ㅤㅤㅤchapter two

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CON AYUDA DE SIR NICHOLAS Rhaella subió los escalones que llevaban hacia la zona apartada para la familia real, dedicándole una sonrisa de agradecimiento al hombre antes de continuar con su camino sola hasta finalmente atravesar el arco que daba paso a los asientos distribuidos. Tomando la parte baja de su atuendo, un precioso vestido de un rojo oscuro, de hombros caídos que portaba detalles dorados en el pecho simulando delicadas flores que también adornaban el final de las mangas de una forma sumamente armoniosa, para evitar tropezar con el mismo. Una maldición en alto valyrio escapó de sus labios cuando comprobó que el resto de la familia se encontraba en sus lugares asignados y que incluso su tío, Viserys, se encontraba de pie en el centro dando un discurso para todos los espectadores.

Tratando de moverse con la mayor sutileza posible, Rhaella comenzó a descender notando que, en los asientos delanteros, a la izquierda de Rhaenyra, había un asiento libre para ella. Una sonrisita nerviosa floreció en sus labios cuando notó a su padre sentado a la izquierda del rey, observándola con una ceja alzada, para luego notar la mirada curiosa pero jovial que Viserys le otorgó mientras continuaba con su discurso de bienvenida.

— Lamento la tardanza... —susurró la joven de ojos lila hacia su padre que simplemente negó tratando de ocultar la sonrisa en un intento por lucir serio. Rhaella soltó un suspiro aliviado mientras continuaba descendiendo hasta que finalmente llegó a su asiento, donde Rhaenyra aguardaba, tendiéndole su brazo para entrelazarlo con el suyo como solían hacer en los distintos eventos a los que debían asistir, en un intento por calmar esa sensación de sofocamiento que siempre las invadía en situaciones como esa.

— ¿Tu padre ha dicho algo importante durante su discurso? —cuestionó Rhaella en un susurro hacia su prima quien le dedicó una sonrisa juguetona al oír su pregunta.

— En verdad no sabría decirlo porque llegué tan solo unos segundos antes que ti, sólo ha dicho que mi madre ha comenzado con su trabajo de parto.

— Al parecer la impuntualidad corre en la familia. —murmuró Alicent con una mirada que dejaba bastante en claro que desaprobaba esa actitud por parte de las princesas. Rhaella simplemente la observó de reojo, apretando sus rosados labios en una fina línea, sabiendo que no valía la pena responder a su comentario puesto que ya estaba acostumbradas a los comentarios despectivos por parte de los Hightower hacia su persona.

— ¡Y que la suerte de los Siete brille sobre todos los combatientes! —ante las palabras del rey todos en la multitud comenzaron a aplaudir, dando así comienzo al tan esperado torneo por todos ellos.

Uno a uno, varios caballeros de distintas casas fueron enfrentándose en duelos sumamente violentos. A pesar del ruido que había en todo el lugar gracias a los gritos de los asistentes, Rhaella podía oír los ruidos de temor que Alicent soltaba, así como las explicaciones sobre los distintos caballeros y sus historias, podía oír a sus primos Laena y Laenor apostando entre ellos por quien ganaría, e incluso oía a su padre, Maelys, hablando con Viserys mientras comentaban las posibilidades de cada participante.

Por su parte, la joven princesa examinaba a los participantes y la forma en la que se presentaban ante sus contrincantes. Algunos lo hacían de forma más altanera, buscando la aprobación y los gritos de euforia por parte del público, mientras que otros sólo se centraban en su enemigo, buscando una debilidad que poder utilizar a su favor. Al recorrer toda la arena con su mirada lila, encontró una mirada azul penetrante que ya se encontraba observándola, una mirada que había visto unos minutos atrás en los pasillos del castillo. Sir Harwin Strong, que estaba a unos metros hacia la derecha mucho más abajo, cerca de la arena, se encontraba contemplándola con una expresión serena que ciertamente contrastaba con la enloquecida multitud que lo rodeaba.

DON'T BLAME ME | harwin strong - hotd Donde viven las historias. Descúbrelo ahora