo abracé, el se sorprendió mucho y luego de unos segundos me correspondió.

-Ya no se que hacer Hank- lloré en su hombro- No puedo, lo amo... pero no me deja estar con él.... sólo me aleja

-Tranquila, ahora está en un momento difícil. Mucho ha cambiado desde el accidente, y pronto se dará cuenta de lo que está perdiendo.

- Gracias Hank, no se que es lo que haría sin ti.

-No tienes por que agradecerlo, estoy aquí para cuando me necesites.

-Vamos a desayunar. El desayuno está listo- dije un poco más animada.

Estaba comiendo con Hank, estábamos riendo, no tengo idea de como pero era muy divertido todo lo que decía Hank.

Pasaron algunas horas y ya no teníamos más temas de conversación.

-Iré a ver a Charles.

-Si me necesitas sólo grita- ambos reimos.

Llegué a la habitación de Charles, de nuevo entré sin antes tocar. Seguía en la misma posición que antes y con otra botella, el desayuno estaba por la mitad. Por lo menos comió algo.

Recogí la comida y la basura que estaba por ahí, todo lo puse en la charola de antes y estaba por retirarme.

-¿Por que sigues aquí y no te fuiste como todos los otros?-Habló sin dejar de ver la ventana.

-Porque te quiero Charles... no hay más explicaciones que eso, pero se que el sentimiento no es mutuo.

Me volteó a ver.

-Creí que tu y Hank... y estabas aquí por él.

-Hank es como un hermano para mi, por supuesto que también estoy aquí por él. No se como una persona podría aguantarte... eres testarudo y complicado.

-No es verdad... yo soy todo un amor...

Los dos reímos.

-Vaya... es la primera vez que te veo reír desde hace tiempo

-No se que estoy haciendo con mi vida- Habló derepente.

-Tal vez sólo sigues en shock... fue bastante duro lo que te sucedió.

-¿No me vas a regañar por que tengo otra botella?- cambió de tema, seguramente aún es duro para él hablar de lo que pasó.

-¿Eso quiere decir que te gusta que te regañe?

-Si... más o menos.

-Me alegra que seas el mismo de antes.

-Es complicado todo esto... mi vida ya no es igual.

-Te entiendo, pero juntos podremos olvidar todo eso y ser felices.

-Gracias ____... no se que es lo que haría sin ti.

Me acerqué a Charles y acaricie su mejilla, entonces lo besé. Un beso suave y lento... un beso que los dos habíamos esperado por mucho tiempo.

Un fuerte golpe hizo que nos separaramos. Un hombre alto y robusto con una gorra entró a la habitación de Charles con un arma en mano. No logramos reaccionar cuando disparó.

Miré mi abdomen y no dejaba de salir sangre.

-Charles... te amo....- caí al suelo y todo comenzaba a verse borroso.

-¡¡No!! _____ por favor, tu no- gritó mientras derramaba lágrimas.

Hank capturó al suejeto y llamó a la policía para que se lo llevarán.

-Charles....

-No digas nada.

-¿Me quieres?

-Te amo...

Y me besó... parecía desesperado y no podíamos dejar de llorar ninguno de los dos.

Todo se volvió oscuro... y de ahí no recuerdo nada más. No volví a abrir los ojos.