Belia
Bajo de la aeronave fijando mi mirada en Rigel que inspecciona al hombre que camina detrás de mi observando a mis guardaespaldas y su lenguaje corporal me indica que está atento a cualquier ataque.
— Doña — Me saluda — Su sottocapo la espera
Asiento sonriéndole, me dirijo al auto dejando la puerta abierta para que Seth también se suba, una vez dentro el auto se pone en marcha.
— ¿Todo ha estado en orden? — Cuestiono a lo que Rigel asiente — ¿Mi padre?
— Ha estado bien, vigilado como ya debe haberse esperado — Asiento entendiendo que se refiere a Erika.
— ¿Mi madre? — Se mete Seth cruzado de brazos — ¿Ella como esta?
Pero no recibe ninguna respuesta y exige diciendo que sí no sabe quién es.
— Tengo claro quién es usted —. Alega Rigel – Pero yo me debo a mi doña, a nadie más.
— Seth — Interrumpo la mirada de él hacia el hombre que va delante — Tu madre está bien, no te preocupes.
El celular de Rigel suena y este contesta mientras frunce el ceño posando su mirada al frente.
— Belia tu arma — Rigel me habla – Sácala ¡Ya!
Mi mirada se dirige a todos los autos estacionados en el portón de seguridad de mi casa, noto como mi acompañante de baja con toda tranquilidad y enseguida uno los puntos que me dan a entender que es su gente y lo que me pregunto es ¿Como demonios ingresaron en mi territorio?
— Que mierda — Murmuro
Salgo del auto apuntándole en el pecho, este no se inmuta, pero su gente sí que desbloquean las armas sin importarles que estén mi territorio.
— ¿Que mierda crees que haces imbécil?
— ¿Crees que eres la única que se la sabe? ¡Suelta a mi madre! — exige – Belia Moretti, crees que puedes hacer lo que quieras sin obtener consecuencias, pero estas equivocada
— No me digas —Suelto con ironía – Parece que quieres a tu madre en partes, dentro de una bolsa de basura y directo a la basura.
El sonido en específico que soltó el portón indica que los seguros han sido desactivados mi mirada viaja hacia la mujer que he tenido todo este tiempo, quien tiene una arma en su nuca y viene acompañada de Meyer y Bianca, Seth se voltea siguiendo mi mirada tensándose.
— Maldita perra —Murmura apretando los puños
— Voy a ingresar a mi casa y solo tú vas a pasar conmigo — indico — Nadie más, un paso en falso, una señal de que algo tramas y tu madre será el daño colateral.
Las rejas se abren dejándome pasar junto a Rigel y Seth que mantiene su ganas de comerme viva.
— ¿Tienes hambre? — Le pregunto jugando con su paciencia — Debes estar cansado del viaje
— Doña — saludan Meyer y Bianca, uno mirando mal a Don de la mafia italiana vecina
— Tana — me dirijo a la pelinegra que observa a su hijo mientras llora — ¿Como has estado?
Le sonrió acercándome a saludarla con un beso en la mejilla y enganchándola a mi brazo, todos ingresamos a la gran casa caminando hacia el comedor donde se encuentra Osiel Moretti limpiando su arma, sonrió.
— Capi di tutti — Me observa sin demostrar nada — Que alegría volver a verte
Solo asiente.
— Tenemos visita — informó – Te presento a Seth Accardi, Don de la mafia 'Ndrangheta
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Inevitable Destrucción
Ciencia FicciónItalia... un país totalmente amplio si de territorio hablamos, pero donde en aquellas tierras existe la disputa de hace varios años atrás. Son cinco mafias, mismo país, comparten fronteras, pero ninguna está dispuesta a estar en último lugar. ¿Qué...