Steve Rogers

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Alexa amaba con todo su ser a Steve, a sus ojos era el hombre perfecto. Ya llevaban algún tiempo saliendo y se podría decir que su relación iba mejorando cada día.

Se tenían confianza y ninguno dudaba del otro, también se daban su espacio de ser necesario.

Alexa caminaba por las calles con gran seguridad y una enorme sonrisa en su rostro.

Se adentró al café de siempre, sonó la campana y Tom, el chico que atiende el lugar le sonrió.

—Hola, Alexa. ¿Lo de siempre?

Se acercó al mostrador y la chica le sonrió mostrando los dientes.

—Hola, Tom. Sí, por favor.

El chico puso manos a la obra y comenzó a preparar el café de la chica, algunos minutos más tardes la orden estaba lista.

Alexa le dio el dinero.

—Que tengas un lindo día— le deseó Tom.

—Gracias, nos vemos mañana.

Alexa salió y se dirigió a su oficina. Era la abogada de una compañía y la mayoría del tiempo estaba muy ocupada.

Una vez en su lugar, dejó su vaso de café a un lado y abrió su laptop.

Llamaron a la puerta y esta se abrió enseguida.

—Te llegó un sobre— dijo la chica.

—Gracias.

El sobre sólo tenía su nombre, no había remitente.

Eran fotos, muchas fotos de Sharon y Steve juntos.

Sus ojos se cristalizaron, no podía creerlo... no quería creerlo.

Pero no eran palabras, eran pruebas sólidas. No sabía qué hacer, intentó relajarse y respirar pero era sencillamente imposible.

Tomó sus cosas y se dirigió a la torre de los vengadores. Necesitaba aclarar las cosas.

Llegó más rápido de lo que le hubiera gustado.

Al primero que vio fue a Clint.

—Hola, Clint. ¿Sabes dónde está Steve?

—Hola, Alexa. Me parece que está en el gimnasio, piso seis.

—Gracias.

Alexa se dirigió a paso rápido, efectivamente allí estaba.

—Steve.

El nombrado dejó de hacer lo que hacía y se acercó a su novia.

—Cariño, me alegra verte.

Iba a abrazarla, pero ella lo impidió. Le entregó el sobre y Steve lo abrió.

—Sólo quiero una explicación.

—Alexa... mi amor...—

—No me llames "mi amor", sólo dime que es mentira.

Quedó en silencio un par de minutos.

—Lo siento, Alexa...

La nombrada dio media vuelta y se marchó de aquel lugar. Steve no fue tras de ella pues sabía lo idiota que había sido. No merecía el perdón de esa chica.

Pasaron los días, los demás vengadores se dieron cuenta de que Steve no estaba bien. Era obvio que le hacía mucha falta Alexa.

—Sharon sólo fue un error, un momento de debilidad— dijo a Clint.

—Lo sabemos, deberías ir a buscar a Alexa y suplicar perdón.

—Me odia, estoy seguro que no quiere volver a verme y no la culpo.

—Hablando de eso... ¿quién pudo haberle mandado esas fotos?

—Seguramente fue Sharon— dijo Natasha— estaba celosa porque preferiste a Alexa en lugar de a ella.

—Deberías de ir a verla y pedidirle perdón.

Steve asintió, haría todo lo que estuviera en sus manos para recuperar a la chica que tanto ama.

Por la mañana, Steve estaba afuera de la casa de Alexa con un ramo de flores y un discurso pensado toda la noche.

Tocó el timbre y un segundo después, Alexa estaba allí.

—Steve, ¿qué haces aquí?

—Yo... soy un idiota que no te merece. Quiero pedirte perdón y una segunda oportunidad.

—¿Por qué debería darte otra oportunidad?

—Quiero demostrarte lo mucho que te amo y te juro que jamás quise hacerte daño... nunca lo volveré a hacer.

Alexa sonrió.

—Bueno... pero no será una tarea fácil para ti. No te puedo perdonar así como si nada, deberás esforzarte un poco más.

—Trato hecho— se sonrieron— ¿Una cena? El sábado, paso por ti a las siete treinta.

—Hasta el sábado.

—Hasta el sábado.

No sería una tarea fácil para el rubio, pero pondría todo su esfuerzo por la chica que más ama en el mundo.

One Shots ⇝ Marvel ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora