ㅤㅤㅤchapter seven

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CON ROSTRO SERENO, RHAELLA INGRESÓ A LA TIENDA bajo la mirada de los invitados más cercanos a la entrada. Luego de guardar con sumo cuidado el obsequio de Harwin en el bolso que tenía en su caballo, la joven Targaryen se dirigió hacia donde Waylan se hallaba en una esquina de la tienda, portando su armadura, y hablando con Rhaenyra, oyendo lo que hablaba un grupo de mujeres que rodeada a Alicent.

— ¿Disfrutando de las fiestas, princesa? —cuestionó Waylan al verla llegar.

— Preferiría estar volando junto a Kaida, pero no creo que a mi tío y los demás invitados les fascine la idea de que un dragón esté presente en la celebración.

— Podríamos regresar al castillo, no creo que noten nuestra ausencia, están demasiado ocupados emborrachándose. —murmuró Rhaenyra, otorgándole una mirada cómplice a la mayor.

— Es una idea completamente tentadora, pero no tengo intenciones de que tu padre quiera darme otro sermón Rhaenyra, suficiente tuve con la discusión sobre mi padre y Daemon en los peldaños. —respondió Rhaella con frustración.

— Lady Johanna al parecer ha sido raptada, cuando uno de los barcos de Lord Swann navegaba por los peldaños de piedras. —al oír que mencionaban esa ubicación, Rhaella dirigió su mirada hacia las mujeres.

— ¿Qué le ocurrirá a Lady Johanna?

— Será vendida a una casa de placer en las Ciudades Libres, si se creen los rumores. —Rhaella colocó sus ojos en blanco, haciendo un gesto de burla hacia la mujer que hablaba por el simple hecho de confiar en lo que los rumores decían, robándole una risita a Rhaenyra y Waylan. Los tres observaron como Larys Strong, el hermano de en medio, tomaba asiento junto a las mujeres.

— Mi hermano me dijo que ningún rey ha podido domar los Peldaños de Piedra, por mucho. Es un lugar inhóspito, solo apto para los salvajes. Tal vez, las princesas aquí presentes puedan darnos alguna idea. —la mayor de las Targaryen frunció su ceño ligeramente, notando el tono malicioso en las palabras de la mujer.

— No estoy segura de que podamos hacerlo, nunca hemos estado en los Peldaños de Piedras. —respondió Rhaenyra con una pequeña sonrisa.

— Sus tíos son la mente detrás de esta guerra, ¿no es cierto? —Rhaella alzó una ceja, notando que la conversación estaba tomando una dirección que no le estaba gustando.

— No podría saberlo, no hablo con mis tíos hace años.

— Desde que han acabado con las posibilidades del príncipe Daemon de ser heredero.

— Daemon tomó sus propias decisiones, Lady Ceira. —decidió intervenir Alicent— Ellas son mejores candidatas para ocupar ese puesto.

— ¿Y qué hay del príncipe Maelys? Ha dejado a su hija a cargo de su hermano, el rey, para irse a jugar a los soldados junto a Daemon, ambos han provocado un gran lío al que el rey debe ponerle fin. Que envíe barcos y hombres, y que acabe con la triarquía de una vez. —tanto Rhaenyra como Alicent y Waylan observaron como la expresión en el rostro de Rhaella de cambiaba, sus ojos lila ahora sin calidez alguna y sus delicados labios apretados en una delgada línea, y al ver como se acercaba a la mujer alzando su barbilla supieron que la mujer había tocado una fibra sensible.

— Y dígame Lady Redant... —comenzó Rhaella con una sonrisa sardónica.

— Es Lady Redwyne, princesa. —corrigió la mujer con altanería.

— Ah, es lo mismo, al fin y al cabo, no tiene demasiada importancia. —declaró la joven de cabello platinado, restándole importancia— ¿Qué ha hecho usted para contribuir? ¿Qué ha hecho para servir al reino? Más allá de atragantarse con pastel, cerdo y vino... —al ver que nadie respondía Rhaella sonrió— Eso mismo pensé Lady Redant. —observó con ojos desafiantes como la mujer fruncía el ceño al oír que había pronunciado su apellido una vez más, mientras que Rhaenyra sonrió de lado, al notar que simplemente lo hacía para irritar a la insufrible mujer— Mientras usted está aquí comiendo rebanada tras rebanada de pastel y hablando de supuestos rumores que oyó por aquí y por allá, mi padre y mi tío junto a Corlys Velaryon están luchando por defender al reino, están en el campo de batalla arriesgando sus vidas por todo el reino, y eso la incluye a usted, que lo único que hace es soltar quejarse y decir barbaridades. Esa es la verdad, esa es la realidad, y tal vez, la próxima vez antes de hablar quiera primero informarse en base a fuentes de información confiable y no en base a rumores de la gente que lo único que busca es ensuciar la imagen de mi familia. —finalizó, sin darle importancia a la mirada que el resto de las mujeres reunidas le dirigían— Que disfrute del pastel, Lady Redant.

DON'T BLAME ME | harwin strong - hotd Donde viven las historias. Descúbrelo ahora