Capitulo 4

589 27 0
                                    


Nemici

Belia. 

— Te hizo bien el irte al ejército — sonrió y la abrazó dándole la bienvenida — Compañera de atrocidades

— Y tú la demonia que le gusta tirar veneno por dónde camina — se ríe — Parece que no te quieren en el puesto

— Puedo vivir con eso — me encojo de hombros sin darle mucha importancia. — Me encantaría que viajaras con nosotros

— Lo sé — vuelve a su máscara de hielo — Ten cuidado Belia

— Nadie aún sabe que ya tomé el cargo — la tranquilizo — Solo la familia

Asiente sin decir nada más, nosotras las hermanas Moretti. Belia Moretti la mayor fui criada por mi padre, entrenada por el Capi di tutti y por los mejores numerales, estaba por obligación destinada a ocupar el puesto de Doña.

A diferencia de Erika Moretti, padre decidió que se fuera a entrenar al ejército ya que se sabía que ella sería mi sottocapo, ambas hemos tenido un entrenamiento, diferente en cierto punto, pero que a la hora de defendernos podemos hacerlo. Hemos aprendido a manejar diferente tipo de armas desde pequeñas, a lastimar a nuestras víctimas sin que mueran enseguida.

Nuestro padre nos ha podido mantener todo este tiempo a salvo y gracias a eso no tienen ni la menor idea de quiénes somos y a qué familia pertenecemos.

— Hijas — se acerca nuestro padre — Erika

Ambos se miran, ninguno baja la mirada hasta que mi padre le abre los brazos para que Erika se acerque.

— Te extrañe demonia dos

Nos reímos por el apodo de Erika

— Estas algo viejo no lo crees — se burla Erika

— Aún puedo patear traseros y volar sesos

— Normal — se mofa Erika

— Está listo todo — se dirige hacia mí — Trata de que nadie se entere por favor

— ¿Te imaginas? — vacila mi hermana — Su primer día y ya ganándose un tiro

La miro de mala manera por su broma.

— Doña — llaman a mis espaldas. — Está todo listo

Asiento.

— Bien, es hora de irme

— Te odio — dice mi hermana como despedida

— Es mutuo — sonrió porque esa siempre ha sido nuestra manera de llevarnos.

***

— Ya saben que deben hacer — hablo caminando tratando de no tropezar con nadie — Cuando todo esté, todos debemos estar ya fuera del territorio de ellos.

Pensamos en los riesgos que podríamos correr estando aquí en territorio enemigo.

No por mucho tiempo.

Decidimos no venir en nuestro propio avión, por seguridad compramos boletos para viajar en clase turista.

— Mi contacto tiene todo listo en el club —informa Bianca — Tendrá total discreción y en caso de salir salpicada sabe que puede acudir a nosotros.

— Bien — pienso otra vez en el plan trazado — Habrá un cambio

Todos me miran

— No van a secuestrar a la hija — me detengo mirando los autos que nos esperan — Van a ir por la esposa.

Inevitable DestrucciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora